Se consolida la nueva gestión
Arce y los negocios
Las inversiones estratégicas contratadas a empresas amigas y el respaldo de los fondos de las AFP supusieron una constante en la pasada gestión y Arce debe analizar cómo le dará continuidad



Esta semana han vuelto a quedar al descubierto las relaciones de poder entre ciertos negocios estratégicos del Estado y el Gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera en un país en el que la transparencia y la información pública brillan en ausencia.
Hace ya unos años quedó al descubierto el papel del venezolano – paraguayo Carlos Gill, sobre todo por la relevancia que adquirió al comprar el diario La Razón, otrora buque insignia de la progresía paceña, reducido de a poco a ser el vocero oficial del proceso de cambio.
El jueves, por ejemplo, Gill tituló sobre Gill, pero esta vez sobre otra de sus patas del negocio, la de la Ferroviaria Andina, prima de la Ferroviaria Oriental, donde es también máximo accionista a través de la Trenes Continentales SA, y que después de recibir la millonaria autorización para reiniciar operaciones en la línea Arica – La Paz (curiosamente otorgado por el Gobierno de Jeanine Áñez y su ministro Iván Arias, hoy alcalde paceño) tuvo que hacer frente al revuelo de los transportistas, que ven amenazados sus negocios camioneros y no van a dudar en activar el reclamo chauvinista.
La Ferroviaria Andina da pérdidas, aunque su negocio más lucrativo es el de sacar los portes de San Cristóbal, la inversión minera más importante del sur del país, nominalmente propiedad de la gigante nipona Sumimoto, y cuyo accionariado local siempre ha estado en el ojo de la tormenta.
La otra Ferroviaria, la Oriental, sí da lucrativos dividendos en la ruta que coordina el agro cruceño y sale por Puerto Suárez y por Yacuiba. Los grandes cargamentos de soya y grano habían sido un buen negocio, pero además viene a completar el negocio de otra pata importante, Gravetal, la agroindustria más importante del país que ha exportado 1.800 millones de dólares en los últimos años y cuya propiedad ha ido pasando de mano en mano desde la llegada de Morales y García Linera al poder, y donde se han identificado capitales venezolanos – Inversoja - y varios directores que pasaron por el poder político antes que por el económico, como Juan Valdiviva, Carlos Jorge Gómez Núñez o Mauricio Ettienne, también parte de la Ferroviaria Andina y de un entramado de constructoras que se adjudicaron, entre otras cosas, el contrato de los radares o del Tupac Katari.
El pasado, el futuro
Gravetal no solo fue una iniciativa económica empresarial sino también una operación estratégica pilotada desde círculos políticos para sentarse en el centro del poder económico y agroindustrial de la oligarquía cruceña, a la que se “domesticó” según cuentan las propias crónicas de los medios cruceños de 2006 a esta parte y revela la forma en la que ha ido operando la Cámara Agropecuaria del Oriente, cuyo papel en el breve paso de Jeanine Áñez por la Presidencia (y Óscar Ortiz por el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía) es digno de análisis aparte.
Y es que otra de las patas importantes en este cierre de negocio tiene que ver con el poder financiero real, que en este caso tiene que ver con la administración de los fondos de pensiones, en manos de dos empresas privadas: Previsión del BBVA y Futuro, pero cuyo margen de acción está limitado por las disposiciones del Gobierno, y ahí, el presidente y exministro de Economía, Luis Arce Catacora, ha jugado un rol esencial en los últimos años.
La Cámara Agropecuaria del Oriente, por ejemplo, ha abierto vías de financiación respaldadas en los fondos de las AFP tanto con el Gobierno de Morales como con el de Áñez, y no han faltado los reconocimientos.
Los fondos de las AFP, por ejemplo, aparecen también en el capital tanto de la Ferroviaria Andina como de la Ferroviaria Oriental, con un 24,9% cada uno en cada empresa a través de Fondos Cerrados de Capitalización. Por otro lado, el Banco Unión, además de otros bancos comerciales, y los propios fondos de las AFP han ido sirviendo para financiar operaciones de inversión.
El nuevo rol del Gobierno Arce
Algunas de las tensiones desatadas entre el Gobierno de Evo Morales y el actual Gobierno de Luis Arce Catacora tienen que ver también con el hecho de hacerse cargo de problemas que tienen orígenes e intereses más particulares. Es el caso del conflicto con la Ferroviaria Andina y los transportistas cochabambinos y orureños, que sienten amenazados sus puestos de trabajo y negocios, y que no se explica con tanta vehemencia.
Los estrategas advierten que los tiempos han cambiado y que a Luis Arce le va a tocar administrar tiempos de escasez y no de bonanza. En ese sentido, las dudas sobre cómo reaccionará el capital amigo y cómo el capital sometido a las reglas nacionales es una de las grandes incógnitas del momento.