El extravío ideológico de la COB

El actual proceso es contradictorio: mientras el gobierno toma, por un lado, algunas medidas antiimperialistas y progresistas, por el otro adopta medidas proimperialistas y contrarias a los intereses nacionales y populares”. Aunque parezca sorprendente, el párrafo anterior es una...

El actual proceso es contradictorio: mientras el gobierno toma, por un lado, algunas
medidas antiimperialistas y progresistas, por el otro adopta medidas proimperialistas y contrarias a los intereses nacionales y populares”.

Aunque parezca sorprendente, el párrafo anterior es una transcripción textual del Punto IV inciso 2 del preámbulo de la Tesis Política de la Central Obrera Boliviana (COB), de mayo de 1970, durante el gobierno de Alfredo Ovando Candia, que nacionalizó el petróleo junto con Marcelo Quiroga Santa Cruz.

Hoy en día, ese análisis puede considerarse vigente, ya que el gobierno de Evo Morales padece sus propias contradicciones. Nacionalización, inclusión de sectores populares, más servicios básicos, apertura de caminos, y otras medidas positivas, conviven con privilegios para transnacionales y agroindustriales, con el financiamiento al imperio, y otras medidas antinacionales.

Pero la COB, en los últimos años, se ha mostrado ya no como un ente combativo, independiente y lúcido, sino como una organización dubitativa e inconsecuente.
Por ejemplo, en 2014, su dirigencia pactó con el gobierno una medida intrínsecamente neoliberal: autorizar a la Gestora Pública (GP) de Seguridad Social a Largo Plazo, prestar hasta un 50% de los aportes de jubilación de los trabajadores (que hoy suman cerca de
17 millones de dólares) a corporaciones, bancos, empresas y países capitalistas
del exterior.

Dicho acuerdo contradice a la misma Tesis Política de la COB, que se opone radicalmente a “abrir campo a las inversiones foráneas (al capital financiero) y mantener indefinidamente el régimen capitalista” (punto 1.2).

Hoy en día, la dirigencia de la COB decidió alejarse de la Conalcam, afín al gobierno, y hasta ponen en duda seguir apoyando al régimen. ¿Será porque se dieron cuenta de que el gobierno adopta “medidas proimperialistas y contrarias a los intereses nacionales y populares”?

Lamentablemente la respuesta es negativa. Su alejamiento se debe a que no se respetarán los privilegios de los dirigentes que ganan más de 15 mil bolivianos, quienes no se beneficiarán del segundo aguinaldo.

Así, en vez de cuestionar esa medida que es antinacional y antipopular porque perjudica a los emprendimientos pequeños, medianos y micro, porque precariza el trabajo
de los obreros y alienta la informalidad, entre otras-, ¿la cúpula se enoja
por no recibir más dinero?
Vale recordar que el Punto V inciso 6 del preámbulo de la Tesis Política de la COB dice que “la lucha de clases en un país atrasado como el nuestro, no niega la posibilidad de la alianza entre clases no antagónicas”.

¿Son los micro y pequeños empresarios una clase antagónica a la obrera? ¿Por qué la COB permite su debilitamiento y disolución? ¿Por qué no se opone a distintas “medidas proimperialistas” del gobierno? Si la COB ha de salvar su legado, construido con décadas
de lucha, necesita un debate interno profundo y sincero.

Será difícil, pero urgente, no solo para salvar su lugar en la historia, sino para retomar la lucha por los intereses nacionales y populares, que hoy en día parece haber pasado a un segundo o tercer plano ante la priorización de la agenda electoral, del poder por el poder.

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