Muchas batallas con un solo sentido: la familia
Nahir, la fuerza, el amor y la lucha “cuando el virus está en casa”
Debido al colapso de hospitales en todo el país son muchas las personas y familias que se han visto en la necesidad de enfrentar el virus, solas y en el mejor de los casos con la orientación de médicos a través de llamadas o Internet



Son las seis de la tarde en la ciudad de La Paz, las malas noticias se desayunan, se almuerzan y se cenan. El miedo hace rato que ha cundido sin dejar hueco, los casos de coronavirus se cifran en más de diez mil y la cifra de recuperados no alienta. La Paz es el segundo departamento con más casos en Bolivia.
La población se ha quedado sin acceso a hospitales ni clínicas. En la farmacia con suerte se encuentra una aspirina. De 5.200 médicos registrados en el departamento de La Paz, 1.500 padecen Covid-19, casi un tercio de los profesionales en servicio.
La mayoría de los galenos continúa su labor con los síntomas encima y otros por no contagiar a sus familias se han alquilado cuartos cercanos a sus centros de salud. De sus seres queridos ni hablar, pues se han vuelto una herida que duele sin parar.
La Paz es el segundo departamento con más casos de coronavirus en Bolivia, luego de Santa Cruz
Nahir camina sobre la avenida Camacho, lleva un barbijo Kn95 de esos que tanto se publicitan, su cabello se esconde bajo una pañoleta floreada y un chal abraza su pálido cuello. Su esposo ha llegado con escalofríos, dolor de cabeza “a matar” y síntomas de resfrío. Apresurada busca farmacias de turno o una de esas grandes cadenas que nunca cierran
“Debo ser fuerte” se repite desesperada, con la típica fuerza de una madre en aprietos. Con suerte ha pillado algo y de inmediato sus pasos se encaminan a casa, ahí donde viven sus dos hijos, de 8 y 12 años, pero también su suegra de ochenta.
Aunque no quiere exteriorizarlo teme lo peor dentro de ella. Al llegar a casa, llega el momento en que sus ojos se encuentran con los de su esposo y entonces empujan las lágrimas. Sin embargo, una vez más se encarama en la Nahir de siempre, aquella fuerte mujer que ha perdido a su primer hijo a causa de un inusual cáncer de próstata y que a pesar de ello sigue adelante.
Rápido alcanza unos antigripales e ibuprofeno a su esposo, y con temor se inventa un cuarto en su pequeña casa, esa que como muchas en Bolivia no posee las condiciones para aislar a un enfermo de Covid. Así con las manos temblorosas, vacía un estrecho depósito e instala un tacaño catre, que usaba en la casa de sus padres cuando era soltera.
Su esposo permanece en silencio sintiéndose culpable hasta la médula, tiene fiebre y tiembla. Nada usual en su caso, pues casi nunca ha enfermado. Nahir vuelve a mirarle a los ojos y aunque aún se niega a decirlo, ambos saben que es hora de actuar responsablemente por su familia.
Sin embargo, ésta es una tarea difícil. Más cuando detrás del sufrimiento familiar de Nahir, varios centros de salud en La Paz han restringido sus consultas, debido a la disminución de personal afectado por el virus, entre ellos el Instituto del Tórax y el Hospital del Niño en La Paz, el Hospital Boliviano Holandés y el maternológico Los Andes en El Alto, entre muchos otros.
Nahir toma el celular y llama a un amigo médico, ruega por atención privada, y aunque éste accede, y hay algo de esperanza, el miedo crece a raudales en su casa. Doña Mirtha -su suegra- quien se dice una mujer fuerte porque de niña siempre comió verduras, ha servido el té con infusión de eucalipto. En la mesa están también los dos hijos de Nahir.
Pero no hay tiempo ni cabeza para ello, la pareja sin explicación alguna sale de casa. Tras un caminar mudo y pensativo llegan al consultorio. Luego de una revisión rápida- y como la enfermedad ya se conociera de memoria en esta parte del mundo- el médico confirma “es coronavirus”. La vida se cae a pedazos y de inmediato la oferta de un laboratorio “amigo” que ofrece una prueba rápida a precio de emergencia les saca de dudas.
Con la confirmación de Covid-19, Nahir y su esposo retornan a casa. Ya son las 22.00, las horas pasaron volando, más si el único medio de transporte es el caminar mismo. De ir a una clínica a iniciar un tratamiento ni hablar, menos a un hospital. El médico les ha recitado una medicación y con la esperanza puesta en ello confían en vencer al virus.
Aislados en un depósito
Del diagnóstico, ya han pasado cinco días, la pareja se encuentra aislada. Pues al día siguiente de la confirmación, Nahir comenzó a tener síntomas. De sus hijos se ha hecho cargo como puede doña Mirtha y “gracias a Dios” como dice ella “aún están sanos”.
Felipe, el esposo, tuvo dolor de cabeza durante tres días, fiebre y dolor de cuerpo. A esto se sumó un cuadro fuerte de diarrea. Desde hace un día dice sentirse mejor, pero Nahir, según le contó a El País, se siente en medio del curso de la enfermedad.
“Tengo un dolor fuerte de cabeza, fiebre, escalofríos, dolor de estómago, de ojos y desde ayer mi corazón está acelerado y apenas puedo mantenerme en pie”, dice. Sin embargo, asegura que superará la enfermedad por amor a sus hijos.
Explica que continúan con la medicación recomendada por el médico. “Ibuprofeno, aspirina, antigripal, vitamina C, zinc, omega 3 y vitamina D, entre otros”. Revela que los dos últimos (omega 3 y vitamina D) prácticamente no existen en la ciudad de La Paz.
“Saldremos adelante, el amor a la familia es lo que nos mueve. Tenemos a nuestros hijos esperándonos detrás de esta pared”, concluye Nahir con la voz entrecortada y aquella fuerza que es su mejor antídoto.
Muchas batallas desde casa
Ésta no es la única batalla que se vive desde casa contra el coronavirus. Debido al colapso de hospitales en todo el país son muchas las personas y familias que se han visto en la necesidad de enfrentar el virus, solas y en el mejor de los casos con la orientación de médicos a través de llamadas o vía internet. Esto ya se vuelve una tendencia en el país.
Apuntes sobre el virus en La Paz
El colapso de hospitales empeora en la sede de gobierno
Clínicas
De las 20 clínicas privadas en La Paz, sólo cuatro atienden a los pacientes con Covid-19 y se encuentran llenas ante la elevada demanda de servicios, según el Servicio Departamental de Salud (Sedes).
Cárcel
Hasta este miércoles, 23 privados de libertad ya perdieron la vida en el penal de San Pedro, de la ciudad de La Paz, a causa del coronavirus.
Niños
En el municipio de La Paz hay 108 niños de cero a nueve años con coronavirus, según información del Observatorio de Covid-19 de la Alcaldía paceña. De esta cifra, 51 son niñas y 57 son niños.