Innovar, enseñar y compartir son las metas
La comunidad cervecera emerge en Bolivia
Datos de la consultora Euromonitor, de 2019, apuntan a que el consumo anual per cápita en el país es de 34,8 litros de cerveza. En 2021, la empresa de delivery Pedidos Ya reveló que la bebida es uno de los productos que más piden los consumidores en Bolivia



Promover una cultura cervecera y su consumo responsable son objetivos que comparten grupos y organizaciones que están en pleno crecimiento en el país. El amor que tienen por la “bebida espumosa” los incentiva a crear nuevas variedades, compartir, enseñar recetas, impulsar eventos o actividades e, inclusive, unirse en comunidades.
En Bolivia, la “rubia” acompaña diferentes platillos tradicionales, e infaltable en fiestas y costumbres, está presente entre los seguidores del fútbol, en reuniones familiares o simplemente en encuentros de amigos. Para muchos hombres y mujeres, la cerveza acompaña momentos para compartir y divertirse sin necesidad de caer en el consumo excesivo.
Por esa característica, la cerveza está posicionada como la bebida alcohólica más consumida en el país. Según datos de la consultora Euromonitor, en 2019 el país tuvo un consumo anual per cápita de 34,8 litros. Además, hasta 2021, según datos de la empresa de delivery Pedidos Ya, a pesar de la pandemia, la bebida se mantuvo entre los productos que más se pide en Bolivia.
“La movida de las mujeres cerveceras en Sudamérica comenzó en 2017, en Brasil. Llegó a Bolivia en 2020, inició con cinco mujeres y ahora, menos de dos años después y pese a la pandemia, somos 90 mujeres quienes componemos la Comunidad de Mujeres Cerveceras”, expresa Andrea Aneiva, miembro de esa organización y experta cervecera que, junto a sus compañeras -todas amantes de la bebida- organizaron el 8 de Marzo (Día Internacional de la Mujer) una cata nacional para mujeres que tuvo como epicentro a las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz como epicentro.
La Comunidad, compuesta por hacedoras de cerveza, catadoras, vendedoras o simplemente mujeres que gustan de la cerveza, realiza sus actividades alrededor de dos objetivos principales: compartir entre todas sus saberes y pasión por la cerveza y eliminar los estigmas sociales en torno a que la mujer y cerveza son incompatibles. Si bien es un grupo emergente en el país al momento, son 510 componentes en toda la región.
“La preferencia de los bolivianos y bolivianas por la cerveza, aunque muchos quieran rebatirlo, es inminente. Algo que me ha pasado en este camino como mujer que gusta de la cerveza es que descubrí que somos muchas mujeres las que compartimos las mismas preferencias y, más aún, al conocer mejor ese mundo se despierta una pasión increíble porque es un mundo muy apasionante. Aprender sobre cómo se hace y todo lo que hay detrás de un vaso de esta bebida hace que se disfrute mucho más los que se toma”, afirma Aneiva.
Los artesanales ganan más devotos
Producir cervezas con ingredientes que van desde el locoto hasta el chocolate son los retos que se han propuesto varias empresas y emprendimientos dedicados al rubro. El resultado es claro: la innovación en ingredientes singulares, sabor especial y único son fortalezas de estas bebidas en el mercado nacional.
Según la Cámara de Cerveceros de Bolivia, en 2020 se crearon alrededor de 80 cervecerías artesanales. Y el número parece ascender. Una organización que aglutina a nuevos productores es la Asociación de Cerveceros Artesanales (Acerart), quienes se encargan de impulsar festivales, como el Oktoberfest, en diferentes departamentos.
En 2020, cuando la economía del país fue asolada por la pandemia Covid-19 y más 70.000 empleos se encontraban en peligro, 13 marcas de cerveza en Bolivia se unieron para impulsar la reactivación económica, garantizar la generación de empleo y fortalecer la cultura cervecera.
El año pasado, la Comunidad de Mujeres Cerveceras no se quedó atrás. Organizó actividades online como su primer encuentro, el 8 de Marzo, donde entre todas prepararon su propia cerveza casera. “En este camino de impulsar el gusto por la cerveza, descubrimos cada vez más que hay miles de personas que disfrutan de acompañar algunos de sus platos favoritos con cerveza, llegan del trabajo y se toman una cerveza al final de la tarde o la beben para refrescarse en momentos de calor. La cerveza forma parte de la cotidianidad de los bolivianos y las bolivianas”, afirma Aneiva.
La Ley milenaria de Baviera
Algunas personas eligen la cerveza por su sabor afrutado o por la promesa de encontrar un toque especial, como el jengibre, en cada sorbo. Sin embargo, eso que para algunos es atractivo, en Baviera es una clara violación de la ley.
Por 500 años ha existido en Alemania una regulación diseñada para resguardar la pureza de la cerveza, la cual prohíbe utilizar otro tipo de ingredientes distintos a cebada, lúpulos y agua. ¿Habrá llegado la hora de cambiar esa regulación tan antigua?
La ley de pureza de la cerveza -Reinheitsgebot, en alemán- fue establecida en Baviera en 1516, y progresivamente se fue extendiendo al resto del país. Al principio fue diseñada para regular los precios, evitando competencias entre cerveceros y panaderos por el trigo y el centeno, y también prevenir que los fabricantes agregaran impurezas a sus recetas.
Dado que en esa época no existía la refrigeración o el proceso de enlatado, esta bebida solía deteriorarse rápidamente, y algunos productores de cerveza poco éticos disimulaban el sabor colocándole diversos ingredientes, a fin de extender su vida útil.
A pesar de que la tecnología ha avanzado notablemente y la ley ha sido modificada -autorizando, por ejemplo, el uso de levadura y trigo-, el país no ha dado señales de querer modificar lo que se considera como una de las bases de su cultura.
Según una encuesta del Instituto Forsa, el 85% de los alemanes considera que esta ley preserva parte de la identidad cultural del país.
No obstante, hay voces que comienzan a advertir sobre las posibles implicaciones del crecimiento de la cerveza artesanal, señalando que las marcas alemanas pueden quedarse atrás.
Esto ha generado cierto debate entre los fabricantes de cervezas, que se encuentran ante la disyuntiva de innovar o aferrarse a las tradiciones.
Uno de estos productores es el apacible Monasterio de Weltenburg, ubicado a orillas del río Danubio, en las afueras de la ciudad de Kelheim en Baviera.
Aunque muchas personas van a ese lugar a rezar, la mayoría de los visitantes acude para beber una de las cervezas más tradicionales que se conozcan.
Es uno de los monasterios más antiguos del mundo, y sus monjes han producido cerveza desde 1050. Ahí trabaja Ludwing Mederer, responsable de la producción de la cerveza desde hace seis años.
Mederer no es un hombre religioso, pero conserva la tradición de los monjes y la sagrada ley de pureza, honrando de esa manera el legado que le han transferido.
Obviamente, Mederer es un defensor de la tradición y no tiene el menor interés en apartarse de la ley. Nunca ha estado tentado a mezclar en su cerveza elementos exóticos, como granos de café o chocolate.
"Estamos muy orgullosos de esta ley", explica Mederer, quien aclara que ningún aspecto de esta regulación limita su creatividad, dado que la variedad de los ingredientes autorizados permite millones de posibles combinaciones y sabores.
Mujeres protagonistas en el mundo cervecero
Andrea Aneiva, Alejandra Tejada y Natalia López son tres mujeres bolivianas que, con trabajo y preparación, se han introducido en el ámbito cervecero, ya sea elaborando este producto, estudiando su maridaje con la comida o compartiendo -con muchas otras mujeres- una afición.
Tejada explica que la tarea de la mujer cervecera data desde tiempos inmemorables. “Nos llamaban brujas, porque el proceso de fermentación era considerado un acto de magia oscura, además la fabricación de la cerveza era tarea doméstica y de índole generacional, porque la receta pasaba de las abuelas, a las madres y a las hijas”.
Las miembros de la Comunidad de Mujeres Cerveceras Bolivia (CMC), organización a la que pertenecen Andrea, Alejandra y Natalia, afirman que, al seguir y reafirmar su interés por el mundo inmenso de una bebida de tanta historia, han recibido el apoyo incondicional de sus familias y amigos. Muestra de ello es que las tres empezaron a producir cerveza (para consumo propio) en sus hogares y así, con trabajo y preparación, lograron convertirse en referentes e inspiración para otras mujeres.
Ellas se destacan por su amplia preparación. Andrea Aneiva es la única mujer boliviana con la Certificación en Servicio de Cerveza del programa Cicerone, además es Beer Expert certificada por la escuela Science of Beer de Brasil. Alejandra Tejada es ingeniera química, con especialidad en sistemas de gestión de inocuidad alimentaria, auditora en formación en Buenas Prácticas de Manufactura, Diseño de micro cervecerías de Buriell Food Consulting y Cervecera integral de Costa Rica Beer Factory. Por su parte, Natalia López estudió comercio exterior en Alemania y actualmente trabaja como gerente comercial de una marca de cerveza local.
Coinciden en que un factor determinante para seguir creciendo es conocer todo el proceso de elaboración de la cerveza, desde el tipo de equipos, ingredientes, formas de producir, hasta cómo maridar con ciertas comidas, para ello es importante la profesionalización. Aneiva comenta que para hacer efectivo ese apoyo entre mujeres, la (CMC) reúne desde maestras cerveceras, educadoras, productoras, sommelliers, catadoras, homebrewers hasta ejecutivas y demás. Todo ello fue posible con el apoyo y guía de la CMC Argentina.
La tarea inmediata que se han propuesto estas tres mujeres es promover una cultura cervecera con la premisa del consumo responsable; enseñar que la cerveza es una bebida de disfrute, para compartir entre amigos; apoyar a las mujeres, darles las herramientas para que accedan a una preparación integral y, sobretodo, posicionar la imagen femenina en el mundo cervecero.
Datos curiosos de la cerveza en el mundo
¿Cómo que en botella?
Antiguamente, la cerveza se vendía en unos espacios especiales llamados “tabernas” donde la gente iba y llenaba cubos para consumirla después. La primera botella como tal fue vendida en 1850. Weihenstephan Abbey, en Alemania, es la cervecería más antigua del mundo. Actualmente sigue en funcionamiento. Lleva abierta desde 1050.
¿Bebida de hombres?
Contrariamente a la creencia general, donde la cerveza es una bebida socialmente vinculada al hombre, fueron precisamente mujeres las primeras cerveceras profesionales. Se las llamaba “brewsters”. Está documentado que en el siglo XIX las enfermeras -en Alemania- se bebían hasta siete pintas de cerveza al día
¿Bebida ordinaria?
Después del agua y el té, la cerveza es la tercera bebida más popular. Contiene fibra, vitamina B, antioxidantes y polifenoles. El rey de Babilonia, Hummurabi, exigió -por decreto- que sus compatriotas tuvieran siempre una ración diaria de cerveza. Existen alrededor de 400 tipos de cerveza en el mundo.