“Todos llegaremos a lo mismo”
Cuántas veces en los buses vemos subir a adultos mayores, sin que nadie extienda una mano amiga que les permita sostenerse mejor, cientos de otras veces, ancianos van parados en los micros porque no hay quién les ceda un asiento. Porque simplemente los jóvenes están sumergidos en sus...
Cuántas veces en los buses vemos subir a adultos mayores, sin que nadie extienda una mano amiga que les permita sostenerse mejor, cientos de otras veces, ancianos van parados en los micros porque no hay quién les ceda un asiento. Porque simplemente los jóvenes están sumergidos en sus celulares o viendo por la pequeña ventanilla como si nadie a su alrededor existiera. Cuántas veces hemos escuchado historias tristes de adultos mayores que han sido abandonados y viven solos.
Siempre se ha hablado de la Tarija amable, de la gente educada y de grandes valores. Estas características son fundamentales y no deberíamos perderlas nunca. Quizás es culpa nuestra que nos estamos dejando ganar por las tecnologías, por el trabajo excesivo y por el cansancio al final de la tarde.
“Se dice que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar y muy difícil de explicar”. Pero a pesar de esto el reto debe ser practicarla desde casa hacia el mundo exterior. “¡Mamá, caminá!”, “Callate, papá, vos no entiendes nada” son frases que hieren profundamente a nuestro adultos mayores.
El manejo de las emociones es más difícil conforme avanza la edad. Hoy en día los adultos son maltratados por el trato despectivo que reciben por parte de sus mismas familias, hijos, nietos y demás.
Pero como algún día nos dijo nuestra madre “Todos llegaremos a eso”. Según información publicada en diversos medios de prensa en Bolivia, así como en el resto del mundo, el ritmo de envejecimiento de la población en nuestro país es cada vez mayor, al punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con repercusiones para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el mercado laboral y financiero y la demanda de bienes y servicios (viviendas, transportes, protección social, etc.), así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en Bolivia hay cerca de un millón de adultos mayores de 60 años, que representan el 8,9 por ciento del total de la población del país. De esta cifra un poco más de 50 por ciento son mujeres y se estima que 5.300 tienen más de 95 años. El 67 por ciento de la población de este grupo vive en los departamentos de La Paz (31 por ciento), Santa Cruz (20 por ciento) y Cochabamba (16 por ciento).
Esto nos muestra que la estructura generacional en Bolivia está cambiando y ahora son más los adultos mayores. Pero lamentablemente también son más quienes sufren atropellos desde el trato social hasta el económico. Hoy la discriminación a este sector está en todas partes.
De acuerdo a los datos del INE en total en el departamento hay 43. 154 adultos mayores. La mayor concentración de éstos se encuentra en un rango de edad de 64 y 95 años, sumando 23.290 mujeres y 19.864 hombres. Del total, 23.057 están obligados a trabajar para sobrevivir, pues sus hijos no se encargan de ellos e incluso son los adultos mayores quienes aún deben mantenerlos unos con sus rentas y otros haciendo cualquier actividad informal.
Según la Defensoría de Tarija al mes hay más de 50 denuncias contra adultos mayores por diferentes motivos.
Recordemos que en el pasado las civilizaciones más antiguas valoraban en extremo el papel del anciano por todos los conocimientos que éste había adquirido y que podía transmitir. Hoy todo este boom de evolución parece habernos enterrado hasta el respeto pero recuerden “Todos llegaremos a lo mismo”.
Siempre se ha hablado de la Tarija amable, de la gente educada y de grandes valores. Estas características son fundamentales y no deberíamos perderlas nunca. Quizás es culpa nuestra que nos estamos dejando ganar por las tecnologías, por el trabajo excesivo y por el cansancio al final de la tarde.
“Se dice que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar y muy difícil de explicar”. Pero a pesar de esto el reto debe ser practicarla desde casa hacia el mundo exterior. “¡Mamá, caminá!”, “Callate, papá, vos no entiendes nada” son frases que hieren profundamente a nuestro adultos mayores.
El manejo de las emociones es más difícil conforme avanza la edad. Hoy en día los adultos son maltratados por el trato despectivo que reciben por parte de sus mismas familias, hijos, nietos y demás.
Pero como algún día nos dijo nuestra madre “Todos llegaremos a eso”. Según información publicada en diversos medios de prensa en Bolivia, así como en el resto del mundo, el ritmo de envejecimiento de la población en nuestro país es cada vez mayor, al punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con repercusiones para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el mercado laboral y financiero y la demanda de bienes y servicios (viviendas, transportes, protección social, etc.), así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en Bolivia hay cerca de un millón de adultos mayores de 60 años, que representan el 8,9 por ciento del total de la población del país. De esta cifra un poco más de 50 por ciento son mujeres y se estima que 5.300 tienen más de 95 años. El 67 por ciento de la población de este grupo vive en los departamentos de La Paz (31 por ciento), Santa Cruz (20 por ciento) y Cochabamba (16 por ciento).
Esto nos muestra que la estructura generacional en Bolivia está cambiando y ahora son más los adultos mayores. Pero lamentablemente también son más quienes sufren atropellos desde el trato social hasta el económico. Hoy la discriminación a este sector está en todas partes.
De acuerdo a los datos del INE en total en el departamento hay 43. 154 adultos mayores. La mayor concentración de éstos se encuentra en un rango de edad de 64 y 95 años, sumando 23.290 mujeres y 19.864 hombres. Del total, 23.057 están obligados a trabajar para sobrevivir, pues sus hijos no se encargan de ellos e incluso son los adultos mayores quienes aún deben mantenerlos unos con sus rentas y otros haciendo cualquier actividad informal.
Según la Defensoría de Tarija al mes hay más de 50 denuncias contra adultos mayores por diferentes motivos.
Recordemos que en el pasado las civilizaciones más antiguas valoraban en extremo el papel del anciano por todos los conocimientos que éste había adquirido y que podía transmitir. Hoy todo este boom de evolución parece habernos enterrado hasta el respeto pero recuerden “Todos llegaremos a lo mismo”.
