Un desfile de Ministros

Más de 30 ministros han desfilado en ocho meses por el Gabinete de Áñez, pero no todos han salido “por política”, también hay los que se retiraron por agotamiento o discrepancias

La salida de José Luis Parada del gobierno viene a incidir en una de las debilidades más notorias del Gobierno de Jeanine Áñez, conformado en noviembre con una alta dosis de componente político pese a que el momento aconsejaba un Gobierno más tecnócrata, y que está resultando por demás inestable.

Parada era uno de los pocos que quedaban desde el inicio de la gestión. El Ministro de Economía era la cuota oficial de Rubén Costas en el gabinete junto al ministro Wilfredo Rojo, de Desarrollo Productivo. Rojo fue sustituido por Óscar Ortiz hace unas semanas. Parada también, lo que da cuenta de la escasez de perfiles que manejan los cruceños en este embate.

La cantidad de cambios de miembros de gabinete pueden haber generado más gasto que lo que se ahorró con el decreto de los “gastos absurdos”

Áñez queda así rodeada de su guardia pretoriana y que son los pocos que no han caído: Arturo Murillo en Gobierno, principal adulador e impulsor de la candidatura presidencial; Álvaro Coimbra, en Justicia, cuyas virtudes siguen ocultas; Álvaro Rodrigo Guzmán en Energía, que es de toda la vida el delfín de Ernesto Suárez; y curiosamente Víctor Hugo Zamora en Hidrocarburos, que llegando del PDC ha servido para solidificar la alianza de Áñez con Óscar Montes en Tarija.

En el gabinete también se mantiene desde el principio la Canciller Karen Longaric, aunque en los últimos días trascendió un documento con sus aspiraciones de presidir la Oladi. También se mantiene el ministro de Defensa, Luis Fernando López, aunque fue cesado por un día y repuesto al día siguiente tras la censura de la Asamblea Legislativa Plurinacional en una soberana burla a la institucionalidad plurinacional.

A Longaric y a López se les situaba en la órbita del cívico Luis Fernando Camacho, pero se mantuvieron en el gabinete luego de que Áñez y los suyos cambiaran de opinión y decidieran lanzarse a la carrera electoral. Entonces cayó Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia y poco después, Roxana Lizárraga, ministra de Comunicación.

La caída de Lizárraga se quiso camuflar en una crisis de gabinete ordinaria, y allí aparecieron Isabel Fernández en Comunicación, Eliane Capobianco en Tierras para concretar aquello de los transgénicos y finalmente Víctor Hugo Cárdenas en Educación, que venía a simbolizar también esa integración buscada por Juntos. Cárdenas acabó absorbiendo meses después los ministerios de Deportes y Cultura, donde cayó Martha Yujra.

También Fernández pasó de Ministerio a Viceministerio en mayo, con el famoso decreto de los “gastos absurdos”. Comunicación pasó a depender del Ministerio de la Presidencia, que pertenece al muy cercano Yerko Núñez, que sustituyó a Justiniano. Núñez ya ocupaba la cartera de Obras Públicas, que quedó a cargo del analista política Iván Arias.

También hubo cambios y dudas en Minería, Trabajo y otras, aunque el premio mayor es el de Salud. Luego de la elección de Aníbal Cruz con el supuesto aval del Colegio Médico, cayó en medio de la crisis pandémica donde fue sustituido por Marcelo Navajas, hoy con detención domiciliaria por el famoso “caso respiradores” y posteriormente por Eidy Roca.

En total, más de 30 ministros han desfilado por el Gabinete de Áñez sin contar viceministros, asesores de primera o gerentes de las altas empresas del Estado: Tres de YPFB, dos de Entel, dos de la ANH, etc.

No todos salieron por política o por los pulsos, algunos por propio agotamiento. Parada había aceptado el Ministerio de Economía de la transición, pero el asunto se está haciendo más largo de lo previsto y su salud no está para bromas. Aunque también es cierto que la gestión de la crisis desde el punto de vista electoral está empujando a las finanzas del país hacia un punto extremadamente peligroso. El remedio resulta ser de nuevo Ortiz, el excandidato.


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