PutosModernos, viviendo de la estupidez natural
Jorge Sandua y Joan Alvares jalan la carroza sobre la cual esta agencia publicitaria española surca los senderos del libre mercado hacia un abismo de risas y espejos.
Todo está en venta, incluso la estupidez natural del ser humano. Esto es claro como agua embotellada para los PutosModernos, que no es una agencia de profetas, pero llevan por delante, siempre sin intención alguna, un estandarte de parodia para acabar con todo ídolo avergonzando de sí mismo, un acto de magia en el que un espejo refleja todo lo que se ha callado siempre para revelar su postura. Y todo son frases, viles frases. Si existieran vacunas contra la lectura, ellos la venderían.
Con eso, han hecho un imperio de publicidad, situándose en un espacio similar al que tiene el jefe secreto de tu juego de peleas preferido, ese al que todo publicista mira para entender mejor de qué va eso que no está haciendo porque tiene miedo de ofender. “Cualquier cosa que se hace en Internet, genera likes y ofendidos, porque las redes dan mucho protagonismo al que se ofende, que es una persona pidiendo atención para expresar que se ha ofendido”, enseña Joan Alvares.
Jorge Sandua se ríe autoconsciente, pues las cosas han cambiado mucho desde aquel 2005 cuando “no había ánimo de lucro, no como ahora”. Caminaba por el arrabal de Barcelona, cuando pescó el grafiti que decía “Putos Modernos” con una “A” de anarquía a lado. “¿Por qué no le quitamos la ‘A’ y ponemos la ‘R’ de ‘registrado’?”, recuerda el momento en que encontró rumbo para eso que no iba a ningún lado.
“Lo que hacemos es autobiográfico muchas veces, el mirarse bien al espejo y reírse de las propias estupideces, de lo que nosotros vivimos. En una era de tanta inteligencia artificial, nosotros vivimos de la estupidez natural”, acota Alvares. Es decir, la obra de PutosModernos encuentra su materia prima en absolutamente todo lo que existe, siempre que se tome con humor y parodia, mejor si es contra sí mismos. Porque, a grandes rasgos, es una obra que opera como una gran desmitificación de la postura moderna, estereotípica, desarrollista, ideal, feliz no matter what. “Más allá de eso, tampoco nos gusta pensar que hacemos dogma, o moral, o activismo, o política. Política es todo, pero política es nada”, aclara.
Si existieran vacunas contra la lectura, ellos la venderían
Sus seguidores lo entienden, y agradecen cuando hay post nuevo en Instagram. Pero la vena influencer de PutosModernos se alimenta de todo y hace que la agencia pueda incluso comerse su propia cola, como sucedió cuando la pandemia y las elecciones catalanas les dieron pie para tomar las calles con el famoso cartel “Todo saldrá vien”. Salieron de lo digital, “pero acabamos teniendo un poster que fotografiar y compartir en redes. Volvimos a entrar, porque lo importante no es hacer el poster en sí, sino sacar la foto y ponerla en Instagram o donde sea”, ríe Sandua.
Como sea, ha sido tan notable eso que los PutosModernos hacen que la Bienal del Cartel de Bolivia (BICeBé) les invitó a exponer su hilo interminable de frases instagrameables en forma de carteles en una galería de arte, sumando un oficio más al CV de la agencia. “Sería muy presuntuoso de nuestra parte, pareceríamos más idiotas de lo que ya somos vendiéndonos como artistas. Pero podemos decir que ya tenemos una exposición. Con lo cual, por ahí sí que lo somos”, ironiza Alvares.
Sandua complementa que el hecho de conseguir hacer una exposición de arte con unas frases es quizá la cúspide del síndrome del impostor y de la capacidad para vivir de la estupidez natural del mundo. Más idiotas o más artistas, los PutosModernos son los protegidos de la BICeBé, y están más que autorizados para vender salvavidas en este mundo de naufragios ideológicos y faros rotos.