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Autoridades del Banco afirman que la operación se realizó en cumplimiento de una disposición de la Ley del Presupuesto General del Estado (PGE) 2019, y que los recursos líquidos del FINPRO se mantendrán depositados en la entidad, pero en moneda nacional (Bs.). Lo que esto significa es, en...
Autoridades del Banco afirman que la operación se realizó en cumplimiento de una disposición de la Ley del Presupuesto General del Estado (PGE) 2019, y que los recursos líquidos del FINPRO se mantendrán depositados en la entidad, pero en moneda nacional (Bs.).
Lo que esto significa es, en esencia, que se ha convertido los dólares del FINPRO a Bolivianos, para que el dinero del fondo sea ejecutado de aquí en adelante en moneda nacional.
Los analistas dicen que el objetivo de esto es reforzar las Reservas Internacionales Netas (RIN) con estos dólares, que hasta el 21 de diciembre habían bajado hasta 8.608 millones de dólares, una caída de casi 1.600 millones de dólares desde fines de enero de 2018.
El caso se parece a la sonada transferencia de los 335 millones de dólares del Fondo de Promoción a la Inversión en Exploración y Explotación Hidrocarburífera (FPIEEH), a otra cuenta del BCB, a principios de diciembre pasado. En ambos casos (FINPRO y FPIEEH), las RIN aumentaron en montos casi similares a los transferidos, de un día al otro.
Según los expertos, estas operaciones son “artificios contables” para compensar la caída de las RIN, pero también consideran que al BCB se le están agotando las fuentes para hacer este tipo de transferencias.
De hecho, casi solo quedan dólares en el Fondo de Protección del Asegurado (FPA) y en el Fondo de Protección del Ahorrista (FPAH), que en conjunto suman 139 millones de dólares, según los últimos datos oficiales del BCB, aunque se considera que convertir estos recursos a Bs. es más difícil.
Las otras posibilidades pasan, sobre todo, por profundizar la contratación de deuda externa tanto bilateral como multilateral, como ha quedado evidente a lo largo de 2018 y en la propia Ley del PGE 2019. Esto no solo para mantener los niveles de gasto e inversión pública, sino también para que, junto con una nueva reducción del encaje legal, se pueda solventar la liquidez del sistema financiero una vez que no se pueda seguir reforzando las RIN mediante ese tipo de operaciones.
Menos discutido debido a la coyuntura actual es el tema de la estatización de las jubilaciones, que supuestamente se terminará de concretar a partir de marzo próximo, cuando entre en funcionamiento pleno la Gestora Pública de Seguridad Social de Largo Plazo (GP).
Los últimos datos disponibles en la web de la Autoridad de Fiscalización y Control de Pensiones y Seguros (APS) son hasta el 30 de septiembre de 2018. En esa fecha, el total de los ahorros jubilatorios bordeaba ya los 17 mil millones de dólares, el doble de las RIN.
Es urgente que las autoridades muestren responsabilidad y transparencia sobre la manera en que se gestionan los recursos estatales. La tranquilidad de los agentes económicos bolivianos será vital para que el 2019 se desarrolle sin mayores sobresaltos, aún más siendo año electoral, y considerando que la opinión pública ya no tolera que se le tome por tonta.
Lo que esto significa es, en esencia, que se ha convertido los dólares del FINPRO a Bolivianos, para que el dinero del fondo sea ejecutado de aquí en adelante en moneda nacional.
Los analistas dicen que el objetivo de esto es reforzar las Reservas Internacionales Netas (RIN) con estos dólares, que hasta el 21 de diciembre habían bajado hasta 8.608 millones de dólares, una caída de casi 1.600 millones de dólares desde fines de enero de 2018.
El caso se parece a la sonada transferencia de los 335 millones de dólares del Fondo de Promoción a la Inversión en Exploración y Explotación Hidrocarburífera (FPIEEH), a otra cuenta del BCB, a principios de diciembre pasado. En ambos casos (FINPRO y FPIEEH), las RIN aumentaron en montos casi similares a los transferidos, de un día al otro.
Según los expertos, estas operaciones son “artificios contables” para compensar la caída de las RIN, pero también consideran que al BCB se le están agotando las fuentes para hacer este tipo de transferencias.
De hecho, casi solo quedan dólares en el Fondo de Protección del Asegurado (FPA) y en el Fondo de Protección del Ahorrista (FPAH), que en conjunto suman 139 millones de dólares, según los últimos datos oficiales del BCB, aunque se considera que convertir estos recursos a Bs. es más difícil.
Las otras posibilidades pasan, sobre todo, por profundizar la contratación de deuda externa tanto bilateral como multilateral, como ha quedado evidente a lo largo de 2018 y en la propia Ley del PGE 2019. Esto no solo para mantener los niveles de gasto e inversión pública, sino también para que, junto con una nueva reducción del encaje legal, se pueda solventar la liquidez del sistema financiero una vez que no se pueda seguir reforzando las RIN mediante ese tipo de operaciones.
Menos discutido debido a la coyuntura actual es el tema de la estatización de las jubilaciones, que supuestamente se terminará de concretar a partir de marzo próximo, cuando entre en funcionamiento pleno la Gestora Pública de Seguridad Social de Largo Plazo (GP).
Los últimos datos disponibles en la web de la Autoridad de Fiscalización y Control de Pensiones y Seguros (APS) son hasta el 30 de septiembre de 2018. En esa fecha, el total de los ahorros jubilatorios bordeaba ya los 17 mil millones de dólares, el doble de las RIN.
Es urgente que las autoridades muestren responsabilidad y transparencia sobre la manera en que se gestionan los recursos estatales. La tranquilidad de los agentes económicos bolivianos será vital para que el 2019 se desarrolle sin mayores sobresaltos, aún más siendo año electoral, y considerando que la opinión pública ya no tolera que se le tome por tonta.
