Abril en Tarija
Los colores de Jhonny Ponce De León
El pintor autodidacta presentó su obra en la Galería de la Casa de la Cultura, en el marco del XXXII Festival Abril en Tarija.



El psicólogo Jhonny Ponce De León lleva 30 años pintando. Pero hace 12, a partir del nacimiento de su hija, decidió dejar la profesión y dedicarse de lleno a la pintura. “Es difícil hacer dos cosas, trabajando en oficina y cumpliendo los horarios. En el momento que me libero, me dedico totalmente”, reveló el pintor formado en el arduo y satisfactorio camino de la auto-enseñanza, en el que ha seguido su propia línea, aprendiendo de la naturaleza y de sus pintores predilectos, todos españoles: Diego Velázquez, Pablo Picasso en su primera etapa, y Joaquín Sorolla, entre otros.

“Soy un pintor solitario, de los que se mete al taller y se olvida del mundo”
Así, su pintura se declara a ratos realista, a ratos naturalista, y ha adquirido toques impresionistas que logran que su mirada en el lienzo deje una atmósfera casi onírica en la que su forma de trabajar el color y la luz diluyen la profundidad en favor de los primeros planos. Esta factura es apreciable en “Colores del Tiempo”, exposición que Ponce De León curó con el apoyo de su familia, que, como dice, es su “mejor crítica. Me ayudan en la selección, y esta vez hemos propuesto rescatar los momentos y hechos que han pasado”.

“Colores del Tiempo” reúne diversos temas y géneros. En la primera nave de la galería y en gran parte de la segunda, se apreciaron sobre todo algunas obras alegóricas de las costumbres y tradiciones tarijeñas, como en “De andi es lindu…”, estampas que retratan la nostalgia contenida en los objetos de antaño, como en “El fogón de la abuela”, y algunas perspectivas del trazo impresionista del autor, como en “Esquina de Tarija”.

En sus obras, se aprecia una factura lograda a pesar de las dificultades para ser pintor en Tarija, como no encontrar material o espacios adecuados para exponer su obra, cosa que le obliga a llevar y vender sus cuadros a otro lado. Es cierto que sus precios posiblemente no son accesibles para el grueso del público tarijeño, pero también lo es que su estilo ha sido logrado a pulso, exigiéndose, paradójicamente, con horarios ejecutivos. “Yo hago de cuenta que voy a la oficina. Entro a las ocho de la mañana y salgo al medio día, todos los días. Soy un pintor solitario, de los que se mete al taller y se olvida del mundo. Sábado y domingo, descanso”, comentó.

De esta manera, Ponce De León está cerca de alcanzar el millar de obras en su catálogo de óleos, acrílicos, acuarelas y dibujos. Para él, la pintura “no es solo dibujar y poner colores. Integra al ser que piensa y es espiritual. La pintura te permite ese encuentro con uno mismo. Ya no se piensa para afuera, sino para adentro, y el pensamiento engancha a las emociones. El arte va más allá de una necesidad, le da vida a un sentimiento y a una forma de pensar”.

Al fondo de la galería, Jhonny reservó espacio para los cuadros que hablan de la historia, su otra pasión. “Me gusta leer historia, y el nombre de la exposición también nos trae el recuerdo de luchas importantes de la Guerra de Independencia de Tarija, que traemos hasta el presente para ponerles color. La historia está llena de derrotas y triunfos, y es tarea del pintor rescatar y encontrar la riqueza de colores que tiene”. Tal misión se aprecia en obras como el retrato de Gregorio Aráoz de Lamadrid, cuyo recorte nuevamente da cuenta de esa cualidad onírica del pincel de Ponce De León; en “Combate de los Montoneros chapacos”, donde a la par de un retrato de la lucha hay otro de la naturaleza; en el retrato de Vicente Camargo, que además despliega un paisaje cuasi fantasmagórico del cual parecieran emerger las figuras de la historia; y, finalmente, en “Arremetida”, la obra que se encuentra en la portada de esta nota.

“Hay que formar niños, hacerles ver arte, acompañarles a las exposiciones”
Jhonny Ponce De León está planeando una colección de pinturas acerca de la Guerra de Chaco, episodio histórico que pronto quedará a 100 años de distancia de nuestro presente. Por lo pronto, seguirá trabajando también por las nuevas generaciones. “Hay que formar niños, hacerles ver arte, acompañarles a las exposiciones. Todos los ámbitos del arte son importantes. Es un trabajo de generaciones”.