Arce Catacora y la batalla por la economía
El Movimiento Al Socialismo (MAS) ha resuelto uno de los misterios de esta nueva campaña acelerada en la que nos hemos visto envueltos luego del fiasco de octubre. Después de varias semanas de incertidumbre y de cierto recelo en las formas, Evo Morales ha decidido pasar el testigo de la...
El Movimiento Al Socialismo (MAS) ha resuelto uno de los misterios de esta nueva campaña acelerada en la que nos hemos visto envueltos luego del fiasco de octubre. Después de varias semanas de incertidumbre y de cierto recelo en las formas, Evo Morales ha decidido pasar el testigo de la vocería a Luis Arce Catacora como candidato a Presidente y David Choquehuanca como candidato a la Vicepresidencia.
De momento es el tercer binomio confirmado, junto al de Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, cuya continuidad es incierta y el de Carlos Mesa y Gustavo Pedraza, que esperan invariablemente volver a convencer en la próxima elección.
El binomio del MAS no se parece a lo que se venía anunciando por parte de las matrices del partido, que parecía más abonado a la confrontación que a la moderación que en sí mismo representa Luis Arce Catacora. El exministro de Economía ha sido el guardián de la ortodoxia liberal en los 14 años de Gobierno del MAS, a la vez promocionada como milagroso modelo Social Económico Productivo Comunitario, cuya matriz era el consumo interno y cuya deidad eran los altos precios de las materias primas; sea por China, sea por Nueva York.
Arce Catacora era un burócrata del Banco Central de Bolivia antes de convertirse en Ministro, y nunca acabó de cambiar la lógica del triple A y la subordinación productiva en los catorce años de gobierno en los que estuvo al frente del Ministerio de Economía, salvo un impase por enfermedad
Arce Catacora apenas estaba en las apuestas, algunas departamentales lo habían incluido de Vice por aquello de la pluralidad, pero de repente se ha encontrado en la cúspide de la candidatura que busca mandar un mensaje evidente: estabilidad económica
Después de cuatro meses de radicalidad, vietnamitas y milicias, el MAS necesitaba mandar un mensaje de moderación para seguir en carrera sin asustar demasiado a nadie. Lo intenta nominando a Luis Arce Catacora, silencioso - y sin cuenta de redes sociales en serio - desde que salió del país tras lograr un salvoconducto de manos de los “duros” Arturo Murillo y compañía que lo sacó del país.
Arce Catacora “no da miedo”. Arce Catacora era un burócrata del Banco Central de Bolivia antes de convertirse en Ministro, y nunca acabó de cambiar la lógica del triple A y la subordinación productiva en los catorce años de gobierno en los que estuvo al frente del Ministerio de Economía, salvo un impase por enfermedad. Hoy es el recuerdo de un tiempo de bonanza económica en la que el país saltó hacia delante, eso sí, sin abandonar el furgón de cola del continente.
Evo Morales, que pierde ahora la exclusividad de la vocería, entra así en el juego de la ortodoxia liberal para buscar las chances de supervivencia e incluso, una victoria en una segunda vuelta en junio, cuando con probabilidad se habrán empezado a sentir las estrecheces de una economía en recesión y cada cual mire por su bolsillo.
La campaña, por tanto, entra en una nueva fase, con un nuevo objeto y una nueva personalidad. Gana la moderación y se abre un debate de ideas que hace solo una semana parecía imposible. Otro día hablaremos de Choquehuanca y del Fondo Indígena. De momento, la pelea tiene un marco claro: La economía.
De momento es el tercer binomio confirmado, junto al de Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, cuya continuidad es incierta y el de Carlos Mesa y Gustavo Pedraza, que esperan invariablemente volver a convencer en la próxima elección.
El binomio del MAS no se parece a lo que se venía anunciando por parte de las matrices del partido, que parecía más abonado a la confrontación que a la moderación que en sí mismo representa Luis Arce Catacora. El exministro de Economía ha sido el guardián de la ortodoxia liberal en los 14 años de Gobierno del MAS, a la vez promocionada como milagroso modelo Social Económico Productivo Comunitario, cuya matriz era el consumo interno y cuya deidad eran los altos precios de las materias primas; sea por China, sea por Nueva York.
Arce Catacora era un burócrata del Banco Central de Bolivia antes de convertirse en Ministro, y nunca acabó de cambiar la lógica del triple A y la subordinación productiva en los catorce años de gobierno en los que estuvo al frente del Ministerio de Economía, salvo un impase por enfermedad
Arce Catacora apenas estaba en las apuestas, algunas departamentales lo habían incluido de Vice por aquello de la pluralidad, pero de repente se ha encontrado en la cúspide de la candidatura que busca mandar un mensaje evidente: estabilidad económica
Después de cuatro meses de radicalidad, vietnamitas y milicias, el MAS necesitaba mandar un mensaje de moderación para seguir en carrera sin asustar demasiado a nadie. Lo intenta nominando a Luis Arce Catacora, silencioso - y sin cuenta de redes sociales en serio - desde que salió del país tras lograr un salvoconducto de manos de los “duros” Arturo Murillo y compañía que lo sacó del país.
Arce Catacora “no da miedo”. Arce Catacora era un burócrata del Banco Central de Bolivia antes de convertirse en Ministro, y nunca acabó de cambiar la lógica del triple A y la subordinación productiva en los catorce años de gobierno en los que estuvo al frente del Ministerio de Economía, salvo un impase por enfermedad. Hoy es el recuerdo de un tiempo de bonanza económica en la que el país saltó hacia delante, eso sí, sin abandonar el furgón de cola del continente.
Evo Morales, que pierde ahora la exclusividad de la vocería, entra así en el juego de la ortodoxia liberal para buscar las chances de supervivencia e incluso, una victoria en una segunda vuelta en junio, cuando con probabilidad se habrán empezado a sentir las estrecheces de una economía en recesión y cada cual mire por su bolsillo.
La campaña, por tanto, entra en una nueva fase, con un nuevo objeto y una nueva personalidad. Gana la moderación y se abre un debate de ideas que hace solo una semana parecía imposible. Otro día hablaremos de Choquehuanca y del Fondo Indígena. De momento, la pelea tiene un marco claro: La economía.