Una contradicción insalvable

Las pocas empresas que pueden pagar el segundo aguinaldo son las que menos tendrán que pagar. Es la gran contradicción que reveló la reciente declaración del ministro de Minería, César Navarro, en la que afirma que más del 70% de los trabajadores de la minera San Cristóbal no recibirá el...

Las pocas empresas que pueden pagar el segundo aguinaldo son las que menos tendrán que pagar. Es la gran contradicción que reveló la reciente declaración del ministro de Minería, César Navarro, en la que afirma que más del 70% de los trabajadores de la minera San Cristóbal no recibirá el segundo aguinaldo porque ganan más de 15 mil bolivianos.
Datos del INE en 2015 ya mostraban que sólo el 0,3% de las empresas en el país son grandes, 4,8% pequeñas y medianas (Pymes) y 94,9% son microempresas. En otras palabras, solo 3 de cada mil empresas en Bolivia son consideradas grandes y son las principales contribuyentes de impuestos.

Se estima que estas proporciones no han variado significativamente en los últimos años. Y en ese sentido, los analistas consideran que sólo ese 0,3% estaría en condiciones materiales de asumir el pago de un segundo aguinaldo. Esas son las vinculadas a la explotación de gas y petróleo (Petrobras, Repsol, Total, YPFB), gran minería (Sumitomo, Coeur Mining, Pan American Silver), así como las empresas vinculadas a la agroindustria y a la intermediación financiera.

Justamente en esa línea, el investigador del CEDIB, Marco Gandarillas, ya advertía: “el gobierno de Evo Morales sigue mentalmente colonizado en lo que a economía se refiere. Las únicas empresas que podrían pagar dos, tres o cuatro aguinaldos son las transnacionales como Petrobras, Repsol y Total que siguen succionando la riqueza petrolera, y las mineras como Sumitomo”.

Sin embargo, el reglamento para el pago del segundo aguinaldo, recientemente promulgado y festejado por el gobierno central, exime a estas grandes empresas de esta carga, al menos en su mayoría, ya que, como admitió el ministro Navarro, la mayor parte del personal de empresas como San Cristobal, que pertenece a la transnacional Sumitomo, ganan más de 15 mil bolivianos.

La contradicción es insalvable. La abrumadora mayoría de las empresas del país tendrá que despedir trabajadores, quebrar, prestarse, aplazar inversiones, entre otros malabares, para poder cumplir con la arbitraria medida. En cambio, las grandes empresas vinculadas al capital transnacional evitarán la mayor parte de este costo.

Por cierto, la mentada Sumitomo “es 100% subsidiaria de Sumitomo Corporation de Japón”, y su junta directiva, sus vocales, su presidente ejecutivo y su gerente general son enteramente extranjeros, tal como se ve en su propia página web.

El economista Vladimir Díaz-Cuellar, ante la falta de información oficial, calcula de forma indirecta que en promedio apenas un 8,1% del valor bruto de exportación ha constituido la presión fiscal durante el período 2004-2014 para San Cristobal y las otras grandes mineras transnacionales, por lo que el total de impuestos pagados por las principales compañías de la minería “fueron inferiores incluso a los correspondientes a las principales empresas de cerveza y bebidas”.

Mientras tanto, San Cristobal reporta oficialmente ingresos por 893 millones de dólares y utilidades netas de 221 millones de dólares. Pero paradójicamente, pagará el segundo aguinaldo a solo el 30% de su personal. Así están las cosas en el antiimperialista Estado Plurinacional

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