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Un acuerdo para la Variante

Se acerca la temporada de lluvias y la variante Canaletas – Ente Ríos sigue sin una solución definitiva que salvaguarde la vida de los conductores que transitan por su pavimento. La Gobernación ha empezado a remendar los lugares más críticos; los parlamentarios andan a vueltas con la Ley...

Se acerca la temporada de lluvias y la variante Canaletas – Ente Ríos sigue sin una solución definitiva que salvaguarde la vida de los conductores que transitan por su pavimento. La Gobernación ha empezado a remendar los lugares más críticos; los parlamentarios andan a vueltas con la Ley de Transferencia para que la ABC se haga cargo de una vez por todas, pero apenas hay avances; y el Gobierno se ajusta a la Lee, a pesar de lo pírrico del montante si se compara con los beneficios.

Uno puede ir hasta el siglo XX a buscar los antecedentes de la ruta, pues ha sido una pelea de décadas, pero lo concreto es que a Tarija el asfalto no llegó hasta el siglo XXI, y que cuando empezaron a haber recursos por regalías, la Gobernación quiso licitar su parte y no solo pagar el 30 por ciento de la red vial fundamental que dice la Ley. Para unos, intereses oscuros, para otros, legítima iniciativa ante la dejadez histórica del territorio. Lo concreto es también que los requerimientos de la ABC siempre fueron más o menos los mismos respecto a la calidad de la obra, autorizada como variante al tramo original por Castellón y con la que se ahorran una tres o cuatro horas de camino. Lo concreto es también que la obra se recibió en la gestión de Lino Condori sin que los taludes se ajustaran a la norma de la ABC. Y lo concreto es también que a la fecha la Gobernación no tiene un peso, y que puede optar por cerrar el tramo para que todo el transporte se vaya por Castellón.

El volumen estimado de inversión que requiere la Canaletas – Entre Ríos para ponerse en orden es de 15 millones de bolivianos, una cantidad considerable para los recursos cada vez más escasos de la Gobernación pero mínima para los 40.000 millones de presupuesto nacional, más teniendo en cuenta que los caminos pasan por ser una inversión estratégica priorizada, o que la ABC acaba de anunciar cuatro dobles vías en Cochabamba, como antes lo hizo en otros lugares.

De entre todas las opciones barajadas, la del fideicomiso parece ser la más avanzada, sin embargo no queda claro que sea la más positiva. La Canaletas – Entre Ríos fue una solución para un Estado que en aquel momento tenía demasiadas cosas que atender. Es verdad que costó mucho más de lo previsto y tardó una década en construirse, y con deficiencias, algo que los gestores de entonces deberían poder explicar, pero la obra se financió con recursos de Tarija, lo que le permitió al Estado invertir en otras vías. Han pasado seis años, casi siete, y todavía no se ha concretado la transferencia, y obviamente, una carretera que soporta tal densidad de tráfico y que se hizo de aquellas maneras, está consumiendo su vida útil a marchas aceleradas.

En estos momentos, la situación es a la inversa. La Gobernación no tiene recursos y el Gobierno necesita hacer gestos con Tarija. Blanco y en botella…

 

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