Escándalo en Israel por la filtración política de documentos militares
La jugada pretendía culpar exclusivamente a Hamas de rechazar la tregua
A las declaraciones de negociadores israelíes que acusan a Beniamin Netanyahu de frustrar intentos de tregua para priorizar sus intereses políticos, se ha añadido una nueva evidencia que demuestra el escaso interés del primer ministro israelí por liberar a los 101 rehenes que agonizan en Gaza en manos de Hamas.
Eli Feldstein, exasesor del premier, filtró documentos militares clasificados a la revista Bild en una maniobra para aliviar la presión popular sobre Netanyahu tras hallarse seis cadáveres de rehenes ejecutados en septiembre.
La jugada pretendía culpar exclusivamente a Hamas de rechazar la tregua y potenciar el relato de que las manifestaciones en Tel Aviv exigiendo la liberación de los secuestrados fortalecían al grupo islamista.
Fuentes judiciales consideran que la filtración dañó la seguridad del Estado
Fuentes judiciales consideran que la filtración dañó la seguridad del Estado, y el ejército añadió que la maniobra frustró intentos de liberar a los rehenes.
Feldstein obtuvo la documentación de modo ilegal a través de un reservista de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), y la compartió al diario alemán tras el traumático hallazgo de los seis jóvenes israelíes tiroteados en Rafah, que desató la furia popular contra Netanyahu.
Feldstein y otro acusado serán juzgados pronto por los cargos de obtener material confidencial para dañar al Estado y de conspirar para cometer un crimen. El portavoz de las FDI, Daniel Hagari, calificó el pasado miércoles como “muy peligroso para la seguridad de Israel” que el Gobierno avance una ley para blindar judicialmente a los acusados de las filtraciones.
Tras la publicación del Bild, las FDI iniciaron una investigación dada la extrema sensibilidad de los detalles publicados. En el proceso, se determinó que el reservista implicado “decidió por voluntad propia extraer un documento sensible de las FDI y mandarlo al estamento político”.
El documento citado en el artículo afirmaba que Hamas no tenía interés en terminar la guerra, y que su prioridad era “desgastar” el aparato militar y político de Israel durante las negociaciones de alto el fuego. “Hamas continuará ejerciendo presión psicológica sobre las familias (de los rehenes) para fomentar la presión contra su gobierno”, apuntaba el diario alemán.
A las maniobras de Netanyahu y su entorno se suma otro obstáculo: el sueño de la extrema derecha judía de instalarse en Gaza. “No liberaré a mil sinwares bajo ninguna circunstancia”, espetó el ministro radical Itamar Ben-Gvir a familiares de secuestrados. En un encendido debate, el ministro mostró su oposición a un acuerdo que acarree la liberación de reos palestinos. Yahya Sinuar, líder islamista liquidado por el ejército israelí, fue liberado de la cárcel en un canje de prisioneros en el 2011.
Desesperada, la madre del desaparecido Matan Zangauker acusó a Ben-Gvir de querer “construir colonias sobre la sangre de nuestros hijos”.