El SUS, el Carnaval y Tariquía, en la agenda política semanal
Semana de alta intensidad política, cruzada por los festejos carnavaleros que en Tarija son de alto voltaje, pero que no han ocultado las tensiones existentes entre Gobernación y Gobierno Central, esta vez a cuenta del Sistema Único de Salud (SUS) y su Seguro Universal. En Tarija ni es...



Semana de alta intensidad política, cruzada por los festejos carnavaleros que en Tarija son de alto voltaje, pero que no han ocultado las tensiones existentes entre Gobernación y Gobierno Central, esta vez a cuenta del Sistema Único de Salud (SUS) y su Seguro Universal.
En Tarija ni es Único, ni es Universal. Nadie sabe nada de su implementación en el departamento y por tanto, el Seguro Universal Autónomo de Tarija (Susat) sigue asumiendo todo el costo de las atenciones médicas, etc., mientras en el resto del país se hacen celebraciones sobre el teórico avance del que ninguna autoridad médica tiene conocimiento.
La Gobernación, que inicialmente había tendido la mano y había avanzado en colaboración con el Ministerio de Salud, levantó las manos una vez que asumió la actual titular, Gabriela Montaño. La expresidente de la Cámara de Diputados no ha llegado a Tarija ni ha hecho esfuerzos por comprender la magnitud del encontronazo en ciernes en los 40 días que han pasado desde que asumió el cargo hasta que se puso vigente el 1 de marzo el SUS.
El nombramiento de Montaño precisamente en esa cartera, como el retorno de Juan Ramón Quintana, ambos con una actitud permanentemente confrontacional, ya chirriaba respecto al enfoque propuesto por Evo Morales en su discurso de enero, más integrador en su estreno de la campaña conservadora. Los resultados no se han dejado esperar. Para algunos analistas tal vez dejar a una población importante sin Seguro – Santa Cruz, La Paz y Tarija – y culpar a sus autoridades departamentales de ello puede interpretarse como una jugada inteligente que sumará algunos votos si la población sale en masa a demandar la inclusión; en el caso de Tarija es un completo desastre, pues el Gobierno del MAS vuelve a convertirse en un Gobierno sectario que no ofrece nada a Tarija a pesar de que el Seguro se paga con las mismas regalías que salen de sus entrañas.
La situación ha preocupado a los dirigentes del MAS, pues no hay relato para justificar la falta de acuerdo, ni siquiera un intento de acuerdo fallido, y le da todo el campo al Gobernador Adrián Oliva para confrontar, porque además, en este caso, la población está cubierta. Ya estaba cubierta desde hace 12 años, algo que afea el logro del MAS.
Silencio oficial
En ese sentido y ante el batacazo previsible que suponga de nuevo en las encuestas por venir, los personeros del MAS Tarija han optado por desaparecer del foco público y dar la batalla por perdida, porque básicamente, reconocen en privado, que está.
Ni la Asamblea se ha pronunciado al respecto y en la AMT, Gladys Alarcón ha querido esbozar una justificación sobre una supuesta ambición por licitar que, por otro lado, no se corresponde. Por el momento no se prevén acercamientos entre las partes en los próximos días.
Tariquía y la influencia del 45%
Después de una consecuente lucha de los comunarios de Tariquía y el cantón de Chiquiacá, que rechazan la incursión de la petrolera en sus predios para perforar los pozos Domo Osso, al norte del área de San Telmo Norte, que atraviesa el corazón de la Reserva Natural de Tariquía, la petrolera brasilera decidió abandonar el lugar con los datos topográficos obtenidos desde el 26 de febrero. En el acta que dio pie al cuarto intermedio; la petrolera, la Policía boliviana que acudió a resguardar a la brasilera y los comunarios se dan plazo hasta el 25 de marzo para que al lugar lleguen las primeras autoridades de YPFB, el Ministerio de Hidrocarburos y el Ministerio de Medio Ambiente y dar una solución a las demandas de la comunidad.
El problema esencial es que no se ha consultado con todos los habitantes de la Reserva, sino solo con los más próximos: Chiquiacá en el caso de San Telmo y Distrito 11 de Padcaya en el caso de Astilleros, mientras que nadie consultó a los vecinos del interior.
Las consultas se hicieron cuando avanzaba el trámite de la Ley de modificación de regalías del 45 por ciento, que pretendía dar ese porcentaje a la región en función de su producción. Posteriormente ese proyecto ha sido desechado por las autoridades del MAS.
En Tarija ni es Único, ni es Universal. Nadie sabe nada de su implementación en el departamento y por tanto, el Seguro Universal Autónomo de Tarija (Susat) sigue asumiendo todo el costo de las atenciones médicas, etc., mientras en el resto del país se hacen celebraciones sobre el teórico avance del que ninguna autoridad médica tiene conocimiento.
La Gobernación, que inicialmente había tendido la mano y había avanzado en colaboración con el Ministerio de Salud, levantó las manos una vez que asumió la actual titular, Gabriela Montaño. La expresidente de la Cámara de Diputados no ha llegado a Tarija ni ha hecho esfuerzos por comprender la magnitud del encontronazo en ciernes en los 40 días que han pasado desde que asumió el cargo hasta que se puso vigente el 1 de marzo el SUS.
El nombramiento de Montaño precisamente en esa cartera, como el retorno de Juan Ramón Quintana, ambos con una actitud permanentemente confrontacional, ya chirriaba respecto al enfoque propuesto por Evo Morales en su discurso de enero, más integrador en su estreno de la campaña conservadora. Los resultados no se han dejado esperar. Para algunos analistas tal vez dejar a una población importante sin Seguro – Santa Cruz, La Paz y Tarija – y culpar a sus autoridades departamentales de ello puede interpretarse como una jugada inteligente que sumará algunos votos si la población sale en masa a demandar la inclusión; en el caso de Tarija es un completo desastre, pues el Gobierno del MAS vuelve a convertirse en un Gobierno sectario que no ofrece nada a Tarija a pesar de que el Seguro se paga con las mismas regalías que salen de sus entrañas.
La situación ha preocupado a los dirigentes del MAS, pues no hay relato para justificar la falta de acuerdo, ni siquiera un intento de acuerdo fallido, y le da todo el campo al Gobernador Adrián Oliva para confrontar, porque además, en este caso, la población está cubierta. Ya estaba cubierta desde hace 12 años, algo que afea el logro del MAS.
Silencio oficial
En ese sentido y ante el batacazo previsible que suponga de nuevo en las encuestas por venir, los personeros del MAS Tarija han optado por desaparecer del foco público y dar la batalla por perdida, porque básicamente, reconocen en privado, que está.
Ni la Asamblea se ha pronunciado al respecto y en la AMT, Gladys Alarcón ha querido esbozar una justificación sobre una supuesta ambición por licitar que, por otro lado, no se corresponde. Por el momento no se prevén acercamientos entre las partes en los próximos días.
Tariquía y la influencia del 45%
Después de una consecuente lucha de los comunarios de Tariquía y el cantón de Chiquiacá, que rechazan la incursión de la petrolera en sus predios para perforar los pozos Domo Osso, al norte del área de San Telmo Norte, que atraviesa el corazón de la Reserva Natural de Tariquía, la petrolera brasilera decidió abandonar el lugar con los datos topográficos obtenidos desde el 26 de febrero. En el acta que dio pie al cuarto intermedio; la petrolera, la Policía boliviana que acudió a resguardar a la brasilera y los comunarios se dan plazo hasta el 25 de marzo para que al lugar lleguen las primeras autoridades de YPFB, el Ministerio de Hidrocarburos y el Ministerio de Medio Ambiente y dar una solución a las demandas de la comunidad.
El problema esencial es que no se ha consultado con todos los habitantes de la Reserva, sino solo con los más próximos: Chiquiacá en el caso de San Telmo y Distrito 11 de Padcaya en el caso de Astilleros, mientras que nadie consultó a los vecinos del interior.
Las consultas se hicieron cuando avanzaba el trámite de la Ley de modificación de regalías del 45 por ciento, que pretendía dar ese porcentaje a la región en función de su producción. Posteriormente ese proyecto ha sido desechado por las autoridades del MAS.