Día de la discapacidad: Ciudades amables

A menudo la cuestión de los recursos económicos no pasa de ser una excusa para esconder la falta de voluntad, o de autoridad, en hacer una ciudad más accesible

El 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida.

Es el día y la denominación amparada por las Naciones Unidas, aunque en muchos países se han desarrollado reflexiones que han llevado a utilizar otros eufemismos para referirse al mismo tema, como las personas “con capacidades diferentes”, pero en cualquier caso, lo importante no es batallar por la denominación sino más bien, por los derechos ausentes.

La discapacidad es un concepto complejo que ha evolucionado en el tiempo. Actualmente, gracias a la aportación del movimiento social de la discapacidad, se han superado las visiones centradas en las dificultades que experimentan las personas debido a su situación de salud. Estas visiones eran propias del denominado modelo biomédico – rehabilitador y ponía la carga en el paciente.

El concepto de discapacidad se basa en el modelo social, que pone el foco en las barreras que restringen innecesariamente la participación

Actualmente, el concepto de discapacidad se basa en el modelo social, que pone el foco, más bien, en las barreras físicas y de actitud que restringen innecesariamente la participación plena y efectiva de las personas.

Desde esta perspectiva, una persona con discapacidad es aquella que teniendo una o más deficiencias físicas, mentales, sea por causa psíquica o intelectual, o sensoriales, de carácter temporal o permanente, al interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ve impedida o restringida su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.

Evidentemente el cambio de enfoque tiene una dificultad de aplicación práctica grande en los países en vías de desarrollo, pues el factor económico es determinante en muchos casos, pero no en todos.

En Tarija sin ir más lejos, por ejemplo, a estas alturas resulta indignante que se sigan autorizando veredas que dificultan el paso a personas en silla de ruedas o simplemente con muletas, porque además son obras que no tienen mayor costo si se planifica pensando en todos, simplemente con pensar en las personas mayores.

Hay otros asuntos básicos como repasar las rampas, garantizar el acceso a los locales públicos, prever atención personalizada a quienes tengan dificultades visuales u auditivas, etc.

Hay otros asuntos más complejos, como los micros o los taxis, que además son privados, pero bien se podría ligar la concesión de la línea o licencia a la existencia de ciertos vehículos para la discapacidad.

A menudo la cuestión de los recursos económicos no pasa de ser una excusa para esconder la falta de voluntad, o de autoridad. Tarija aspira a ser una ciudad modelo, cómoda e ideal para el turismo familiar, y es precisamente garantizando este tipo de accesibilidad como se logra tener una ciudad más amable y manejable para todos.

En este día de la Discapacidad, donde hay que hacer mención especial también a los cuidadores, cabe que todos reflexionemos en qué podemos cambiar para mejorar al menos un poco la habitabilidad de nuestro entorno cercano además de sumarnos a las exigencias.


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