La constancia de Doria Medina



Sea porque cometió un fallo en 2014, al dejar atrás el Frente Amplio para correr a los brazos de los Demócratas de Rubén Costas abriéndole hueco a Tuto Quiroga; sea porque lo tiene estudiado a fondo, el empresario Samuel Doria Medina, candidato presidencial desde 2005, es el que más claramente tiene asumida la estrategia de conformar unidad entre todas las facciones de la oposición y el que más esfuerzos está haciendo para ello.
Contrasta con la actitud de Carlos Mesa, que no pone un tuit desde el 9 de enero; o con la de Tuto, que empezó pateando el concepto y se ha volcado en Venezuela. Menos con la de Luis Fernando Camacho, que desde Chonchocoro y siendo el que menos tiene a ganar, también abre los brazos.
El viernes festejó la adhesión de Alianza Beniana, el domingo mandó a la presidenta de Unidad Nacional, Elisabeth Reyes, al Congreso de Demócratas de Rubén Costas, con todas las malas jugadas que le hizo en el anterior ciclo, y ayer festejó de nuevo efusivamente la adhesión del rector de la Gabriel René Moreno, Vicente Cuéllar, que armó su propuesta demasiado pronto – Cambio 21 – y se quedó sin fuelle desde Santa Cruz en los primeros embates.
El ingreso de Cuéllar implica, cuando menos, la aceptación tácita de su mentor encubierto, el exalcalde paceño y otra docena de experiencias más, Juan del Granado, que difícilmente aparecerá en la foto, principalmente porque no quiere, pero también porque la pugna en el bloque de la derecha se está acentuando.
El siguiente paso será, probablemente, la adhesión de Rubén Costas, pero se negocia precisamente el gradiente de la intensidad, pues Costas, como Camacho, tiene claro que su futuro y el de su partido pasa por Santa Cruz. Por cierto que en el Congreso de Demócratas también estaba Rodrigo Paz, de quién se dice que ha caminado los 246 municipios del país.