Crónica política de la semana
Del fin del Sedeca al juego de “trileros” por Margarita
El juicio a Áñez y la tensión con las estructuras de los Tribunales han marcado la semana política a nivel nacional, mientras Tarija avanza hacia la resolución de sus tensiones económicas, incluyendo las del gas



Cerramos una semana política con claros focos de atención nacionales y muchos movimientos estratégicos departamentales que anticipan un otoño ciertamente caliente: Margarita y Servicio Departamental de Caminos (Sedeca) están pintados en rojo, pero hay más.
A nivel nacional empezó el juicio contra Jeanine Áñez y los militares que custodiaron su posesión. Es la resolución del caso “Golpe de Estado II” que no pretende esclarecer si hubo o no una conspiración para derrocar a Evo Morales ni juzgar la gestión posterior de la expresidenta, sino específicamente el autonombramiento en una sesión sin quórum y su posterior toma de posesión, es decir, una situación narrada en vivo por televisión y con pocas alternativas de interpretación que le puede servir al ministro de Justicia Iván Lima para ofrecer la sentencia que las organizaciones sociales y el evismo exigen.
Ahora, el propio Lima tiene claro cuál es el enemigo: el juicio llega en un momento en el que se ha agitado el avispero de la Justicia y se están empezando a desmontar algunos de los grandes “cárteles” de abogados, jueces, fiscales y policías que estaban administrando una justicia a la medida incluso para delincuentes de sangre. Una línea roja que a exacerbado a la sociedad civil, que exige un cambio ya, pero que Lima contemporiza: “han empezado a agredir”, dice al respecto mientras imagina una sentencia absolutoria de Áñez como forma de venganza general del sistema contra el gobierno. ¿Cómo será?
El meollo
Por casa, el problema sigue siendo el económico, y unos y otros van tomando posiciones para mostrar gestión y logros en la medida de la caja.
El gobernador Oscar Montes ha dado uno de esos pasos decisivos, sobre todo después de que en campaña se firmaran acuerdos con el sindicato del Servicio Departamental de Caminos, uno de los más opacos del departamento y con un amplio poder sobre las “pegas” y compras en las obras de administración directa.
Montes ha dejado de dar vueltas en círculo y ha cerrado por decreto la institución caminera, que suponía un derrame permanente de recursos en carreteras que no lucen gestión, bien porque no avanzan, bien porque hace tanto que se prometieron que ya nadie las espera, como en el caso de la Bermejo - San Antonio.
La idea inicial es abandonar la ejecución directa y conservar al grupo de ingenieros para el desarrollo de proyectos y la supervisión mientras el resto se licita; es posible que en la negociación posterior al cierre con el sindicato movilizado se creen microempresas que se vayan a quedar con los mantenimientos mientras se extingue la relación laboral directa, que es la que ha acabado por desangrar económicamente.
En lo simbólico, Oscar Montes sigue retirándose del proyecto más autonomista de Camino al Cambio, que duplicó instituciones y generó gigantes para polarizar con el Gobierno Nacional. El Susat ya fue hecho a un lado y es el turno del Sedeca.
El cambiazo de Margarita
La inusitada pasión con la que se promocionó el “hallazgo” de nuevas reservas en Margarita, con el pozo Margarita 10, perforado al norte del bloque, ya auguraba algún movimiento estratégico de fondo y no solo la habitual fanfarria optimista que rige la actividad del Gobierno. No tardó mucho en evidenciarse. El Gobierno planea la revisión del “factor de distribución” de regalías por el bloque entre Chuquisaca y Tarija, ese factor que en 2012 abrió en canal al departamento y lo enfrentó con Chuquisaca mientras asomaban las miserias propias.
El factor siempre tuvo trampa. Primero se calcularon las reservas que había en los tres reservorios que cruzan el megacampo y en base a ello se definió que el 75 por ciento estaba en Tarija y el 25 por ciento en Chuquisaca, lo que dejó “tristes” pero tranquilos a los tarijeños, que no habían logrado convencer con sus tesis de que las regalías se pagaban en el punto de fiscalización – que estaba en Tarija -, pero seguían siendo mayoría.
En realidad, nunca se aplicó ese factor, porque contemplaba un reservorio en Tarija que nunca fue pinchado por ningún pozo, así que el reparto de regalías se acercaba más al 55% - 45% como en su día explicó el ingeniero Alfonso Lema, pero como eran tiempos de bonanza, los ingresos habían crecido mucho y gobernaba Lino Condori, nadie dijo nada.
La incorporación de un nuevo pozo al norte, como en su momento se han incorporado otros al sur, no debería modificar el factor de distribución, ya que las reservas no se han movido, por lo que desde diferentes foros se advierte que hay otro movimiento de fondo que interpela a Tarija a la hora de aumentar sus reservas, probablemente el de la exploración en Astilleros, que ya está demorado respecto a los planes originales.
De momento las autoridades apenas se han movilizado para conocer los alcances de estas propuestas e intenciones del Ministerio de Hidrocarburos, pero desde luego, algo se está moviendo en el sector más importante del país, y el responsable del 80% de los ingresos de la Gobernación.