En tiempos medievales había más vacaciones que hoy en día
“La vida para los campesinos medievales no era ningún picnic. Sufrían de hambrunas, enfermedades y guerras. Su dieta e higiene personal dejaban mucho que desear. Pero pese a todo esto, hay una cosa que envidiarles: sus vacaciones”.



Así lo afirma Lynn Parramore, Analista de Investigación del Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico (de Nueva York). Parramore reconoce que el trabajo para estos campesinos medievales era muy duro, pero gozaban de entre 8 semanas y 6 meses de vacaciones al año. “La iglesia, consciente de cómo evitar que la población se rebele, aplicó frecuentes feriados y vacaciones obligatorias. Bodas, nacimientos y otros significaban una semana de descanso para celebrar. Y cuando llegaban circos o eventos deportivos, el campesino esperaba tener tiempo libre para entretenimiento. Habían domingos libres, y cuando terminaba la temporada de arado y de cosecha, también tenían descanso”. De hecho, la economista Juliet Schor, del Boston College, encontró que durante periodos de salarios particularmente altos, como la Inglaterra del Siglo XIV, los campesinos no trabajaban más que 150 días al año.Mientras que hoy en día, después de trabajar un año en un empleo, un trabajador recibe apenas días de vacación. En Bolivia, según el Decreto Supremo 3150, de 19 de agosto de 1952, que modifica el Art. 44 de la Ley General del Trabajo (de 1943), se tiene la siguiente escala de vacaciones: “De 1 a 5 años de trabajo, 15 días hábiles; De 5 años a 10 años de trabajo, 20 días hábiles; de 10 años adelante de trabajo, 30 días hábiles. Durante el tiempo que duren las vacaciones, los empleados y trabajadores percibirán el cien por ciento de sus sueldos y salarios”.Sin embargo, la flexibilización laboral y los nuevos tipos de contratos (temporales, consultorías en línea, etc.) han permitido que en muchos casos estos derechos no se cumplan. Pero incluso si se cumpliesen, el tiempo libre legalmente establecido en Bolivia es también muy inferior al que gozaban los campesinos medievales.
No debía haber sido asíJohn Maynard Keynes, uno de los fundadores de la economía moderna, hizo una famosa predicción: para el año 2030 las sociedades avanzadas serían lo suficientemente ricas que el ocio y el descanso, en vez del de trabajo, serían la característica de los estilos de vida nacionales. Pero hasta ahora esta predicción no parece estar acertada. Si bien la actual jornada de 8 horas diarias y 40 horas semanales de trabajo –que muchas veces ni se cumple- es mejor que las 70 a 80 horas semanales del Siglo XIX, en realidad éste no es un avance o algo nuevo, sino un intento de restablecimiento “de lo que gozaban nuestros ancestros antes del capitalismo industrial”.“Si retrocedemos 200, 300 o 400 años, encontramos que la mayor parte de la gente no trabajaba largas horas, en absoluto”, afirma Parramore. Por su parte, Schor nota que “el ritmo de vida era lento, el ritmo de trabajo era relajado. Nuestros ancestros no habrán sido muy ricos, pero tenían un abundante tiempo de ocio”.
Si bien algunos culpan a los propios trabajadores por no tomar lo que es su derecho, también es cierto que en la actualidad hay mucha precariedad y flexibilidad laboral y mucha competencia, por lo que los trabajadores se ven obligados a aceptar condiciones desfavorables.
Menos productividadLas crisis económicas dieron excusa a los políticos pro-austeridad para disminuir el tiempo libre, aumentar la edad de jubilación y reducir la seguridad social, pero se han producido resultados contrarios a los que se esperaba lograr con estas políticas. Además, la creencia de que menores vacaciones equivalen a mayores ganancias económicas simplemente no condice con la realidad. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), los griegos trabajan más horas que cualquier otro país europeo, pero su economía está mal. Mientras que en Alemania, una potencia económica, los trabajadores son los penúltimos en número de horas trabajadas. Y pese al elevado tiempo libre, los trabajadores alemanes son los octavos más productivos de Europa, mientras que los griegos están en el puesto 24 de 25 en cuanto a productividad.
Los congresistas son la gran excepción“Hablando del Congreso, sus miembros parecen ser los únicos en EEUU que tienen tanto tiempo libre como los campesinos medievales. El 2016 tuvieron 239 días libres”, denuncia Parramore.En Bolivia los Asambleístas Legislativos también parecen ser una especie privilegiada, con sueldos elevados y muchos días libres.A principios de año, se conoció en Tarija que los asambleístas departamentales sólo sesionaron un día en el mes de enero, y por sólo una hora y media. Pese a ello, cobraron con normalidad su sueldo de 14 mil bolivianos (4 mil los suplementes). En la Asamblea Legislativa Plurinacional, hace poco se generó una polémica porque los asambleístas se incrementaron su sueldo en 7%, llegando a cobrar 21.340 bolivianos mensuales en el caso de los titulares, y 7.150 bolivianos los suplentes, con carácter retroactivo.Si bien los asambleístas defendieron a rajatabla su aumento salarial, se sabe que, por lo general, ellos llegan a La Paz el día martes y retornan a sus regiones el jueves en la tarde. Excepcionalmente trabajan en fines de semana cuando existen sesiones de la Asamblea Legislativa Plurinacional en caso de interpelaciones.En tiempos de precariedad, inestabilidad y explotación laboral, las nostalgias de la era medieval no están tan fuera de lugar. Eso, o ser asambleísta, parecen ser buen negocio.