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La bipolaridad de la ABC

El Transporte está en pie de guerra, esta vez contra la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), en la legítima defensa de su seguridad laboral, pues una carretera en mal estado puede parecer para muchos una “macana” más, pero para otros es un riesgo vital. En la reivindicación se...

El Transporte está en pie de guerra, esta vez contra la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), en la legítima defensa de su seguridad laboral, pues una carretera en mal estado puede parecer para muchos una “macana” más, pero para otros es un riesgo vital.

En la reivindicación se unen dos carreteras que tienen como punto de origen/destino Entre Ríos. También tienen en común ser dos carreteras con deficiencias sensibles en su construcción y con un mantenimiento complejo. No son carreteras de alta montaña, pero sí tienen características propias del lugar, que se traducen en derrumbes y pérdida de plataforma. La historia de ambos tramos, el Canaletas – Entre Ríos y el Entre Ríos – Palos Blancos, es diferente, pero sobre todo pone en evidencia la falta de criterio único en la Administradora Boliviana de Carreteras, que mientras soslaya los defectos en un tramo los convierte en inaceptables en la otra.

La Canaletas – Entre Ríos es un  tramo emblemático del departamento por diferentes razones. Fundamentalmente porque fue de los primeros que se decidió abordar al calor de la autonomía departamental y la exponencial multiplicación de recursos del gas. Fue una de las que inauguró ese concepto tan de aquí, que establece la cofinanciación del 70 – 30 en la red vial fundamental pero en la que cada cual licita su parte.
En 2013, en un arrebato del entonces secretario de Coordinación de Lino Condori, Darío Gareca, recibió la carretera a pesar de que había una innumerable cantidad de defectos que hacían imposible que la ABC la asumiera
Canaletas – Entre Ríos es una variante que recortó el viaje hasta Entre Ríos en unas tres horas en temporada seca, y del que ha pasado tanto tiempo que ya casi nadie se acuerda de que fue autorizada. La ABC más temprano que tarde se iba a hacer cargo de ese tramo para su mantenimiento entre otras cosas para dejar de mantener el formal por la Cuesta de Castellón, que matemáticamente se cierra cada vez que también lo hace la variante, es decir, en los únicos momentos del año donde es necesario.

Canaletas – Entre Ríos fue construido por una asociación accidental que sumaba algunas de las más  ilustres constructoras tarijeñas y que tuvieron una infinidad de problemas por el camino. En 2013, en un arrebato del entonces secretario de Coordinación de Lino Condori, Darío Gareca, recibió la carretera a pesar de que había una innumerable cantidad de defectos que hacían imposible que la ABC la asumiera. Desde entonces y hasta hoy, la ABC sigue insistiendo en lo mismo, fundamentalmente en los taludes, que no pueden contener ni los más mínimos derrumbes en temporada de lluvia.

Sin embargo el momento político actual es diferente, básicamente porque la misma ABC acaba de recibir definitivamente la vía Entre Ríos Palos Blancos con los mismos defectos en los taludes y luego de haber sido indulgente con numerosos cambios sobre lo dispuesto en el Documento Base de Contratación y que en todos los casos ha beneficiado a la empresa española.

Tarija ha gastado demasiado en la red vial fundamental, y aunque algunos vengan a decir ahora que no se debería haber hecho, es posible que de otra forma Tarija siguiera muy lejos del Chaco. La ABC no puede ser amable con la empresa española y testaruda con la Gobernación de Tarija. El mantenimiento no se está realizando en el tramo más reciente construido por el Gobierno y la variante de Canaletas empieza a perder la plataforma. Es tiempo de tomar decisiones, de ser magnánimo y consecuente. Alguna vez le puede tocar a Tarija.

 

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