Revelan que el empleo se precariza en América Latina
Persisten las señales de precarización en los puestos de trabajo señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al analizar datos relacionados con la composición del empleo, el tiempo que logran trabajar las personas, y los sectores en los cuales se están generando nuevas...



Persisten las señales de precarización en los puestos de trabajo señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al analizar datos relacionados con la composición del empleo, el tiempo que logran trabajar las personas, y los sectores en los cuales se están generando nuevas oportunidades.
“La dinámica de desaceleración económica regional ha tenido impacto en los empleos, tanto en su estructura como en su calidad”, destacó la última edición del informe Panorama Laboral de América Latina y el Caribe de la OIT.
Los datos recopilados hasta el tercer trimestre de 2019 revelan que se mantiene una tendencia registrada en el último lustro, caracterizada por un aumento tenue del empleo asalariado de 1,8%, inferior al aumento del empleo por cuenta propia, que llegó a 2,2%.
El empleo por cuenta propia es una actividad cada vez más común para alrededor de 300 millones de personas que forman parte de la fuerza laboral regional. La mayoría, conseguirá empleo en los sectores de comercio y servicios, mientras hay indicadores que muestran subocupación por insuficiencia de tiempo trabajado.
El empleo por cuenta propia, que ha crecido más, suele estar vinculado a mayor informalidad, destaca el informe.
Entre 2012 y 2018, de acuerdo con los datos de OIT, el empleo por cuenta propia en América Latina subió de 21,1% de los ocupados a 23%, en especial los no profesionales, que pasó de 18% a 19,7%.
“La expansión del trabajo por cuenta propia destaca por su continuidad”, apunta el documento. En el mismo período, los asalariados privados continúan siendo mayoritarios, pero su proporción ha bajado de 50,4% a 47,3%.
El cambio ha sido mayor entre las empresas de 6 y más trabajadores, que suelen ofrecer gran cantidad del empleo formal, donde se pasó de 39,1% en 2012 a 35,8% en 2018, de acuerdo con los datos del informe de OIT.
“Estos indicadores, que revelan un mayor crecimiento del empleo por cuenta propia frente a una reducción del empleo asalariado en el sector privado, son señal de un proceso de precarización de los empleos que se vienen creando en América Latina”, opinó el economista regional de la OIT, Hugo Ñopo, quien fue el coordinador del Panorama Laboral.
En el informe, se alerta que una leve alza en el desempleo de la región, de 8,0% en 2018, a 8,1% en 2019, podría agravarse si no se logra revertir la desaceleración económica en América Latina y el Caribe.
En 2020 podría llegar a 8,4%, según destaca el informe Panorama Laboral publicado a fines de enero.
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De acuerdo con los datos disponibles en la herramienta Data Finder desarrollada por la OIT para dar seguimiento a los mercados laborales de todo el mundo, la Población Económicamente Activa de la región es de 313,4 millones, de los cuales 288,1 millones están ocupados, y 25,3 millones están en situación de desempleo.
¿En dónde trabajan los que sí están ocupados? El Panorama Laboral dice que “la estructura del empleo regional se ha caracterizado por una dinámica de crecimiento de la proporción de empleo en el sector de los servicios”.
Datos incluidos en este informe revelan que entre 2012 y 2018 se registró un aumento de la población ocupada en servicios comunales, sociales y personales de 31,7% a 33,5% consolidándose como el principal sector empleador. Le sigue el comercio que también creció, de 22,5% a 24,1%.
En ese mismo lapso de tiempo bajaron las proporciones de empleo en el sector agrícola de 11,5% a 9,9%, en la industria manufacturera de 13,3% a 12,5%, en la construcción de 8,2% a 7,1%.
“Estos empleos, generalmente asociados a menor intensidad de capital físico y menor uso de capital humano, tienden a ser de baja productividad. Esa baja productividad es la principal barrera para la generación de condiciones decentes de empleo”, explicó Ñopo.
Adicionalmente, el Panorama Laboral advierte que “se aprecia una tendencia al aumento de los indicadores de subocupación por insuficiencia de tiempo trabajado en América Latina y el Caribe”, lo cual también se considera como un indicio de menor calidad en los empleos disponibles para la Población Económicamente Activa.
En 10 de los 11 países para los cuales se cuenta con datos, aumentó el porcentaje de ocupados “que trabajan menos de 35 horas pero desean trabajar más”.
“Cuando consideramos todos estos indicadores en conjunto estamos frente a una región que tiene un desafío muy claro por delante: generar empleos de calidad”, concluyó Ñopo.
El trabajo precario en Bolivia
De acuerdo a una nota del periódico El Diario, en Bolivia en 2018 se reportó una baja en el desempleo de 3,3 por ciento, uno de los más bajos de la región; sin embargo, la cifra esconde un aumento del empleo precario, así como la falta de empleo en jóvenes, mujeres y profesionales, aparte que estimula el comercio informal.
De acuerdo con datos oficiales, la tasa de desempleo abierto urbano en Bolivia se redujo de 8,1% en 2005 a 4,5% en 2017.
El problema influyente es la rigidez de las medidas laborales, que desalientan al sector privado legalmente establecido por lo que, en casos, tornan a migrar a la informalidad. A su vez, el empleo ingresa en esta rutina, con lo que los trabajadores pierden sus beneficios sociales, reflexionó el analista económico Darío Monasterio.
Explicó que no hay una política de incentivos para atraer inversión privada y crear nuevas fuentes de trabajo, y por consiguiente los escasos puestos laborales de a poco ingresan en un deterioro, por las exigencias que imponen las medidas laborales.
El analista del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Bruno Rojas, entrevistado por El Diario, sostiene que los años de bonanza económica que estimularon el crecimiento del país, no repercutieron en la calidad del empleo, mas todo lo contrario, aumentó la precariedad del mismo.
Como dato, en el año 2001 el empleo precario estaba en 21 por ciento, pero en el año 2014 la cifra escaló al 56 por ciento.
Estos datos demuestran que la calidad del empleo se fue deteriorando de a poco a lo largo de los últimos años, complementó el analista.
Apuntes sobre Trabajo juvenil
Estabilidad
La nueva generación de trabajadores desconoce la estabilidad laboral, los beneficios sociales y recibe una remuneración baja. Trabajan con contratos temporales o consultorías.
Precariedad
El porcentaje de precariedad en el empleo de los jóvenes aumenta porque no todos de los aproximadamente 3.600 nuevos profesionales que salen cada año encuentran trabajo.
Afectados
La precariedad laboral afecta a todos los rubros, desde profesionales, técnicos y obreros, en empresas públicas y privadas.
“La dinámica de desaceleración económica regional ha tenido impacto en los empleos, tanto en su estructura como en su calidad”, destacó la última edición del informe Panorama Laboral de América Latina y el Caribe de la OIT.
Los datos recopilados hasta el tercer trimestre de 2019 revelan que se mantiene una tendencia registrada en el último lustro, caracterizada por un aumento tenue del empleo asalariado de 1,8%, inferior al aumento del empleo por cuenta propia, que llegó a 2,2%.
El empleo por cuenta propia es una actividad cada vez más común para alrededor de 300 millones de personas que forman parte de la fuerza laboral regional. La mayoría, conseguirá empleo en los sectores de comercio y servicios, mientras hay indicadores que muestran subocupación por insuficiencia de tiempo trabajado.
El empleo por cuenta propia, que ha crecido más, suele estar vinculado a mayor informalidad, destaca el informe.
Entre 2012 y 2018, de acuerdo con los datos de OIT, el empleo por cuenta propia en América Latina subió de 21,1% de los ocupados a 23%, en especial los no profesionales, que pasó de 18% a 19,7%.
“La expansión del trabajo por cuenta propia destaca por su continuidad”, apunta el documento. En el mismo período, los asalariados privados continúan siendo mayoritarios, pero su proporción ha bajado de 50,4% a 47,3%.
El cambio ha sido mayor entre las empresas de 6 y más trabajadores, que suelen ofrecer gran cantidad del empleo formal, donde se pasó de 39,1% en 2012 a 35,8% en 2018, de acuerdo con los datos del informe de OIT.
“Estos indicadores, que revelan un mayor crecimiento del empleo por cuenta propia frente a una reducción del empleo asalariado en el sector privado, son señal de un proceso de precarización de los empleos que se vienen creando en América Latina”, opinó el economista regional de la OIT, Hugo Ñopo, quien fue el coordinador del Panorama Laboral.
En el informe, se alerta que una leve alza en el desempleo de la región, de 8,0% en 2018, a 8,1% en 2019, podría agravarse si no se logra revertir la desaceleración económica en América Latina y el Caribe.
En 2020 podría llegar a 8,4%, según destaca el informe Panorama Laboral publicado a fines de enero.
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De acuerdo con los datos disponibles en la herramienta Data Finder desarrollada por la OIT para dar seguimiento a los mercados laborales de todo el mundo, la Población Económicamente Activa de la región es de 313,4 millones, de los cuales 288,1 millones están ocupados, y 25,3 millones están en situación de desempleo.
¿En dónde trabajan los que sí están ocupados? El Panorama Laboral dice que “la estructura del empleo regional se ha caracterizado por una dinámica de crecimiento de la proporción de empleo en el sector de los servicios”.
Datos incluidos en este informe revelan que entre 2012 y 2018 se registró un aumento de la población ocupada en servicios comunales, sociales y personales de 31,7% a 33,5% consolidándose como el principal sector empleador. Le sigue el comercio que también creció, de 22,5% a 24,1%.
En ese mismo lapso de tiempo bajaron las proporciones de empleo en el sector agrícola de 11,5% a 9,9%, en la industria manufacturera de 13,3% a 12,5%, en la construcción de 8,2% a 7,1%.
“Estos empleos, generalmente asociados a menor intensidad de capital físico y menor uso de capital humano, tienden a ser de baja productividad. Esa baja productividad es la principal barrera para la generación de condiciones decentes de empleo”, explicó Ñopo.
Adicionalmente, el Panorama Laboral advierte que “se aprecia una tendencia al aumento de los indicadores de subocupación por insuficiencia de tiempo trabajado en América Latina y el Caribe”, lo cual también se considera como un indicio de menor calidad en los empleos disponibles para la Población Económicamente Activa.
En 10 de los 11 países para los cuales se cuenta con datos, aumentó el porcentaje de ocupados “que trabajan menos de 35 horas pero desean trabajar más”.
“Cuando consideramos todos estos indicadores en conjunto estamos frente a una región que tiene un desafío muy claro por delante: generar empleos de calidad”, concluyó Ñopo.
El trabajo precario en Bolivia
De acuerdo a una nota del periódico El Diario, en Bolivia en 2018 se reportó una baja en el desempleo de 3,3 por ciento, uno de los más bajos de la región; sin embargo, la cifra esconde un aumento del empleo precario, así como la falta de empleo en jóvenes, mujeres y profesionales, aparte que estimula el comercio informal.
De acuerdo con datos oficiales, la tasa de desempleo abierto urbano en Bolivia se redujo de 8,1% en 2005 a 4,5% en 2017.
El problema influyente es la rigidez de las medidas laborales, que desalientan al sector privado legalmente establecido por lo que, en casos, tornan a migrar a la informalidad. A su vez, el empleo ingresa en esta rutina, con lo que los trabajadores pierden sus beneficios sociales, reflexionó el analista económico Darío Monasterio.
Explicó que no hay una política de incentivos para atraer inversión privada y crear nuevas fuentes de trabajo, y por consiguiente los escasos puestos laborales de a poco ingresan en un deterioro, por las exigencias que imponen las medidas laborales.
El analista del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Bruno Rojas, entrevistado por El Diario, sostiene que los años de bonanza económica que estimularon el crecimiento del país, no repercutieron en la calidad del empleo, mas todo lo contrario, aumentó la precariedad del mismo.
Como dato, en el año 2001 el empleo precario estaba en 21 por ciento, pero en el año 2014 la cifra escaló al 56 por ciento.
Estos datos demuestran que la calidad del empleo se fue deteriorando de a poco a lo largo de los últimos años, complementó el analista.
Apuntes sobre Trabajo juvenil
Estabilidad
La nueva generación de trabajadores desconoce la estabilidad laboral, los beneficios sociales y recibe una remuneración baja. Trabajan con contratos temporales o consultorías.
Precariedad
El porcentaje de precariedad en el empleo de los jóvenes aumenta porque no todos de los aproximadamente 3.600 nuevos profesionales que salen cada año encuentran trabajo.
Afectados
La precariedad laboral afecta a todos los rubros, desde profesionales, técnicos y obreros, en empresas públicas y privadas.