La memoria de Cristian Mariscal

La negligente investigación, donde se arruinaron todas y cada una de las pruebas, es un ejemplo que sirve para denunciar un sistema putrefacto que afecta a miles de familias bolivianas

Siete años después, la desaparición del periodista Cristian Mariscal sigue siendo uno de esos misterios inexplicados, más que inexplicables, que pone en evidencia la podredumbre de un sistema de justicia e investigación que nunca logra el fin último: dar paz a las víctimas, en vida o en su tumba.

El caso se ha narrado hacia delante y hacia atrás. Cristian salió de una discoteca, fue a buscar a su exnovia que le negó el acceso a su dormitorio, y desde ahí, versiones contradictorias sobre cómo salió de casa y qué rumbo tomó. Los testigos de parte dijeron primero que salió ebrio y luego no tanto, que tomó su vehículo y se fue al lago San Jacinto. La Policía encontró después una docena de manchas de sangre en ese pasillo por el que supuestamente salió, pero después se arruinaron las pruebas. Lo mismo pasó con los teléfonos y la triangulación de llamadas, cuya pericia inicialmente parecía estar destinada corroborar la versión de lo de San Jacinto, pero que finalmente todo el material quedó arruinado por otro allanamiento ordenado desde la Fiscalía Departamental de Chuquisaca.

Recordar a Cristian es denunciar el sistema, y hoy, tras siete años de su desaparición, la pregunta es la misma. ¿Dónde está Cristian Mariscal?

Cristian no aparecía, pero un año después apareció el jeep en un pueblo remoto de Santa Cruz. En realidad en agosto ya había dejado pistas por toda la carretera entre Santa Cruz y Cochabamba justo para las fechas de Urkupiña, donde cargó gasolina tres veces y lo identificó el B-Sisa, pero nadie en la Fiscalía pareció darle importancia al dato.

Como sospechaban, la pericia del auto también se arruinó y el caso quedó sin pruebas de las que jalar. Tampoco se prestó demasiada atención a las personas que vivían en la casa, cuyas declaraciones fueron escuetas. Pasado el tiempo y sin hallar el cuerpo, los imputados fueron sobreseídos y el expediente lanzado a lo más alto de la estantería de la Fiscalía Departamental.

Los “rumores” y la tendencia intrínseca a fantasear tan propia de estos lares llenó el caso de falsos indicios y especulaciones que aseguran que Cristian Mariscal estaba a punto de destapar la red narco más grande del sur del país o que abandonó Bolivia rumbo a la Argentina y hoy es un sencillo obrero de la construcción en Buenos Aires. Huelga decir que quienes conocieron bien al periodista y su gusto por las cámaras y el servicio público, dan poco crédito a estas versiones.

El Caso Cristian Mariscal es sin duda un enorme borrón en la memoria colectiva de Tarija, un caso irresuelto que desnuda enormes carencias y que si bien ha desaparecido de las primeras planas como evolución del dolor de las familias, no puede quedar en el olvido sin más. Mantener vivo su recuerdo es tal vez el último servicio de este periodista que pasó por nuestra redacción y se desarrolló, sobre todo, en Plus TV, ya que da voz a cientos de familias que como la Mariscal se toparon con un sistema de Justicia putrefacto e insensible. Recordar a Cristian es denunciar el sistema, y hoy, dos días después del séptimo aniversario de su desaparición, la pregunta es la misma. ¿Dónde está Cristian Mariscal?


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