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El cemento que nos entierra

Los infanticidios se han convertido en la herida que crece en el país y como ésta hay muchas más, todas estas malas noticias se dan en medio de una obnubilación política que de apoco ya comienza con sus campañas electorales. Han pasado un sinfín de Gobiernos nacionales y locales y estos...

Los infanticidios se han convertido en la herida que crece en el país y como ésta hay muchas más, todas estas malas noticias se dan en medio de una obnubilación política que de apoco ya comienza con sus campañas electorales.

Han pasado un sinfín de Gobiernos nacionales y locales y estos problemas persisten, pero no solo eso, sino que se agravan. La mayoría de los programas de gobierno están centrados en obras de cemento, “elefantes blancos” que se deterioran sin uso con el tiempo y ¿de qué sirven? Simplemente para demostrar el derroche de dinero en cosas nada esenciales.

Datos estadísticos dan cuenta de que la problemática del infanticidio continúa en ascenso toda vez que en 2016 hubo 34 casos; mientras que en la gestión 2017 se registraron 84 muertes. En 2018 el dato solo se contabilizó hasta agosto y se registraron 54 infanticidios.
De acuerdo a datos del pasado año, la lista de los infanticidios fue encabezada por el departamento de La Paz (con 32 casos), seguido por Santa Cruz (8), Cochabamba (7), Beni (4), Chuquisaca (2), Potosí (2), Oruro (2) y Pando (1). Mientras en Tarija no se reportó ningún caso. Más aún en 2019 ya se reportó el primer caso.

Lo más doloroso es que se trata de personas cercanas a los menores, generalmente sus padres. De acuerdo a psicólogos consultados esto se debe a problemas mentales de los progenitores pero sociólogos se animaron a decir que también se debe a la crisis económica y a la desesperación que se vive hoy en día, motivo de ésta.

Más aún, para los padres promedio la noticia de la muerte de niños ocasionada por los padres lleva inexorablemente a una sensación de dolor y desaliento, algo así como una visión estremecedora de “fin de mundo”, pues nadie puede familiarizarse con el homicidio, y menos aún con el de los más débiles, los más vulnerables, aquellos que deberían gozar de toda protección.

Hoy en día el trabajo infantil aumenta en las calles, las agresiones sexuales a menores se disparan en cifras en Tarija y Bolivia. ¿Hasta cuándo vamos a ver de brazos cruzados desfilar en los cementerios los cadáveres de inocentes niños y mujeres?

¿Hasta cuándo vamos a privilegiar los intereses personales, políticos y demás en vez de concentrarse en problemas tan importantes como éste? Entre las principales causas estructurales del infanticidio están los embarazos no deseados, la pobreza, los problemas mentales, los hogares disfuncionales.

Sería interesante que uno de los tantos políticos que veremos desfilar en los próximos días proponga un plan integral que ataque estas causas y tal vez otras más. Sería interesante ver a alguien preocupado realmente por su gente y por sus niños que están muriendo a diario.

Hasta ahora todas esas obras de cemento inservibles no han hecho más que enterrar posibles soluciones que nos lleven a salvar vidas.

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