“El Rostro de mi Tierra”, la segundita de Pablo Matías Del Río
En medio de la segunda exposición del joven fotógrafo tarijeño, Pura Cepa realizó esta entrevista exclusiva acerca del arte de la luz, la preservación de las tradiciones y su relación con el devenir de la cultura.



A Pablo Matías del Río lo retratamos como guardián de la Fiesta Grande en ocasión de su primera exposición, y ahora lo encontramos ampliando su rol: continúa regalándonos con lo mejor de sus diez años de trabajo fotográfico inspirado por su experiencia como chuncho promesante, mientras abre el ángulo visual para incluir nuevos rasgos de la identidad tarijeña.
Con “El Rostro de mi Tierra”, parte del Festival Internacional Abril en Tarija, Del Río presentó 20 capturas en las que predominan los retratos de San Roque, pero también ofreció una mirada sociológica a la cotidianidad de la zona alta. Como es habitual en la obra de Pablo, cada foto llevaba un título que redondea su perspectiva con cierta poesía, aunque a veces anticipa lo que ya está dicho en la imagen.
En esta segunda exposición, el artista manifestó una notable mejoría en el formato y la presentación, pues durante los seis meses previos a la inauguración Del Río se dedicó a tocar puertas, consiguiendo el apoyo necesario para lograr impresiones de gran calidad. En Tarija, contexto difícil para el crecimiento de las artes, su esfuerzo se vio recompensado por la admiración que le expresaron los visitantes mientras lo entrevistábamos: “Me encantan tus fotos”, “Te felicito, Pablo”, “¡Esto es Tarija!”.
“El Rostro de mi Tierra” también rindió homenaje a Paolo Mariano “Pocho” Arzabe Antelo, futbolista y amigo personal de Pablo, quien nos contó que “la foto del medio era su favorita”. Reproducimos esta veintiunava imagen para amplificar su tributo.
Y ahora sí, las preguntas.
Pura Cepa (PC). Si bien falta el Chaco, llaman mucho la atención las fotos de la zona alta. ¿A qué se debe esta nueva mirada?
Pablo Matías Del Río (PMR). En general, la exposición tenía que estar enfocada en retratos, pero sentí que faltaba algo más para mostrar la identidad de Tarija. Por eso están esas fotos que no son del todo un retrato, pero son fotos importantes porque reflejan la soledad que existe en la zona alta de Tarija, ciertamente olvidada, descuidada, y hay muchas personas que viven y sobreviven en soledad. Vos vas, ves un paisaje amplio, pero las personas están solitarias. Una de las imágenes es en Tajzara, y la otra, cerca del Cañón de Pilaya. Me apasiona San Roque, pero también quiero empezar a diversificar mis tomas. Hay mucha cultura en Tarija.

PC. ¿Qué significa para ti ser fotógrafo?
PMR. Es una conceptualización. Para la gente, soy fotógrafo, pero no me siento así, cabalmente. Para mí, fotógrafo es Darquino, por ejemplo, que se ha formado y ha invertido, y hace fotografía profesional. Yo no considero que esté a esa altura, porque no lo hago así. Hacer fotografía de eventos y trabajos profesionales, lo he intentado, no me ha gustado, y no me veo haciéndolo. Pero sí hago fotografías. Y es levantar la mirada. Cualquier persona ve estas cosas, pero pocos dicen, “acá hay una foto, voy a esperar, voy a capturar”. La gente no está acostumbrada a verse a la cara, a detenerse un segundo a mirar lo que sucede en frente. Obviamente, yo retrato estas cosas desde mi perspectiva, desde lo que yo siento. Pero no es nada que no esté sucediendo afuera, día a día. No es que me he llevado un cañero a mi casa y lo he puesto en el patio con unas luces. También hay muchas personas que hacen fotografía en Tarija, muchos gracias a Dios, con la ayuda de sus padres, han podido conseguir una cámara, y hoy en día es más accesible hacer fotografía que 10 años atrás. Pero llegar a ser fotógrafo es distinto. Es otro paso que va más allá de poder tomar una cámara. Implica conocimientos básicos, composición, iluminación, muchas cosas.

PC. ¿Cuál es el valor de la fotografía en la preservación de tradiciones como la Fiesta Grande?
PMR. A través de la fotografía, uno transmite y preserva la historia. Lo que siempre he tratado de capturar es la expresión cultural, porque al final todo lo que ves es lo que está pasando ahí con las personas en la calle, cuando rezan, cuando tocan un instrumento, cuanto están en procesión, cuando cargan al santo, puedes identificar personas mayores y jóvenes y ver en sus ojos si están apenadas, si viven con problemas, si están aliviadas. Es lo que busco transmitir, esos sentimientos, además de preservar la cultura. En San Roque se encuentran personas del campo y la ciudad, personas que han salido de Tarija para estudiar y trabajar y vienen a la festividad, y extranjeros, de Argentina o España, por ejemplo, que vinieron una vez y se han interiorizado con la fe y la cultura, y por devoción vuelven a participar.

PC. Sabiendo cómo es la tradición y habiendo registrado el pasado, ¿cómo percibes que será Tarija en 20, 30 años?
PMR. Yo creo que, culturalmente, no se van a perder las costumbres y tradiciones autóctonas. Pero no sé cómo terminará diversificándose, porque la cultura termina mutando. En San Roque, como es la fiesta que más gusta, la fiesta más grande de Tarija, hay debate. Yo he sido chuncho y he vivido de cerca el debate. Hay personas mayores, que ya no están, que nos exigían hacer el paso de una forma. Y en la actualidad se practica de una manera airosa, que es bueno, a la gente que lo ve desde afuera le fascina que el chuncho mueva sus ponchillos por aquí, por allá, que se desviva, ¿no? Pero no es la danza autóctona como tal. Desde hace bastante tiempo, un grupo especial de danzantes realiza las labores, que el año pasado han aumentado. Me acuerdo que cuando bailaba, había una labor que se baila de espaldas, el camba, y es bien complicada. He visto otra parecida a la cueca, que bailan moviendo sus cintillas. Hay muchas labores que están ahí guardadas, y no se realizan hoy porque no pueden hacerlas, o están quedando poco a poco en el olvido y no hay quien las enseñe a hacer, porque falta registro. Al final de cuentas, vas a seguir haciendo una promesa, no importa si lo haces de una forma u otra. Y por eso creo que va a seguir el debate interno. Ese y muchos más, como en algún momento ha existido el debate de la inclusión de las mujeres en otros roles. En algún momento, va a haber una polémica mucho más grande. Mientras, la esencia, lo más importante, es la devoción y la fe por San Roque.
