Crónica política de la semana
Asamblea y MAS Tarija, dos pulsos interminables marcaron la agenda
El bloque del MAS que busca la continuidad en el poder orgánico debe exhibir resultados tras un año sin hacer oposición y recuperar la Asamblea parecía la mejor opción, pero las cuentas no salen



Dos asuntos se han enquistado en las últimas semanas en Tarija. Por un lado, la renovación de la Directiva de la Asamblea Legislativa Departamental, por el otro, el Congreso del MAS Tarija, ambos asuntos tienen el componente de la renovación como clave y ambos también suponen controlar el poder orgánico, por eso, ambos están más vinculados de lo que aparentemente se puede concluir.
La Directiva encalló el 3 de mayo, cuando una sesión que quedó en cuarto intermedio desde la jornada maratónica del viernes anterior fue ignorada sin resolución. No había Directiva porque un empate a 15 votos (12 Unidos + 3 Indígenas por un lado y 13 MAS + 2 Todos por otro) lo impedía, y es que el MAS Tarija había marcado recuperar el control del ente como prioridad, después de un año de travesía en el desierto luego de quedar en una especie de shock post traumático al ver cómo lograba uno de los mejores resultados electorales en Tarija y a la vez, perder el poder en las subgobernaciones y en la Asamblea.
Durante todo el 2021 y la mayor parte del 2022, el MAS Tarija no ha reaccionado y básicamente ha dejado hacer a una Asamblea controlada por Mauricio Lea Plaza, socio de Oscar Montes, que articuló la alianza indígena y a la que se sumó el primer año Comunidad de Todos, que fue la apuesta electoral del exgobernador Adrián Oliva con la que logró dos curules que, en la práctica, van por libre.
Uno es Francisco Rosas, fundador de UNIR junto a Montes, del que fue alcalde alterno como concejal hasta que se pelearon y Rosas abrazó a Rodrigo Paz, aunque tampoco dudó en postularse a presidente del ente contra su criterio y con el apoyo precisamente de los concejales de Montes y del MAS. Su hermano Edwin, elegido diputado por Comunidad Ciudadana, tampoco ha tenido problema en pactar con el MAS para colarse en la Directiva de Diputados contra el criterio de su partido.
El otro es Jorge Luis Sanguino, hijo político de Wilman Cardozo que ya parece estar aburrido en su retiro voluntario después de 25 años en la cresta de la ola articulando la política chaqueña.
El MAS ha confiado su estrategia de reconquista a estos dos votos sin tener muy claro cómo sumaría el numero 16, imprescindible para sumar, más ahora que se ha desbaratado la estrategia de impedir el voto del presidente Nicolás Montero.
El MAS y lo orgánico
Mientras tanto, la renovación del MAS Tarija sigue en pendientes y el cronómetro corre a nivel nacional. El Tribunal Electoral ha urgido al propio MAS a legitimarse internamente con un Congreso Orgánico que, por otro lado, muchas regionales y sectores piden. A Evo Morales y sus seguidores no les ha gustado nada esta opción, pero debe someter su liderazgo al escrutinio de las bases y para ello, lo mejor es tener atadas y bien atadas a las departamentales. Una de las pendientes de renovar es la de Tarija, que aparentemente no tendría mayores problemas, pues tanto el sector del actual presidente Carlos Acosta, controlado por el Viceministro Álvaro Ruíz, como el de la vieja guardia que lidera Pilar Lizárraga, se han declarado “evistas”, pero efectivamente, Ruíz es más cercano al presidente Luis Arce y no se ha dicho la última palabra ahí.
El MAS ha pasado de controlar la Asamblea, nueve de 11 subgobernaciones y ocho alcaldías a tener apenas el control en el Chaco y en la zona alta, por lo que es difícil presentarse a un Congreso y renovar el cargo con esas credenciales, por ello, los analistas creen que no habrá renovación temprana ni de un órgano ni de otro, hasta que alguien ceda o se cambie de estrategia, la propia Pilar Lizárraga ha afeado a los estrategas del MAS recordando que no solo se busca alianza con una sigla que “participó del golpe a Evo” sino que se debería buscar alianza con los indígenas por naturaleza común, pero además, porque las matemáticas así lo recomiendan.
Tarija y la delicada alianza con Chuquisaca
Las gobernaciones de Tarija y Chuquisaca intentan lo más difícil todavía: que la revisión del factor de distribución del megacampo Margarita que pretende el Gobierno no solo sea factor de enfrentamiento entre los dos departamentos, sino que sirva para construir una agenda conjunta en oposición al Gobierno. Por el momento las mesas técnicas avanzan y hay diferentes acuerdos para exigir al Gobierno más regalía y más inversión, pero el factor hablará de recursos tangibles y eso puede dinamitar cualquier relación.