¿Y si se juntan?
La posibilidad de una reunificación del MAS está más viva que nunca, salvo por el fiasco opositor



El Movimiento Al Socialismo (MAS) que controla Luis Arce ha pospuesto hasta el 11 de mayo la decisión sobre su binomio por tercera vez y la justicia liberó de la orden de aprehensión a Evo Morales, aunque después haya dejado en suspenso la decisión, seguramente a la espera de más movimientos. Mientras, Andrónico ha “roto” su silencio para decir que ya es candidato.
Blanco y en botella. Ha habido presiones desde todas las alturas y han intervenido mediadores de alto nivel, como el propio José Luis Rodríguez Zapatero que recibió a Andrónico Rodríguez en Madrid y que ya frenó la marcha de Evo Morales en la cervecería el pasado mes de septiembre, la única vez que el gobierno estuvo cerca de tambalearse (le faltó gente).
La operación de alto riesgo la dirige Álvaro García Linera, apostado desde hace tres años en la “tercera vía” y acompañado por el equipo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, con planteamientos demasiado europeos para la región y más proclive a Morales. García Linera colocó la hipótesis y Morales lo tildó de traidor, pero ha seguido trabajando hasta convencer, sobre todo, a Andrónico Rodríguez no solo como candidato, sino como rebelde.
No ha tenido tantas dificultades con Luis Arce y su gobierno, que nunca tuvo verdadera vocación de poder pero que reaccionó a la crítica despiadada y a las acusaciones familiares con más dureza, pero la propia realidad acaba despejando los caminos.
La palabra la tiene ahora Morales, que también quiere garantías. El camino hacia una hipotética candidatura, ahora sin Andrónico, es por demás tortuoso más allá de la luz de esperanza que le han abierto en el Tribunal Constitucional Plurinacional. El 18 de mayo se presentan candidatos, el TSE debe dar su visto bueno y aquellos inhabilitados pueden recurrir al TCP. Tanto los vocales del TSE como los del TCP han adelantado su criterio, pero como dice Marcelo Claure, en Bolivia todo puede cambiar.
Con todo, no se trata solo de la dificultad jurídica. Su popularidad está minada y su margen de crecimiento es escaso. Ninguna encuesta le da por encima del 35% y es el que más reactivos suma. Hay “masistas” duros que sí han creído en las denuncias de estupro, hay otros que ya habían considerado que era suficiente en 2019, y hay otros que no le perdonaron que entre Patria o Muerte eligiera México.
El plan de partir al MAS por mitad fracasó cuando la crisis se aceleró. No se trataba de asuntos funcionales o ideológicos sino de un pragmatismo temporal: el voto cautivo del funcionario y sus familias acaba en el momento en el que se para ante las ánforas después de haber chequeado las encuestas.
Siglas hay de sobra: FPV, Pan Bol, MAS, NGP, UCS y MTS, aunque es esta última la única que se juega el pescuezo de su existencia si no logra el 3%.
Las condiciones también están dadas: la oposición no da muestras de lograr una candidatura única y por lo tanto, el voto se va a repartir entre al menos tres o cuatro opciones muy definidas – Manfred, Tuto, Reyes Villa, Jaime Dunn, Rodrigo Paz, Chi Hyun Chung – y a la vez muy intercambiables: todos hablan más o menos de lo mismo y la decisión por uno o por otro se basa en cuestiones emocionales.
Sin embargo, este tema es también el tema que pone en riesgo la candidatura de unidad en el bloque popular: los entornos de Evo Morales por un lado y de Luis Arce por el otro lado están convencidos de que pueden ganarle al otro y entrar en una segunda vuelta con un 25-30% de los votos. Plegarse a Andrónico es la otra opción, pero cada uno quiere todavía medir sus fuerzas de negociación.
Las apuestas siguen corriendo.