Crónica política de la semana
Del encuentro furtivo Evo – Lucho al azote paleoliberal contra el dólar
MAS y Gobierno buscan fórmulas para acercar posturas y mantener la convivencia hasta que se elija candidato en primarias; mientras la oposición calcula los efectos del ataque al dólar entre los votantes



Semana de altibajos políticos en la que la oposición prácticamente se ha borrado de la discusión pública y el Movimiento Al Socialismo (MAS) ha quemado sus últimas balas en la discusión interna con una suerte de invitación imposible y un encuentro inesperado: La cita era para el aniversario del partido el próximo 26 de marzo, pero Luis Arce y Evo Morales se encontraron en Yapacaní, Santa Cruz, en un ampliado del partido en una región central y capital para la disputa interna. Ninguno se lo quiso perder.
El encuentro fue frío pero formal. El evento era netamente de partido y el último en llegar fue Arce, que con la bandera del MAS en la mano se colocó en la testera al lado de Morales. Ni el uno ni el otro recibieron aplausos enfervorecidos en sus intervenciones en las que hubo recados: Arce recordó la etapa en la que el MAS estuvo en riesgo y que fue defendida por los que se quedaron y Morales subrayó que “en economía no estamos tan bien”, a lo que Arce reaccionó con un expresivo levantamiento de cejas y una ligera sonrisa.
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Encontrarse en Yapacaní y guardar las formas es un gesto importante de cara a una más que compleja reconciliación entre evistas y arcistas, pues el pliego petitorio se antoja más imposible de cumplir que el de la Central Obrera o el de los maestros.
Por un lado, los evistas exigen la cabeza de sus ministros “fetiche”: Eduardo del Castillo del Carpio e Iván Lima. Al primero lo vinculan recurrentemente con el narcotráfico y lo han acusado incluso de robar el celular de Evo Morales; al segundo lo culpan entre otras cosas, de haber filtrado el informe de la CIDH sobre el Hotel Las Américas. A ambos se les señala por haber “negociado” el caso Golpe I y Golpe II en lo que consideran una estrategia insuficiente.
Por el lado del arcismo se pide sometimiento al gobierno, como venía sucediendo en el pasado entre el partido y el gobierno, y como señal han pedido la cabeza del diputado Héctor Arce, íntimo de Evo Morales y quien ha hecho de ariete en la arremetida contra el presidente a través de su familia y, en particular, su hijo. De momento hay pocas posibilidades de que eso se traduzca en algo concreto, pero sí hay un movimiento que trata de presentar a Héctor Arce como un diputado díscolo que actúa en solitario y al servicio de algunos intereses opacos que se habían fijado en el litio… Veremos si prospera esta coartada de desconocimiento, pero lo cierto es que hasta el momento ha actuado como paladín aventajado de los intereses del Chapare.
La plata
El problema del gobierno estas semanas tiene que ver con la economía, y tan peliaguda es la amenaza que hasta la oposición tradicional ha dado un paso al costado para dejar que el grupúsculo paleoliberal al servicio de Atlas Network que trata de propalar las ideas más extremas del lobby tome el espacio.
El gobierno funciona a la defensiva desde las primeras arremetidas de Morales, que coincidieron con los fracasos de iniciativas importantes como la de la Estrategia de Lucha contra el Enriquecimiento Ilícito que acabaron tumbando grupos de la base del MAS. En el asunto de los dólares, las justificaciones, negaciones y amenazas solo hacen que dar más material a los radicales.
Los paleo no tienen candidato ni probablemente lo pretendan, aunque esta semana dos de sus exponentes como Virginio Lema y Antonio Saravia anden a la gresca en sus redes con Pepe Pomacusi y Fernando Molina respectivamente aunque por motivos diferentes. El objetivo es deteriorar la credibilidad del gobierno señalando el manejo económico para forzar un cambio de modelo, aunque de momento es improbable que políticos tradicionales como Doria Medina o Carlos Mesa los tenga en cuenta.
Militante de esas teorías, aunque prudente en su exposición por las cosas de la política, es Tuto Quiroga, casi siempre factor de desunión de la oposición, y en la órbita se mueve Luis Fernando Camacho, quien toma algunos conceptos prestados para sus campañas, aunque después haga populismo generoso con dinero público.
Esta semana, otra en la que el gobernador cruceño peleó para no caer en el ostracismo definitivo en su intento de gobernar desde Chonchocoro, lanzó de nuevo una oferta de diálogo nacional opositor para crear un solo frente de cara a 2025 y coordinar la labor parlamentaria. Fue ignorada.
Cívicos no ponen fecha al revocatorio
Esta semana se reunieron de nuevo los cívicos nacionales, esta vez con el nuevo presidente del Comité cruceño, Fernando Larach, para ratificar los acuerdos del cabildo del 25 de enero, sin embargo, se amplió el plazo para determinar si se impulsa un referéndum revocatorio contra el presidente Arce o no.
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Por el momento, Larach ha reconocido que no tiene mayor intención de entrar en confrontación con el gobierno nacional y ha establecido otras prioridades como el de gestionar una cumbre de Pacto Fiscal y ayudar en lo posible en la recogida de firmas para el referéndum del cambio de la justicia.
El coordinador y vocero de los cívicos nacionales pasa a ser Adrián Ávila Resse, presidente del Comité tarijeño.