La resaca del 7M
Supervivientes, resucitados (y no) de la política tarijeña
Los sacrificios han estado a la orden del día en el proceso electoral del 7 de marzo y muchos han descarrilado sus trayectorias con decisiones controvertidas – Luis Alfaro, Alan Echart, Abel Guzmán - o salidas airadas – Wilman Cardozo - . Otros han encontrado una segunda oportunidad en política



Si algo ha demostrado la política Patria es que sus actores deben estar dispuestos a desempeñar diferentes papeles, más en una trama tan pasional como la que se viene viviendo en el país en los últimos años. La polarización prácticamente lo ha cubierto todo y no hay quien se salve, aunque también es habitual ver a los protagonistas saltando de un lado a otro.
La última campaña ha sido un verdadero ascenso al Monte Calvario, ninguno dudó en clavarse en la cruz para alcanzar el paraíso del favor del pueblo, pero todavía no está claro quien saldrá airoso y resucitará, y quien quedará ahí a expiar sus penas.
Es verdad que la política tarijeña siempre acaba dando segundas oportunidades – y terceras, y cuartas y a veces hasta quintas -, pero también es cierto que no todos podrán alegar “desconocimiento” o “enajenación mental” en su deriva.
La mayor parte de los que han obrado el milagro de trascender lo han hecho desde puestos legislativos, aquellos asientos que no necesitan de enfrentarse directamente a la realidad del voto para fortalecerse; otros, sin embargo, han buscado una segunda vida política en otros cargos ejecutivos que no le han permitido acabar con éxito.
Supervivientes de alto rango
El embate electoral del 7 de marzo ha dejado un puñado de nombres propios que se han destacado por su habilidad para la supervivencia, la mayoría concentrados en la Asamblea Legislativa Departamental.
Es el caso de Francisco Rosas, erigido como primer asambleísta por población en Cercado por comunidad de todos de adrián oliva y al final, único legislador de esa sigla en el hemiciclo departamental. Rosas es fundador de UNIR y fue por años la mano derecha de Óscar Montes Barzón en el concejo municipal de Cercado, siendo incluso el alcalde alterno. En un momento dado se rompió esa relación y Rosas, siempre vinculado a los barrios y con su hermano Edwin Rosas comandando la Fedjuve probó suerte en solitario, pues también rompió vínculos con Rodrigo Paz para volverse un crítico a la gestión municipal y finalmente, reconducirse. Las cosas de la política, Rosas es hoy representante de Oliva en la Asamblea Departamental, un ámbito que le era ajeno.
Otro superviviente es Mauricio Lea Plaza, que impulsó la alianza de Camino al Cambio con Unidos de Óscar Montes y se garantizó el curul como número uno por Cercado. Es verdad que solo será su segunda legislatura en el hemiciclo, pero su rol como mano derecha de Mario Cossío en los años de la autonomía le suman. Si alguna vez se vio fuera, hoy pasa por ser clave en el próximo equilibrio entre fuerzas en la asamblea Legislativa.
En el MAS legislativo hay dos nombres propios que han logrado esquivar presiones y posiciones en escorzo, Eider Quiroga, asambleísta por Uriondo y que postuló para ser el candidato a Gobernador, siempre en consonancia con Álvaro Ruiz, lo que valió el reacomodo, y José Yucrá, electo asambleísta por Bermejo, y que en la anterior legislatura tuvo problemas de encaje en el MAS – fue expulsado del Sernap por los suyos, por ejemplo –, pero que aprovechó el vacío de portavocías en el MAS para volver al lado de Morales.
En el Concejo Municipal hay también un puñado de nombres con solera que han logrado mantenerse vigentes pese a sus esquivas trayectorias políticas. Es el caso de Erwin Mansilla, electo por el Movimiento Tercer Sistema y que todavía tiene en vigor su acta de asambleísta por el MAS de Cercado, aunque sus desencuentros han sido públicos y publicados en numerosas ocasiones. Defenestrado él, ha logrado una nueva bola de partido.
Por Unidos se suman al concejo municipal César Mentasti, también asambleísta pero de UD-A y que pasa por ser el jefe de Unidad Nacional en Tarija, y que yendo en franja de seguridad con Johnny Torres no ha tenido problemas en revalidar su título. También se cuela Edgar Rendón, senador del PDC hasta hace poco y otra de las pocas voces sueltas del MNR.
Por Unidos entran también en los puestos 5 y 6, que pasan a ser claves, dos íntimos de Óscar Montes – que sigue teniendo la llave de la gobernabilidad en el Concejo -, Alberto Valdez y Marcela Guerrero. Valdez fue “su” presidente de Fedjuve de Montes, lo que le valió el curul en la anterior gestión y desde donde se mantuvo fiel a Montes tras el cisma con Rodrigo Paz.
Más controvertida es la meteórica carrera de Marcela Guerrero, exdirigente campesina de San Jacinto, y que desde que blanqueó su armonía con Montes ha sido candidata número 1 de Bolivia Dice No en 2019, candidata de la c41 por Juntos en 2020 – acabó renunciando tras la ruptura de Montes y Áñez – y una fugaz directora del INRA en Tarija.
En el capítulo de ejecutivos también hay supervivientes, aunque bien podrían considerarse como “ascensos”, en el caso del propio Johnny Torres en la alcaldía de Cercado, la de Sara Armella en la alcaldía de El Puente o William Guerrero en Padcaya; los tres han pasado por la Asamblea Legislativa Departamental generando más o menos polémicas, pero dejando claras sus ambiciones.
Por otro lado, más que supervivientes se pueden considerar en la categoría de “resucitados” a ejecutivos como Carlos Brú o Ermás Pérez, que vuelven a la función pública tras una larga travesía en el desierto.
Carlos Brú pasaba por ser el bastón de mando de Evo Morales en Yacuiba, pero su derrota con escarnio en la disputa por el gobierno municipal de 2015 le restó credibilidad. Morales lo acomodó como Viceministro de defensa civil primero, como cónsul en salta después y en la elección fallida de 2019 le colocó como senador en franja de seguridad. Finalmente, vuelve a la alcaldía de Yacuiba agradeciendo la triste gestión de su rival de 2015, Ramiro Vallejos.
A Ermás Pérez en Caraparí le pasa más o menos lo contrario, Pérez fue derrotado con el MAS en 2015 por el apoyo del subgobernador – del MAS – Lorgio Torres a Wilman Peña, pero finalmente ambos han acabado abrazando a Óscar Montes, por lo que el MAS ha recuperado la alcaldía con Pérez.
De la política, sus kamikazes
No es seguro que Barrabás se sometiera voluntariamente a aquel juicio público en el que, al final, el pueblo le concedió el indulto frente al profeta, ni viceversa. No hubo un fallo de cálculo como esos que a menudo se justifican en política después de groseras caídas.
Esta elección del 7 de marzo ha dejado unas cuantas enseñanzas en ese sentido, pues son varios los políticos consolidados que optaron por dar el paso y someterse al escrutinio público, para acabar dando con sus huesos en el piso.
Uno de los talegazos más sonoros ha sido el de Wilman Cardozo, que acabó postulando como candidato a la alcaldía de Yacuiba por Comunidad de Todos pese a que las perspectivas no le eran especialmente favorables. Cardozo fue en su momento un político audaz que se expuso en los momentos clave y que logró numerosas victorias en solitario que le valieron el reconocimiento político: Lo hizo en 2002, en 2005, en 2009 con el AS tras ser marginado de Convergencia Nacional y en 2014 le ganó la elección para Marcela Vásquez en la C43 en un duelo indirecto con el MAS. En 2015 aún hizo que Ramiro Vallejos fuera alcalde tras su suspensión, pero la estrella se le apagó.
Tras haber prometido que abandonaría la política, Cardozo se colocó como segundo senador con Comunidad Ciudadana en 2019 y lo propio con Juntos de Jeanine Áñez en 2020, finalmente decidió postular a la alcaldía y perdió. Su última conferencia, llamando “cuerudos” a quienes no le botaron quedará en los anales de la comunicación política.
Otro caso de análisis es el de Luis Alfaro, que después de haberse labrado un pasado sólido dentro del MAS haciendo crecer el instrumento a partir de la Federación de Campesinos en Tarija y ser diputado plurinominal, a todos los efectos jefe del partido en el departamento ha dado ahora un paso en falso.
Alfaro dejó el MAS en 2015 cuando Morales se decantó por los invitados en la oportunidad de oro para tomar el departamento por las ánforas luego de la pésima gestión de Lino Condori en el interinato de la Gobernación. En esa elección sumó un 13%, que sumado al 35% del MAS en primera vuelta no hubieran dejado margen de duda sobre quién hubiera ganado aquella pulseada, pero de todas formas llevó su pulso hasta el final y apoyó a Adrián Oliva, que finalmente se hizo con el cetro de Gobernador.
Alfaro pasó a formar parte de su equipo como secretario de Gobernabilidad, que nadie sabe exactamente qué es lo que hacía, pero ahí estuvo hasta que decidió no estar y se salió firme aunque sin demasiado ruido. Él venía advirtiendo que volvería a candidatear, aunque no se le veía con tanto aparato, finalmente aceptó un poco presionado por todos – con el cálculo de que volvería a restar al MAS – pero su paso ha sido prácticamente intrascendente.
Suicidio también ha parecido el de Alan Echart, que no tenía ninguna posibilidad de ser elegido alcalde, pero llevó su candidatura al límite, tanto que Oliva la tuvo que avalar frente a la de Pica Lema, que parecía mucho más racional. El cálculo era que Echart hiciera una campaña dura contra “los viejos políticos” y sirviera en la Gobernación, pero no sirvió. Para acabar, Echart se ha arrojado a los brazos de sus rivales – los viejos políticos – ni bien empezaba la campaña de la segunda vuelta… Aún es joven, pero lo controvertido de su paso dejará consecuencias.