Arranca una nueva gestión
Los compromisos de Óscar Montes
El Gobernador ha elegido entre un pequeño grupo de conocidos a los ejecutivos que deberán enfrentar la crisis de ingresos. La selección está todavía siendo sometida al escrutinio del pueblo



No ha sido fácil armar gabinete en este 2021 porque el contexto no es fácil. Se viene una crisis económica seria, por lo que aquellos que entran tendrán poco margen de actuación para dar brillo a su gestión; suenan los tambores de radicalización totalitaria del Gobierno Nacional, que casi siempre se materializa a través de la presión judicial en todo el país y contra todo opositor; y todo esto por 7.000 bolivianos que es lo que asigna para cada secretario la Ley vigente de la Asamblea Legislativa Departamental de hace solo un par de meses y que con todos los problemas presupuestarios encima, no parece que nadie se vaya a atrever a derogar en el corto plazo.
Cuentan que con estos mimbres existen tres perfiles entre las personas que han dado el sí quiero:
Un primer grupo es el de gente con la vida resuelta, que en su madurez y con su experiencia deciden aportar al Gobierno Departamental. Es el caso del doctor Álvaro Justiniano, por ejemplo, que siendo dueño del laboratorio Medicom va a asumir el Servicio Departamental de Salud.
El segundo grupo lo conforman los que creen que a través de la política lograrán el reconocimiento social y les permitirá ascender socialmente en Tarija. Sacrifican tal vez sueldo – o prestigio, o palabra - por proyección. Es el caso de Alan Echart - que ha saltado del núcleo duro de Oliva a ser subalterno de Montes en un servicio como el de la Gestión Integral del Agua, que apuntaba a ser importante -, pero también de otros muchos en cargos clave.
El tercer grupo lo conforman los de la espina clavada, aquellos que tuvieron la oportunidad y la perdieron o se quedaron con las ganas de servir mejor. Comparten con los primeros la experiencia y con los segundos las ganas de reivindicarse. Es seguramente el caso de María Lourdes Vaca, que lleva una década partiéndose el lomo en la oposición legislativa, donde no había nada la mayor parte de las veces salvo su voz discordante, y que ahora aplicará principios desde la secretaría de Desarrollo Social.
Gobernar con las promesas
Ya en frío se deduce pronto que en realidad Montes no hizo demasiadas promesas en campaña. Casi ninguna, y lo suficientemente amplias como para que sean interpretables. Con todo, donde más incidió fue en el desarrollo productivo.
Es en esa área donde el Gobernador se ha asegurado a su gente de confianza, pues en Economía está Erik Montaño y en Desarrollo Productivo, Efraín Rivera, además de Óscar Guillén en el Sedag, es donde pondrá toda la carne en el asador para que la gestión tenga un norte.
Otro aspecto clave que se desprende de la conformación del gabinete es la de la relación con el Chaco. La ausencia de profesionales de provincias y particularmente del Chaco se percibe en todo el organigrama, y el asunto no pasará desapercibido.
Para el MAS, el Chaco será su refugio cultural y electoral, como lo ha sido en los últimos años, sin embargo, en el valle central hay numerosos proyectos que requieren la complementariedad que se hace impensable que Montes vaya a buscar un choque deliberadamente.
El riesgo vendrá por el otro extremo, pues cinco años viviendo de espaldas puede derivar hacia otras determinaciones, peor en estos tiempos en los que la economía petrolera flaquea y a al Chaco le pude no alcanzar ni siquiera con su 45% por demás equilibrado.
Las promesas que no se entienden
Por otro lado, los estrategas reconocen que una vez colocado en la segunda vuelta, que era más complicada de alcanzar, la victoria estaba prácticamente asegurada sin demasiados esfuerzos, y sin embargo, Montes ha seguido integrando actores, como el mencionado Alan Echart, para que se sume a un proyecto todavía indeterminado y del que no era parte.
Igualmente han surgido críticas por la elección de secretarios demasiado sectarios como para negociar nada o de personas sin vocación de servicio público que han aparecido en cargos rimbombantes en este momento, la cual genera desconfianza.
Montes en el escenario nacional
El gabinete nombrado no es precisamente conciliador: Reina Vaca ha sido azote del MAS en general y Evo Morales en particular, y el poderoso secretario de Gestión Institucional, que incluye Coordinación, Gobernabilidad y Justicia, Jorge Mariano Bacotich, empezó siendo asesor de Montes, pero después ha pasado por el Comité Cívico que abrió diálogo con Morales y finalmente por Vox Tarija, la agrupación ultraderechista española.
No está claro quien asumirá las competencias para coordinar con el Gobierno, y puesto que el principal asunto a tratar son los económicos – particularmente los de endeudamiento -, parece será la secretaria de Planificación, Karina Liebers, la que tenga que romper el hielo y tratar de llevar a buen puerto una relación que no le da muchos logros al Gobierno nacional. Concretamente ninguno.
Sin duda, la oposición tradicional confía en que Óscar Montes asuma un rol activo en el pulso determinante con el Movimiento Al Socialismo a nivel nacional, que salga de los términos pragmáticos y se lleve al de las ideas de confrontación. Un rol distinto al que se espera de Luis Fernando Camacho, que será la punta de lanza, pero no menor, puesto que se espera que desde Tarija surjan ideas que regeneren la política.