Crónica política de la semana
Arce y Montes o cómo dos no pelean si uno no quiere
Mientras Montes defiende el ajuste económico y el empredimiento privado para sortear la crisis, Arce dice que ya hay bonanza y plantea inversión pública para lo mismo. No hubo “duelo” cara a cara



Se acaba una semana política que daría para escribir una crónica de medio periódico, más por lo sutil que por lo explícito, porque sí, en una de las efemérides más raras de las que se recuerda no hubo cara a cara entre el gobernador y el presidente, sea cual fuere, y apenas un espalda con espalda en la iza de banderas en el homenaje floral en el Parque de los Héroes. El resto desencuentros más forzados desde arriba que desde abajo.
Y es que el gobernador Óscar Montes no hizo apenas referencia alguna a la situación, ni a la ausencia del presidente Luis Arce, que tampoco mandó al vicepresidente David Choquehuanca, ni tampoco a la ausencia de comunicación institucional, que se traduce en una falta de sintonía a la hora de trazar prioridades.
Dos polos opuestos
Montes no se reinventó nada en su discurso de la Sesión de Honor: crisis económica por doquier, políticas de ajuste en general, supervivencia medida de algunos programas sociales – entre ellos el polémico Prosol – y emprendedurismo para salir de la crisis.
Arce, por el contrario, llegó a San Lorenzo para, rodeado de los suyos, reiterar el milagro económico de su gestión, especialmente en este último año en el que ha logrado dar la vuelta, según su versión, a la “nefasta” gestión de Jeanine Áñez, por lo que se permitió anunciar desde la ampliación de la planta de Lacteosbol en San Lorenzo hasta la inversión en el aeropuerto Oriel Lea Plaza: Recuperación, gasto público, inversión y capitalismo de Estado.
Lo cierto es que no están en las antípodas, pero cada uno hace lo que puede. Montes no se ha convertido al ultraliberalismo de la noche a la mañana y durante sus quince años de alcalde evidenció que se mueve más cerca de la socialdemocracia clásica, de construir colegios y mercados y plazas y parques, pero ahora hace lo que puede con lo que hay y prefiere no hacer muchas promesas. Arce tampoco es precisamente un socialcomunista pues durante sus casi 15 años de ministro ha mantenido a salvo a bancos y transnacionales, pero lo de entregar obras es intrínseco al poder, por lo que no hay que quedarse corto.
La única protesta que hubo fue contra Montes, articulada por los extrabajadores del extinto Servicio Departamental de Caminos (Sedeca) y nadie se imagina a Montes armando un escándalo al estilo Luis Fernando Camacho y su última efeméride departamental en Santa Cruz, con el escándalo de la wiphala y negándole el micro a David Choquehuanca, por lo que se espera que más pronto que tarde, haya algún acercamiento, de algún tipo, por el bien de Tarija.
Los “amigos” de Montes
Sin enfrentamiento directo con el nivel central, los detalles de la política se leen en la clave interna. El lío del Sedeca evidencia que los operadores no acaban de cerrar los temas, mientras que la ausencia de propuestas específicas – solo se anunció un programa para unos 300 emprendedores – da cuenta de la debilidad del gabinete. El otro “gran” acto protagonizado por la Gobernación tiene que ver con el traslado de los consultorios externos del Hospital San Juan de Dios al Materno Infantil – todos, incluidos los que nada tienen que ver con lo materno ni con lo infantil – y que fue una acción en su momento criticada. Desde el lunes se verá si la medida es eficiente para los pacientes, que al final es a quien le importa.
La buena para Montes es que la alianza Unidos aguanta, incluido el alcalde Johnny Torres, y de momento también la estrategia de sostener la Asamblea apoyados en los indígenas, aunque falta para la hora de la verdad y el MAS sigue muy interesado en hacerla caer por motivos obvios.
La rebelión aplastada en el MAS
El otro detalle que se devela de estos días de efeméride es que, finalmente, la rebelión de Pilar Lizárraga y la vieja guardia masista, pero también linista y chaqueña, ha sido aplastada por el presidente Luis Arce, que ha respaldado a Carlos Acosta como presidente del MAS, lo que es al fin y al cabo respaldar también a quien es su mentor, el viceministro de Autonomías Álvaro Ruíz. El hombre de moda en los círculos masistas tarijeños es Marcelo Poma, nombrado delegado presidencial y, al menos, con un ruidoso grupo de aplaudidores que le acompañan por todo lado.
Si alguien quiere ver en este impase tarijeño otro pequeño escenario de batalla por el poder interno entre Arce y Morales puede verlo, sí. De hecho, Morales llegó ayer a Tarija en un viaje casi de incógnito y se reunió casi con los mismos, pero no con todos.
El dato
Inversión
El presidente prometió una batería de inversiones especialmente en proyectos de industrialización del agro
Los tres grandes “olvidos” de Arce
El presidente Luis enumeró una serie de proyectos a ejecutar en el departamento de Tarija, donde recuperó una serie de proyectos antiguos, como la planta de alimento balanceado o el propio aeropuerto, y otras demandas, como la ampliación de la planta de Lacteosbol.
Eso sí, otros muchos proyectos antiguamente prometidos por el gobierno y que fueron demorados, no estuvieron presentes. Uno de ellos es la planta de tratamiento de aguas residuales en Cercado, otro el de la Doble Vía para sustituir la Ruta 9 y, sobre todo, la petroquímica de Yacuiba, que lleva siendo prometida desde hace más de diez años sin que haya ningún avance.