Las encomiendas y los pueblos originarios de tarija*44 (Segunda parte)
Pese a que probablemente muchos de los “sujetos” que Sedano “recuperó” de tan diversos lugares eran provenientes de Tarija como el mismo indica, otros seguramente no lo eran en realidad. Catherine Julien menciona que, según Sedano, “todos los indios de su encomienda se hallaban...



Pese a que probablemente muchos de los “sujetos” que Sedano “recuperó” de tan diversos lugares eran provenientes de Tarija como el mismo indica, otros seguramente no lo eran en realidad. Catherine Julien menciona que, según Sedano, “todos los indios de su encomienda se hallaban sujetos al cacique Noa, incluso los de Tarija“ (45), lo cual quiere decir que no todos ellos eran de Tarija pese a que el mismo Juan Sedano habría declarado que: “...los indios que tenía encomendados eran naturales del valle de Tarija ...” (46).
Por ello, no se sabe con exactitud cuáles fueron los trescientos indios que Sedano trajo de “...la provincia de los Chichas...” ya que los que llegó a tomar: “...estando antes poblados (en) el balle de Tarija, dieron en ellos los yndios chiriguanaes, gente caribe, e se comieron muchos dellos, e asy se huyeron e esparcieron por otras tierras...”, es decir, no los sacó de Tarija propiamente sino de otro lugar -o lugares- de los Chichas: “...setenta leguas de la villa (La Plata)...”.
Surge por ello la duda de que el origen real de esos “trescientos indios de Tarija” recogidos por Sedano hubiera sido Tarija ya que cabe la posibilidad de que hubieran podido provenir de cualquier otro lugar de los Chichas por la forma y los lugares de los cuales los sacó “a la fuerza”. Esta suposición se refuerza por el hecho de que muchos de los encomendados que dieron muerte a Sedano se calificaban a sí mismos como “apatamas” o “chichas apatamas” y que el mismo hecho hubiera sido ejecutado por “apatamas”. Sancho de Murueta, en 1612 (47). afirmaba al respecto que: “...los apatamas eran unos indios retirados en sus tierras en el distrito del Pirú, que era(n) de Hernando Sedano, vecino de Chuquisaca, que están alzados por haber muerto su amo...”.
En la visita que hizo el oidor Francisco de Alfaro en 1608 (48), varios de los integrantes de esa encomienda aseguraron ser “naturales de Tarija” pero otros indicaron ser “naturales chichas de los apatamas” o “chichas apatamas nacidos en Tarija”. Aparentemente, los apatamas no estuvieron solamente en la zona de Yamparaez sino también en el norte argentino ya que Salas (49) menciona que los apatamas que habitaban sectores del norte argentino “...son gente del Perú poblados al sur de los chichas, en dirección de Tucumán, lo cual no quita que quizás hubieran tenido otros asentamientos como el de Tarija.”.
Sin embargo, el párrafo introductorio de un documento dirigido poco tiempo después, el año 1631, a la Real Audiencia de Charcas por Martín Ledesma Valderrama manifiesta:
“Una de las cosas considerables que he hallado en esta provincia (del Chaco) ha sido dos naciones de indios naturales del reino del Perú. La una es churumatas, y la otra de ingas del Cuzco; y ambas es gente rica de plata y de minerales. Y aunque una parcialidad de los churumatas fue encomendada en Fernando Sedano, vecino de esa ciudad (de La Plata), y por haber sacado de su pueblo los indios con que se fundaron los molinos que fueron de Diego de la Barrera y la chácara de Pocopoco de Doña Catalina de Matiensio (sic: Matienzo), que fue su nuera; y habiendo vuelto a pedirles más indios a los caciques, le mataron (a Sedano); y ellos y otros, por evadirse del castigo, se escondieron a las espaldas de la cordillera de los Chichas, a la parte del nacimiento del sol, en un valle donde hoy están.” (50).
Por tanto, no se puede decir si fueron apatamas o churumatas quienes conformaban la encomienda de Sedano y quienes llegaron a matarlo; tampoco, desde luego, que fuesen los mismos, es decir, que los apatamas fuesen churumatas, que es lo que parecen sugerir algunas de las informaciones proporcionadas por los documentos citados. Lo más probable es que la encomienda de Sedano hubiera constituido una “encomienda multiétnica” en la cual convivían, entre otros, churumatas, apatamas y, quizás, de otras etnias no especificadas.
Por un mecanismo probablemente ligado a las relaciones familiares existentes entre la Audiencia de Charcas y la Gobernación del Tucumán, esta encomienda, correspondiente a la jurisdicción de Charcas, pasa luego a ser “manejada” en los círculos allegados a la administración del Tucumán ya que en 1601, el Gobernador del Tucumán, Francisco Martínez de Leiva, expide una cédula de encomienda a favor Juan Ochoa de Zárate (51) en la cual se dice: “los indios apatamas que estan vacos por fin y muerte de Hernando Sedano de Ribera...”
Respecto a estos indios apatamas, Sancho de Murueta alegaba (52) que Zárate aparentemente no llegó a conocerlos puesto que el otro litigante indica: “...no haberlos visto (Zarate) por sus ojos, ni tomado posesión (de ellos) por no ser de este distrito (de la gobernación de Tucumán) sino del distrito del Pirú. “
Por consiguiente, la encomienda de Sedano, de sujetos correspondientes a la gobernación de La Plata y ubicada en este distrito, pasa a un encomendero del Tucumán por disposición de un gobernador de Tucumán. No se conocen las razones para este cambio de administración pero es muy probable que en ello hubieran jugado factores de orden familiar ya que Zárate se encontraba emparentado con alguno de los oidores de Charcas.
Aparte de lo indicado, Sedano hace algunas declaraciones en el juicio entre Juan Ortiz de Zárate y Cristóbal Barba en 1551 indicando que (53): “…sabe que su caçique deste testigo y los prinçipales que tiene encomendados o yndios eran y son naturales del valle de tarixa e que este testigo les a oido dezir que los caçiques contenidos en la pregunta eran vezinos suyos en el dicho valle de tarixa y los conoçieron en el… “. Esta situación es confirmada por Hernando de Céspedes (54) quien opina que los caciques mencionados eran “xuiris” ya que indica: “…conoçio a quino en casa de rretamoso que hera prinçipal de los yndios que tenia en el valle de tarixa el tiempo pasado…” “…puede auer nueue años (es decir, aproximadamente en 1542)”, (al cual) “… vido en casa de rretamoso en esta villa de plata venirlo a servir…” “…con sus yndios xuiris…” (55).
3. Encomienda a Cristóbal Barba (56)
Ya nos referimos anteriormente a la encomienda de Cristóbal Barba otorgada por el Licenciado La Gasca en 1548 sobre los indios moyos moyos que habrían pertenecido anteriormente a Manjarres ya que Alonso de Mendieta, un testigo en el juicio entre Juan Ortiz de Zárate y Cristóbal Barba, indica:
“... el Señor Presidente Lic. Gasca no encomendó al dicho Barua sino tan solamente los indios moyos lacasas que dicho majarres tubo en encomienda y de que sirvió con título bastante que fueron los moyos moyos lacasas ...” (57):
La primitiva encomienda de Francisco Pizarro a Manjares consistía en 900 indios “Soras de Caracollo” y, además: “...junto a la Villa (de Charcas) unos pocos de Indios moiomaios para cervicio de casa...” (58)
Estos “moiosmoios” fueron los que posteriormente irían a figurar en Colpavilque como pertenecientes a Cristóbal Barba cuando se hizo la Tasa de Toledo con la indicación de que hubieran pertenecido a Manjarres (59).
Pese a que Loredo se refiere a ellos como “unos pocos moiomoios para servicio de casa...”, en los hechos Barba era uno de los principales poseedores de indios moyos en la población de Colpavilque ya que la Tasa de Toledo le atribuye 113 de los 339 “tributarios” moyos de esa población, a los cuales defiende con una tenacidad increíble ante las pretensiones de Juan Ortíz de Zárate.
Cristóbal Barba se convierte aparentemente en un apasionado seguidor de los “moyos moyos” ya que imagina y realiza acciones para capturar y tomar posesión de los moyos moyos que hubieran estado en otros lugares. Hay datos que indican que, como “vecino de Charcas”, habría tenido también: “…moyos en Jujuy…” ya que habría participado en la fundación de la ciudad de Nieva, ordenada por Juan Pérez de Zorita en el valle de Jujuy en 1561 (60). Esta fundación habría sido llevada a cabo por “encomenderos vecinos de Charcas” entre los cuales se encontraba Christobal Barba, Juan de Carranza, Martín Monje y Pedro de Zárate (61). Martín Monje actuaba como encomendero de los indios de Casabindo y Cristóbal Barba como encomendero de los indios «moyos de Jujuy» que anteriormente estuvieron encomendados en Hernando del Castillo (62). Esta ciudad de Alava pronto sería destruida por los indios, con la muerte de muchos españoles entre los que estaban Cristóbal Barba Cabeza de Vaca y su hijo, Diego Barba (63).
4. Encomienda a Pablo de Meneses
El capitán Pablo de Meneses recibió de La Gasca: “ … la mitad de los moyos de Tomina que hubieran pertenecido a Gómez de Luna hasta su ejecución …” (64). El capitán Meneses poseía por entonces la encomienda de: “… yamparaes, Charcas, moyo-moyos e ingas gualparocas… “ que luego pasaría a su sobrino, Bernaldino de Meneses por matrimonio de este con la viuda de su tío.
5. Encomienda a Antonio Alvarez Meléndez
Conforme vimos, Francisco Pizarro encomendó a Antonio Alvarez Meléndez: “… a los moyo moyo y a los Sicuani de Chicoana de los cuales nunca pudo servirse…”. Posteriormente La Gasca le otorgaría los carangas y los moyos “que tuviera, hasta su ejecución, Don Gómez de Luna” con excepción de: “… la mitad de los moyos de Tomina (oriente de Chuquisaca) que se encomendaban al Capitán Pablo de Meneses…” (65).
6. Encomienda a Juan Ortiz de Zárate
En 1548, “por fin y muerte” de Francisco de Retamoso en la batalla de Xaquixaguana, la encomienda otorgada a este por Francisco Pizarro pasa a Juan Ortiz de Zárate en el reparto efectuado en Guanayrima (66). Es de hacer notar que Juan Ortiz de Zárate fue uno de los integrantes de la entrada de Pedro de Cándia a Tarija en 1539 y conoció, por tanto, todos esos territorios.
El documento de encomienda se encuentra fechado en el Cuzco el 28 de agosto de 1548 en los términos siguientes (67):
“… En la provinçia de los Charcas, en el término y juridiçion della: todo el rrepartimiento de yndios que ally tenia e posya Françisco de Retamoso, vezino de la villa de Plata, difunto, ansy en la provinçia de los Carangas // f. 38 // como en [la] de los Chichas y valle de Tarixa y en otras qualesquier partes de la dicha provinçia que los tubiese, de la forma y manera y según que en el fueron encomendados y los tubo y poseyo al tiempo de su fin e muerte…”
El 30 de octubre del mismo año, Pedro de Mendieta, hermano de Juan Ortiz de Zárate, toma posesión de la encomienda en su nombre en Potosí ante el Licenciado Polo de Ondegardo, justicia mayor de esa villa y de Juan de Grájeda, escribano público, en la persona de Tarqui y Cotaga, indios carangas naturales del pueblo de Totora.
Las vicisitudes que sufrió esta encomienda en forma posterior, particularmente a raíz del prolongado juicio sostenido entre este nuevo propietario y Cristóbal Barba, serán analizadas en detalle subsiguientemente.
Figura No. 10. Reconstrucción idealizada de Juan Ortiz de Zarate según R. Levillier.
VI. DOCUMENTOS POSTERIORES
A esta documentación inicial se suman otros documentos que pueden servir para completar el cuadro proporcionado por las encomiendas. Son tres los principales.
1. El juicio entre Cristóbal Barba y Juan Ortiz de Zárate sobre los indios moyos moyos (68)
Este juicio, llevado a cabo entre 1549 y 1572, se suscita debido al hecho que el encomendero de Tarija, Don Juan Ortíz de Zárate, encontró que su encomienda se encontraba sin gente debido a que: “… de los dichos yndios de su rrepartimiento le faltaron muchos yndios dellos los quales estan en otros rrepartimientos e caçiques sus comarcanos … //(f. 28)…”. Conforme vimos, estos fueron en realidad “sacados” de Tarija no por los españoles sino por los Incas para ser llevados a diversos lugares, entre ellos a yamparaez, para ser asignados a los caciques Comsara y Yucura; posteriormente pasarían como encomendados a diversas personalidades españolas en Charcas.
En las dos piezas que contiene este proceso se analizan con detalle sobre todo las incidencias de quienes llamaban: “moyos moyos” que eran pueblos que fueron originarios de ese lugar. El detalle de todo este acontecer es analizado en una publicación que aparecerá en breve (69)
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2. La visita de Juan Gonzáles a los Churumatas de Colpavilque
En 1560 se efectúa la “Visita de los yndios churumatas e yndios charcas de Totora mitimaes de Colpavilque” que realiza Juan González y su escribano, Francisco de Torres (70). Esta visita comprendió a los “...500 churumatas pobres de Tarija...” originalmente encomendados a Luis Perdomo y que a su muerte pasaron tanto a Diego de Villavicencio como a Hernán Pérez de Párraga. Al fallecimiento de estos, a su vez, pasan a “cabeza de su majestad”.
3. La Tasa de Toledo. Colpavilque o Villa Verde de la Fuente
Los churumatas y moyos moyos que se encontraban en los valles de Luxe y en otros lugares circundantes fueron posteriormente reubicados por el Licenciado Matienzo y el Virrey Toledo en Colpavilque, una antigua población ubicada en esos mismos valles a la que Matienzo renombró como Villaverde de la Fuente y que figura como tal en la Tasa del Virrey Toledo de 1575 (71).
El valle donde se encontraba la población de Colpavilque era una zona de clima calido situada en las vertientes del Río Grande, al Noroeste de La Plata, rodeada por la serranía de Carpachaca y lindante con orosa al Norte – Noroeste, con Presto al Este y con Mojotoro, Sapse y Pocpo al Sur y Oeste respectivamente (72), a aproximadamente 120 km de La Plata.
ENCOMIENDA DE LA PROVINCIA DE TARIJA A FRANCISCO DE RETAMOSO
(Esquemático) Lima, 22 de enero de 1540
KURAKUNA KURAKA LOCAL PUEBLO No. CASAS POBLACION (73)
ISQUILLA TARIJA 480
Chumay Liquita 10 casas
Chaxa 4 casas
Vichipa 2 casas
Malecuto Nicoxa 10 casas
Escobinete 4 casas
Borija 4 casas
Toylla Cochachi 10 casas
Pochape Mamaerúa 6 casas
Uchupi 4 casas
Pulcutia Tolamarca 40 casas
Aricoya y Quino Chaguaya 20 casas
Aquilcha 5 casas
Piruca y Socara Fortaleza Aquilcha 100 casas
Coyllo 16 casas
Tayaure Chaguaya (74) 20 casas
TOTAL 255 casas 480
44 Este texto es una abreviación del Capítulo V del libro: Poblaciones originarias de Tarija, Tomo I.
45 Julien, 1997:viii.
46 AGI Justicia 1125., ff. 78v – 79.
47 ATJ 2.. Petición de Sancho de Murueta, San Salvador de Jujuy, 20 de febrero de 1612: Sancho de Murueta con Juan Ochoa de Zárate sobre ejecución…
48 AGI Patronato 98a, Nro. 1, Ramo 1. Méritos y Servicios de Lope de Ugarte. Los Reyes, 20 de Noviembre de 1551, f. 2.
49 Salas 1945: 71 73.
50 Doucet, 1993, p. 37. Relación y memorial de Martín de Ledesma Valderrama, s.f., adjunta a carta del mismo a la Real Audiencia de La Plata, Caulani, 1-IX-1631; ANB, Audiencia de Charcas, Cartas 1411.
51 Doucet, 1993, p. 37. Titulo de encomienda de D. Francisco Martínez de Leiva a Juan Ochoa de Zárate, Santiago del Estero, 27-XII-1601: Sancho de Murueta con Juan Ochoa de Zárate.
52 Doucet, 1993, p. 37. Titulo de encomienda de D. Francisco Martínez de Leiva a Juan Ochoa de Zárate, Santiago del Estero, 27-XII-1601: Sancho de Murueta con Juan Ochoa de Zárate.
53 AGI Justicia 1125, f. 78 v.
54 AGI Justicia 1125, f. 84v.
55 AGI Justicia 1125, f. 85.
56 Cristóbal Barba y Cabeza de Vaca. Nació antes de 1523 (Medina, J.T. Diccionario biográfico colonial”, pag. 316). Pasó a la provincia de Cartagena y luego al Perú, donde asistió a la fundaión de la ciudad de Trujillo con el capitán Martín de Astete. Consta que vino a Chile con Almagro en 1535. Más tarde, sirvió en el Perú en algunas de las expediciones descubridoras y conquistadoras. En las revueltas peruanas estuvo junto al virrey Núñez de Vela y al presidente La Gasca. En 1561 se encontraba en la ciudad de Nieva recién fundada en el valle de Jujuy. En 1563 residía en la villa de la Plata. Según Roa, pereció a manos de los indios al ir a reconquistar su encomienda, posiblemente después de esta última fecha.
57 AGI Justicia 1125, f. 96.
58 Loredo, 1958: 160.
59 Toledo [1575] 1975.
60 Palomeque, 2006:. 139 – 194.
61 Vergara, [1934] 1961:70.
62 AGI, Patronato, 143, N.l, R.4; cfr. Palomeque, S., 2006.
63 Levillier, 1919: II: 570; cfr. Palomeque, 2006.
64 Loredo 1940.
65 Id.
66 AGI Justicia 1125, f. 34v – 39.
67 AGI, Justicia 1125., f. 38.
68 AGI Justicia, 1125.
69 Barragán, M.,”Ensayo interpretativo del Juicio entre Juan Ortiz de Zárate y Cristóbal Barba. AGI Justicia, 1125”. En publicación.
70 González, [1560] 1990: f. 6.
71 Cook, [1575} 1975.
72 Mallo, 1903: 225.
73 Se calcula un promedio de 2 a 3 personas por casa.
74 Esta población figura como poblada por indios juríes de Tucumán.
Por ello, no se sabe con exactitud cuáles fueron los trescientos indios que Sedano trajo de “...la provincia de los Chichas...” ya que los que llegó a tomar: “...estando antes poblados (en) el balle de Tarija, dieron en ellos los yndios chiriguanaes, gente caribe, e se comieron muchos dellos, e asy se huyeron e esparcieron por otras tierras...”, es decir, no los sacó de Tarija propiamente sino de otro lugar -o lugares- de los Chichas: “...setenta leguas de la villa (La Plata)...”.
Surge por ello la duda de que el origen real de esos “trescientos indios de Tarija” recogidos por Sedano hubiera sido Tarija ya que cabe la posibilidad de que hubieran podido provenir de cualquier otro lugar de los Chichas por la forma y los lugares de los cuales los sacó “a la fuerza”. Esta suposición se refuerza por el hecho de que muchos de los encomendados que dieron muerte a Sedano se calificaban a sí mismos como “apatamas” o “chichas apatamas” y que el mismo hecho hubiera sido ejecutado por “apatamas”. Sancho de Murueta, en 1612 (47). afirmaba al respecto que: “...los apatamas eran unos indios retirados en sus tierras en el distrito del Pirú, que era(n) de Hernando Sedano, vecino de Chuquisaca, que están alzados por haber muerto su amo...”.
En la visita que hizo el oidor Francisco de Alfaro en 1608 (48), varios de los integrantes de esa encomienda aseguraron ser “naturales de Tarija” pero otros indicaron ser “naturales chichas de los apatamas” o “chichas apatamas nacidos en Tarija”. Aparentemente, los apatamas no estuvieron solamente en la zona de Yamparaez sino también en el norte argentino ya que Salas (49) menciona que los apatamas que habitaban sectores del norte argentino “...son gente del Perú poblados al sur de los chichas, en dirección de Tucumán, lo cual no quita que quizás hubieran tenido otros asentamientos como el de Tarija.”.
Sin embargo, el párrafo introductorio de un documento dirigido poco tiempo después, el año 1631, a la Real Audiencia de Charcas por Martín Ledesma Valderrama manifiesta:
“Una de las cosas considerables que he hallado en esta provincia (del Chaco) ha sido dos naciones de indios naturales del reino del Perú. La una es churumatas, y la otra de ingas del Cuzco; y ambas es gente rica de plata y de minerales. Y aunque una parcialidad de los churumatas fue encomendada en Fernando Sedano, vecino de esa ciudad (de La Plata), y por haber sacado de su pueblo los indios con que se fundaron los molinos que fueron de Diego de la Barrera y la chácara de Pocopoco de Doña Catalina de Matiensio (sic: Matienzo), que fue su nuera; y habiendo vuelto a pedirles más indios a los caciques, le mataron (a Sedano); y ellos y otros, por evadirse del castigo, se escondieron a las espaldas de la cordillera de los Chichas, a la parte del nacimiento del sol, en un valle donde hoy están.” (50).
Por tanto, no se puede decir si fueron apatamas o churumatas quienes conformaban la encomienda de Sedano y quienes llegaron a matarlo; tampoco, desde luego, que fuesen los mismos, es decir, que los apatamas fuesen churumatas, que es lo que parecen sugerir algunas de las informaciones proporcionadas por los documentos citados. Lo más probable es que la encomienda de Sedano hubiera constituido una “encomienda multiétnica” en la cual convivían, entre otros, churumatas, apatamas y, quizás, de otras etnias no especificadas.
Por un mecanismo probablemente ligado a las relaciones familiares existentes entre la Audiencia de Charcas y la Gobernación del Tucumán, esta encomienda, correspondiente a la jurisdicción de Charcas, pasa luego a ser “manejada” en los círculos allegados a la administración del Tucumán ya que en 1601, el Gobernador del Tucumán, Francisco Martínez de Leiva, expide una cédula de encomienda a favor Juan Ochoa de Zárate (51) en la cual se dice: “los indios apatamas que estan vacos por fin y muerte de Hernando Sedano de Ribera...”
Respecto a estos indios apatamas, Sancho de Murueta alegaba (52) que Zárate aparentemente no llegó a conocerlos puesto que el otro litigante indica: “...no haberlos visto (Zarate) por sus ojos, ni tomado posesión (de ellos) por no ser de este distrito (de la gobernación de Tucumán) sino del distrito del Pirú. “
Por consiguiente, la encomienda de Sedano, de sujetos correspondientes a la gobernación de La Plata y ubicada en este distrito, pasa a un encomendero del Tucumán por disposición de un gobernador de Tucumán. No se conocen las razones para este cambio de administración pero es muy probable que en ello hubieran jugado factores de orden familiar ya que Zárate se encontraba emparentado con alguno de los oidores de Charcas.
Aparte de lo indicado, Sedano hace algunas declaraciones en el juicio entre Juan Ortiz de Zárate y Cristóbal Barba en 1551 indicando que (53): “…sabe que su caçique deste testigo y los prinçipales que tiene encomendados o yndios eran y son naturales del valle de tarixa e que este testigo les a oido dezir que los caçiques contenidos en la pregunta eran vezinos suyos en el dicho valle de tarixa y los conoçieron en el… “. Esta situación es confirmada por Hernando de Céspedes (54) quien opina que los caciques mencionados eran “xuiris” ya que indica: “…conoçio a quino en casa de rretamoso que hera prinçipal de los yndios que tenia en el valle de tarixa el tiempo pasado…” “…puede auer nueue años (es decir, aproximadamente en 1542)”, (al cual) “… vido en casa de rretamoso en esta villa de plata venirlo a servir…” “…con sus yndios xuiris…” (55).
3. Encomienda a Cristóbal Barba (56)
Ya nos referimos anteriormente a la encomienda de Cristóbal Barba otorgada por el Licenciado La Gasca en 1548 sobre los indios moyos moyos que habrían pertenecido anteriormente a Manjarres ya que Alonso de Mendieta, un testigo en el juicio entre Juan Ortiz de Zárate y Cristóbal Barba, indica:
“... el Señor Presidente Lic. Gasca no encomendó al dicho Barua sino tan solamente los indios moyos lacasas que dicho majarres tubo en encomienda y de que sirvió con título bastante que fueron los moyos moyos lacasas ...” (57):
La primitiva encomienda de Francisco Pizarro a Manjares consistía en 900 indios “Soras de Caracollo” y, además: “...junto a la Villa (de Charcas) unos pocos de Indios moiomaios para cervicio de casa...” (58)
Estos “moiosmoios” fueron los que posteriormente irían a figurar en Colpavilque como pertenecientes a Cristóbal Barba cuando se hizo la Tasa de Toledo con la indicación de que hubieran pertenecido a Manjarres (59).
Pese a que Loredo se refiere a ellos como “unos pocos moiomoios para servicio de casa...”, en los hechos Barba era uno de los principales poseedores de indios moyos en la población de Colpavilque ya que la Tasa de Toledo le atribuye 113 de los 339 “tributarios” moyos de esa población, a los cuales defiende con una tenacidad increíble ante las pretensiones de Juan Ortíz de Zárate.
Cristóbal Barba se convierte aparentemente en un apasionado seguidor de los “moyos moyos” ya que imagina y realiza acciones para capturar y tomar posesión de los moyos moyos que hubieran estado en otros lugares. Hay datos que indican que, como “vecino de Charcas”, habría tenido también: “…moyos en Jujuy…” ya que habría participado en la fundación de la ciudad de Nieva, ordenada por Juan Pérez de Zorita en el valle de Jujuy en 1561 (60). Esta fundación habría sido llevada a cabo por “encomenderos vecinos de Charcas” entre los cuales se encontraba Christobal Barba, Juan de Carranza, Martín Monje y Pedro de Zárate (61). Martín Monje actuaba como encomendero de los indios de Casabindo y Cristóbal Barba como encomendero de los indios «moyos de Jujuy» que anteriormente estuvieron encomendados en Hernando del Castillo (62). Esta ciudad de Alava pronto sería destruida por los indios, con la muerte de muchos españoles entre los que estaban Cristóbal Barba Cabeza de Vaca y su hijo, Diego Barba (63).
4. Encomienda a Pablo de Meneses
El capitán Pablo de Meneses recibió de La Gasca: “ … la mitad de los moyos de Tomina que hubieran pertenecido a Gómez de Luna hasta su ejecución …” (64). El capitán Meneses poseía por entonces la encomienda de: “… yamparaes, Charcas, moyo-moyos e ingas gualparocas… “ que luego pasaría a su sobrino, Bernaldino de Meneses por matrimonio de este con la viuda de su tío.
5. Encomienda a Antonio Alvarez Meléndez
Conforme vimos, Francisco Pizarro encomendó a Antonio Alvarez Meléndez: “… a los moyo moyo y a los Sicuani de Chicoana de los cuales nunca pudo servirse…”. Posteriormente La Gasca le otorgaría los carangas y los moyos “que tuviera, hasta su ejecución, Don Gómez de Luna” con excepción de: “… la mitad de los moyos de Tomina (oriente de Chuquisaca) que se encomendaban al Capitán Pablo de Meneses…” (65).
6. Encomienda a Juan Ortiz de Zárate
En 1548, “por fin y muerte” de Francisco de Retamoso en la batalla de Xaquixaguana, la encomienda otorgada a este por Francisco Pizarro pasa a Juan Ortiz de Zárate en el reparto efectuado en Guanayrima (66). Es de hacer notar que Juan Ortiz de Zárate fue uno de los integrantes de la entrada de Pedro de Cándia a Tarija en 1539 y conoció, por tanto, todos esos territorios.
El documento de encomienda se encuentra fechado en el Cuzco el 28 de agosto de 1548 en los términos siguientes (67):
“… En la provinçia de los Charcas, en el término y juridiçion della: todo el rrepartimiento de yndios que ally tenia e posya Françisco de Retamoso, vezino de la villa de Plata, difunto, ansy en la provinçia de los Carangas // f. 38 // como en [la] de los Chichas y valle de Tarixa y en otras qualesquier partes de la dicha provinçia que los tubiese, de la forma y manera y según que en el fueron encomendados y los tubo y poseyo al tiempo de su fin e muerte…”
El 30 de octubre del mismo año, Pedro de Mendieta, hermano de Juan Ortiz de Zárate, toma posesión de la encomienda en su nombre en Potosí ante el Licenciado Polo de Ondegardo, justicia mayor de esa villa y de Juan de Grájeda, escribano público, en la persona de Tarqui y Cotaga, indios carangas naturales del pueblo de Totora.
Las vicisitudes que sufrió esta encomienda en forma posterior, particularmente a raíz del prolongado juicio sostenido entre este nuevo propietario y Cristóbal Barba, serán analizadas en detalle subsiguientemente.
Figura No. 10. Reconstrucción idealizada de Juan Ortiz de Zarate según R. Levillier.
VI. DOCUMENTOS POSTERIORES
A esta documentación inicial se suman otros documentos que pueden servir para completar el cuadro proporcionado por las encomiendas. Son tres los principales.
1. El juicio entre Cristóbal Barba y Juan Ortiz de Zárate sobre los indios moyos moyos (68)
Este juicio, llevado a cabo entre 1549 y 1572, se suscita debido al hecho que el encomendero de Tarija, Don Juan Ortíz de Zárate, encontró que su encomienda se encontraba sin gente debido a que: “… de los dichos yndios de su rrepartimiento le faltaron muchos yndios dellos los quales estan en otros rrepartimientos e caçiques sus comarcanos … //(f. 28)…”. Conforme vimos, estos fueron en realidad “sacados” de Tarija no por los españoles sino por los Incas para ser llevados a diversos lugares, entre ellos a yamparaez, para ser asignados a los caciques Comsara y Yucura; posteriormente pasarían como encomendados a diversas personalidades españolas en Charcas.
En las dos piezas que contiene este proceso se analizan con detalle sobre todo las incidencias de quienes llamaban: “moyos moyos” que eran pueblos que fueron originarios de ese lugar. El detalle de todo este acontecer es analizado en una publicación que aparecerá en breve (69)
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2. La visita de Juan Gonzáles a los Churumatas de Colpavilque
En 1560 se efectúa la “Visita de los yndios churumatas e yndios charcas de Totora mitimaes de Colpavilque” que realiza Juan González y su escribano, Francisco de Torres (70). Esta visita comprendió a los “...500 churumatas pobres de Tarija...” originalmente encomendados a Luis Perdomo y que a su muerte pasaron tanto a Diego de Villavicencio como a Hernán Pérez de Párraga. Al fallecimiento de estos, a su vez, pasan a “cabeza de su majestad”.
3. La Tasa de Toledo. Colpavilque o Villa Verde de la Fuente
Los churumatas y moyos moyos que se encontraban en los valles de Luxe y en otros lugares circundantes fueron posteriormente reubicados por el Licenciado Matienzo y el Virrey Toledo en Colpavilque, una antigua población ubicada en esos mismos valles a la que Matienzo renombró como Villaverde de la Fuente y que figura como tal en la Tasa del Virrey Toledo de 1575 (71).
El valle donde se encontraba la población de Colpavilque era una zona de clima calido situada en las vertientes del Río Grande, al Noroeste de La Plata, rodeada por la serranía de Carpachaca y lindante con orosa al Norte – Noroeste, con Presto al Este y con Mojotoro, Sapse y Pocpo al Sur y Oeste respectivamente (72), a aproximadamente 120 km de La Plata.
ENCOMIENDA DE LA PROVINCIA DE TARIJA A FRANCISCO DE RETAMOSO
(Esquemático) Lima, 22 de enero de 1540
KURAKUNA KURAKA LOCAL PUEBLO No. CASAS POBLACION (73)
ISQUILLA TARIJA 480
Chumay Liquita 10 casas
Chaxa 4 casas
Vichipa 2 casas
Malecuto Nicoxa 10 casas
Escobinete 4 casas
Borija 4 casas
Toylla Cochachi 10 casas
Pochape Mamaerúa 6 casas
Uchupi 4 casas
Pulcutia Tolamarca 40 casas
Aricoya y Quino Chaguaya 20 casas
Aquilcha 5 casas
Piruca y Socara Fortaleza Aquilcha 100 casas
Coyllo 16 casas
Tayaure Chaguaya (74) 20 casas
TOTAL 255 casas 480
44 Este texto es una abreviación del Capítulo V del libro: Poblaciones originarias de Tarija, Tomo I.
45 Julien, 1997:viii.
46 AGI Justicia 1125., ff. 78v – 79.
47 ATJ 2.. Petición de Sancho de Murueta, San Salvador de Jujuy, 20 de febrero de 1612: Sancho de Murueta con Juan Ochoa de Zárate sobre ejecución…
48 AGI Patronato 98a, Nro. 1, Ramo 1. Méritos y Servicios de Lope de Ugarte. Los Reyes, 20 de Noviembre de 1551, f. 2.
49 Salas 1945: 71 73.
50 Doucet, 1993, p. 37. Relación y memorial de Martín de Ledesma Valderrama, s.f., adjunta a carta del mismo a la Real Audiencia de La Plata, Caulani, 1-IX-1631; ANB, Audiencia de Charcas, Cartas 1411.
51 Doucet, 1993, p. 37. Titulo de encomienda de D. Francisco Martínez de Leiva a Juan Ochoa de Zárate, Santiago del Estero, 27-XII-1601: Sancho de Murueta con Juan Ochoa de Zárate.
52 Doucet, 1993, p. 37. Titulo de encomienda de D. Francisco Martínez de Leiva a Juan Ochoa de Zárate, Santiago del Estero, 27-XII-1601: Sancho de Murueta con Juan Ochoa de Zárate.
53 AGI Justicia 1125, f. 78 v.
54 AGI Justicia 1125, f. 84v.
55 AGI Justicia 1125, f. 85.
56 Cristóbal Barba y Cabeza de Vaca. Nació antes de 1523 (Medina, J.T. Diccionario biográfico colonial”, pag. 316). Pasó a la provincia de Cartagena y luego al Perú, donde asistió a la fundaión de la ciudad de Trujillo con el capitán Martín de Astete. Consta que vino a Chile con Almagro en 1535. Más tarde, sirvió en el Perú en algunas de las expediciones descubridoras y conquistadoras. En las revueltas peruanas estuvo junto al virrey Núñez de Vela y al presidente La Gasca. En 1561 se encontraba en la ciudad de Nieva recién fundada en el valle de Jujuy. En 1563 residía en la villa de la Plata. Según Roa, pereció a manos de los indios al ir a reconquistar su encomienda, posiblemente después de esta última fecha.
57 AGI Justicia 1125, f. 96.
58 Loredo, 1958: 160.
59 Toledo [1575] 1975.
60 Palomeque, 2006:. 139 – 194.
61 Vergara, [1934] 1961:70.
62 AGI, Patronato, 143, N.l, R.4; cfr. Palomeque, S., 2006.
63 Levillier, 1919: II: 570; cfr. Palomeque, 2006.
64 Loredo 1940.
65 Id.
66 AGI Justicia 1125, f. 34v – 39.
67 AGI, Justicia 1125., f. 38.
68 AGI Justicia, 1125.
69 Barragán, M.,”Ensayo interpretativo del Juicio entre Juan Ortiz de Zárate y Cristóbal Barba. AGI Justicia, 1125”. En publicación.
70 González, [1560] 1990: f. 6.
71 Cook, [1575} 1975.
72 Mallo, 1903: 225.
73 Se calcula un promedio de 2 a 3 personas por casa.
74 Esta población figura como poblada por indios juríes de Tucumán.