Crónica política de la semana
Del “bloque Dunn” y el adiós de Chi, al plan “fusión o chicana”
Mientras la oposición toma posiciones irreversibles, en el bloque popular sigue abierta la posibilidad de la candidatura única de Andrónico, pero también la de una purga jurídica que deje solo al MAS de Arce



Se cierra una semana de muchas definiciones que antecede a la que será “definitivamente definitiva pero”, pues todavía tendrá la última palabra el Tribunal Supremo Electoral con las inhabilitaciones hasta el 6 de junio y, después, el Tribunal Constitucional con los amparos. Nunca nada es tan definitivo en esta enrevesada forma política con órganos más dispuestos a torpedear la democracia que a promocionarla.
Las novedades en el bloque opositor
En el bloque opositor se da por descartada la posibilidad de formar un solo bloque, pues las alianzas ya no pueden ser modificadas, pero un pequeño matiz en el criterio ha abierto la puerta a que algunas de las siglas que se apuntaron el 18 de abril medio a lo loco puedan dejar sin efecto su participación sin ser penalizados, lo que supone un alivio para el MNR, que además ya barajaba la posibilidad de sacrificar la sigla si eso servía para “salvar al país”, que a su criterio es evitar que el MAS o cualquiera de sus sucedáneos vuelva a ganar.
El cambio de criterio respecto al MNR ha dejado fuera de juego a Chi Hyun Chung, que en cualquier caso era un candidato a la baja: el factor sorpresa y su discurso “novedoso” ya había sido amortizado en 2019 y 2020 y la seriedad del momento ha dejado sin espacio a cualquier experimento.
El otro gran vuelco ha sido la confirmación de la sigla por parte de Jaime Dunn: será Nueva Generación Patriótica quien trate de rentabilizar las expectativas generadas alrededor de un economista liberal nuevo en la política y que emula en ciertos argumentos al presidente argentino Javier Milei, pero que pronto ha empezado a descubrir la dureza del terreno: su irrupción, coincidente con la ruptura entre Tuto y Dorias Medina, fue saludada en redes, pero tan pronto salieron a la luz sus antecedentes laborales: años de servicio como alto cargo (designado) de la sociedad tituladora del Banco de Desarrollo Productivo (BDP), con carnet masista incluido, le valió el estigma del “funcional – infiltrado”; después vaciló a viejos zorros como el MNR y ADN, que se han vengado en redes, y su última apuesta por Nueva Generación Patriótica no le ha ayudado a ser mejor: la nueva sigla no deja de ser un partido unipersonal formado por otro millonario migrante en Estados Unidos, Édgar Uriona, sin experiencia, sin demasiada solidez, y que además ha exigido la vicepresidencia.
En ese espectro, por cierto, Rodrigo Paz y el “capitán” Edman Lara firmaron una suerte de alianza, que no es binomio, para crear un bloque de “jóvenes y nuevos líderes” que atraiga voto y al que esperan se sume Jaime Dunn. Suena casi a despedida (con promesa ministerial o diputación probablemente mediante).
Mientras, Samuel Doria Medina sigue a paso lento pero seguro recorriendo el país e inundando las redes y lanzando globos sonda sobre sus candidatas a la Vicepresidencia. La última, Andrea Barrientos, sólida senadora de Comunidad Ciudadana, que pagó en su momento la honestidad de sus declaraciones que alguien quiso tratar como pecado de juventud: dijo en sesión del Senado a cuenta de una Ley concreta que tenían “más coincidencias con el MAS que con Creemos”, lo que fuera de contexto, lo pudrió todo. y ahí se pudrió todo.
Menos activo está Tuto Quiroga, que ha vuelto a volcarse en su actividad internacional y también Manfred Reyes Villa, esta semana contra las cuerdas por el asunto de la gestión de la basura en Cochabamba: dos semanas sin servicio tras anular la licitación adjudicada en febrero ha dejado la ciudad en la pestilencia. Poco músculo que sacar.
Los caminos inescrutables del bloque popular
La semana pasada ya advertíamos que la posibilidad de la fusión de frentes populares alrededor de Andrónico Rodríguez había cobrado fuerza tras su paso adelante. Estrategas del evismo y del arcismo lo consideraban en serio, aunque otras facciones de esos mismos bloques se han esmerado fuertemente en hacerlo caer: la concesión de levantar la orden de aprehensión contra Evo Morales iba en esa línea, pero ha sido duramente reprimida desde el “bloque judicial paceño”; sin embargo, en las últimas horas, personas tan relevantes como Hugo Moldiz en el arcismo o Héctor Arce en el evismo han abierto puertas a “sorpresas” y han hecho números sobre el bloque popular evidenciando que la cuestión podría ser más de reparto interno y de garantías que de diferencias ideológicas verdaderamente irreconciliables. El arcismo, de hecho, ha vuelto a aplazar su Congreso en aras de la negociación.
Ahora, también hay otra teoría – y fuentes suficientes – que tiene que ver con una estrategia mucho más arriesgada: Con Evo Morales fuera de combate al haber cancelado sus dos siglas satélites del Frente Para la Victoria y Pan Bol, el siguiente paso sería voltear la opción de Andrónico Rodríguez propiciando algún error, sea que vaya con el Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix Patzi o del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) de Eva Copa, dejando las puertas abiertas solo para el Movimiento Al Socialismo (MAS) najo el control de Arce. Esta estrategia supone además que el bloque popular no optará por prenderle fuego al Tribunal Supremo Electoral (TSE) o a la Casa Grande del Pueblo, sino que a regañadientes acabará aceptando votar a los que se parecen más a ellos. Yo no haría apuestas.
Como sea, queda una semana para desvelar formalmente más misterios, aunque estos no vayan a ser ni mucho menos definitivos.