Sánchez insiste en que no se modificó contrato argentino
El ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez no ha vuelto a hablar de los términos en los que ha quedado el contrato de exportación de gas con Argentina luego de las últimas negociaciones; pero sí ha precisado algunos datos con los que espera hacer frente a las críticas por el...



El ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez no ha vuelto a hablar de los términos en los que ha quedado el contrato de exportación de gas con Argentina luego de las últimas negociaciones; pero sí ha precisado algunos datos con los que espera hacer frente a las críticas por el oscurantismo con el que se maneja la situación. Las nominaciones de gas siguen por debajo de los 10 millones de metros cúbicos, pero aseguró que aún no se modificó el contrato.
Sánchez afirmó este martes que “para cumplir el compromiso y asegurar el mercado argentino, Bolivia ha invertido más de 5.000 millones de dólares en exploración de nuevos reservorios, desarrollo, infraestructura y en gasoductos; a esto se deben sumar las reservas hidrocarburíferas que hemos garantizado y que restan entregar al vecino país que son 3.7 TCF, monetizadas tienen un valor de casi 26.000 millones de dólares”, dijo Sánchez.
A principios de mes, Sánchez indicó que se había logrado ampliar el plazo del contrato para entregar la misma cantidad de reservas, los que significa un menor ingreso por año; al día siguiente matizó sus palabras y aseguró que de darse “alguna modificación por la exportación de gas con la Argentina sería siempre y cuando, las nuevas condiciones sean más favorables para Bolivia.
Las estrategias argentinas
Lo cierto es que Argentina, desde la asunción de Mauricio Macri en 2015, ha desplegado diferentes estrategias para forzar una modificación en el contrato de compra venta de gas con YPFB. El mismo contrato ha sido modificado varias veces desde 2007, siempre a favor de los intereses argentinos, como cuando se elevó el volumen exportado sin haber cumplido con la financiación de la planta separadora de líquidos de Yacuiba, que recién fue inaugurada en 2015.
Según la explicación del ministro, Bolivia firmó un contrato y una adenda con Argentina, que más que “un contrato de producción es un contrato de reservas”. La autoridad explicó que la monetización de las reservas de gas que resta entregar a la Argentina al precio actual vale cerca de 26.000 millones de dólares.
El contrato debería alcanzar los 27 millones de metros cúbicos hasta el 2026, en la actualidad se preveía alcanzar los 20 millones de metros cúbicos en verano y más de 22 en invierno, sin embargo Argentina ha reducido drásticamente sus nominaciones al mismo tiempo que dejaba de pagar el gas comprado desde mayo.
De fondo se intuye como justificación la difícil situación que vive el país vecino, donde la fuga de dólares propiciada por diferentes medidas de gobierno han culminado con una solicitud de financiación al Fondo Monetario Internacional con sus consiguientes exigencias presupuestarias más ortodoxas.
Al mismo tiempo que dejaba de pagar, el secretario de Energía Javier Iguacel publicitaba con todo bombo los resultados en Vaca Muerta, que le permiten abastecerse e incluso exportar a Chile y Brasil.
En ese contexto, el ministro Sánchez afirmó también que el Estado boliviano construyó el gasoducto Juana Azurduy de Padilla (GIJA) para garantizar la provisión de gas desde Bolivia a Argentina, mediante el cual se concreta el envío de volúmenes diarios a ese país.
La autoridad resaltó que Bolivia ha realizado fuertes inversiones en desarrollo de plantas de procesamiento. “La planta de Margarita ha crecido de 3 millones de metros cúbicos día (MMMcd) a cerca de 20 MMmcd en capacidad de procesamiento. Otro campo que compromete su gas a Argentina es Incahuasi, donde hemos construido una planta nueva que tiene una capacidad de 8 MMmcd y, ahora, estamos ampliando de 8 a 11 MMmcd y otras instalaciones de procesamiento de gas”.
“Bolivia siempre ha sido muy competitivo en la provisión de gas en la región. Por ejemplo en la época de precios altos Argentina pagaba al país $us 10 por millar de BTU, mientras en GNL el precio era de $us 15. Ahora el precio está cerca de $us 7 y en GNL está a más de $us10 el millar de BTU. Bolivia siempre apoyó a la Argentina en su abastecimiento de gas, siempre hemos cumplido con este país hermano, incluso durante meses impagos, se les ha realizado los envíos de gas”, dijo Sánchez.
El ministro cuestionó el rol de algunos supuestos analistas de oposición que cuestionan la actual gestión de hidrocarburos. “Los ‘gasólogos’ ya no saben qué más observar. Si vendemos el gas más barato, es motivo de críticas. Si es más caro también salen con cuestionamientos. Yo les respondo, si el precio del gas boliviano es competitivo y trae beneficios al país, es porque la negociación de los equipos técnicos bolivianos realizados en nuestra gestión ha sido excelente. Por eso los hidrocarburos en todos estos años tuvo siempre números verdes, con una renta petrolera de más de 37.000 millones de dólares, aquí son resultados, no solo demagogia”.
Regalías bajarán por caída de precios
El secretario de Hidrocarburos de la Gobernación de Tarija estimó una pérdida de 70 millones de bolivianos que el departamento dejaría de percibir hasta el mes de diciembre; sin embargo la estimación podría quedar corta.
Argentina apenas está nominando entre 9 y 10 millones de metros cúbicos de gas, mientras que el barril WTI, el de referencia para América Latina y al que se indexan los cálculos del precio del gas, lleva en caída imparable desde las primeras fechas de octubre, cuando superaba holgadamente los 70 dólares.
Ayer el barril se dejó otro 6,64% y cerró en 53,43 dólares. El presupuesto boliviano está calculado a 45 dólares por barril, si bien se esperaba un repunte percibible.
Sánchez afirmó este martes que “para cumplir el compromiso y asegurar el mercado argentino, Bolivia ha invertido más de 5.000 millones de dólares en exploración de nuevos reservorios, desarrollo, infraestructura y en gasoductos; a esto se deben sumar las reservas hidrocarburíferas que hemos garantizado y que restan entregar al vecino país que son 3.7 TCF, monetizadas tienen un valor de casi 26.000 millones de dólares”, dijo Sánchez.
A principios de mes, Sánchez indicó que se había logrado ampliar el plazo del contrato para entregar la misma cantidad de reservas, los que significa un menor ingreso por año; al día siguiente matizó sus palabras y aseguró que de darse “alguna modificación por la exportación de gas con la Argentina sería siempre y cuando, las nuevas condiciones sean más favorables para Bolivia.
Las estrategias argentinas
Lo cierto es que Argentina, desde la asunción de Mauricio Macri en 2015, ha desplegado diferentes estrategias para forzar una modificación en el contrato de compra venta de gas con YPFB. El mismo contrato ha sido modificado varias veces desde 2007, siempre a favor de los intereses argentinos, como cuando se elevó el volumen exportado sin haber cumplido con la financiación de la planta separadora de líquidos de Yacuiba, que recién fue inaugurada en 2015.
Según la explicación del ministro, Bolivia firmó un contrato y una adenda con Argentina, que más que “un contrato de producción es un contrato de reservas”. La autoridad explicó que la monetización de las reservas de gas que resta entregar a la Argentina al precio actual vale cerca de 26.000 millones de dólares.
El contrato debería alcanzar los 27 millones de metros cúbicos hasta el 2026, en la actualidad se preveía alcanzar los 20 millones de metros cúbicos en verano y más de 22 en invierno, sin embargo Argentina ha reducido drásticamente sus nominaciones al mismo tiempo que dejaba de pagar el gas comprado desde mayo.
De fondo se intuye como justificación la difícil situación que vive el país vecino, donde la fuga de dólares propiciada por diferentes medidas de gobierno han culminado con una solicitud de financiación al Fondo Monetario Internacional con sus consiguientes exigencias presupuestarias más ortodoxas.
Al mismo tiempo que dejaba de pagar, el secretario de Energía Javier Iguacel publicitaba con todo bombo los resultados en Vaca Muerta, que le permiten abastecerse e incluso exportar a Chile y Brasil.
En ese contexto, el ministro Sánchez afirmó también que el Estado boliviano construyó el gasoducto Juana Azurduy de Padilla (GIJA) para garantizar la provisión de gas desde Bolivia a Argentina, mediante el cual se concreta el envío de volúmenes diarios a ese país.
La autoridad resaltó que Bolivia ha realizado fuertes inversiones en desarrollo de plantas de procesamiento. “La planta de Margarita ha crecido de 3 millones de metros cúbicos día (MMMcd) a cerca de 20 MMmcd en capacidad de procesamiento. Otro campo que compromete su gas a Argentina es Incahuasi, donde hemos construido una planta nueva que tiene una capacidad de 8 MMmcd y, ahora, estamos ampliando de 8 a 11 MMmcd y otras instalaciones de procesamiento de gas”.
“Bolivia siempre ha sido muy competitivo en la provisión de gas en la región. Por ejemplo en la época de precios altos Argentina pagaba al país $us 10 por millar de BTU, mientras en GNL el precio era de $us 15. Ahora el precio está cerca de $us 7 y en GNL está a más de $us10 el millar de BTU. Bolivia siempre apoyó a la Argentina en su abastecimiento de gas, siempre hemos cumplido con este país hermano, incluso durante meses impagos, se les ha realizado los envíos de gas”, dijo Sánchez.
El ministro cuestionó el rol de algunos supuestos analistas de oposición que cuestionan la actual gestión de hidrocarburos. “Los ‘gasólogos’ ya no saben qué más observar. Si vendemos el gas más barato, es motivo de críticas. Si es más caro también salen con cuestionamientos. Yo les respondo, si el precio del gas boliviano es competitivo y trae beneficios al país, es porque la negociación de los equipos técnicos bolivianos realizados en nuestra gestión ha sido excelente. Por eso los hidrocarburos en todos estos años tuvo siempre números verdes, con una renta petrolera de más de 37.000 millones de dólares, aquí son resultados, no solo demagogia”.
Regalías bajarán por caída de precios
El secretario de Hidrocarburos de la Gobernación de Tarija estimó una pérdida de 70 millones de bolivianos que el departamento dejaría de percibir hasta el mes de diciembre; sin embargo la estimación podría quedar corta.
Argentina apenas está nominando entre 9 y 10 millones de metros cúbicos de gas, mientras que el barril WTI, el de referencia para América Latina y al que se indexan los cálculos del precio del gas, lleva en caída imparable desde las primeras fechas de octubre, cuando superaba holgadamente los 70 dólares.
Ayer el barril se dejó otro 6,64% y cerró en 53,43 dólares. El presupuesto boliviano está calculado a 45 dólares por barril, si bien se esperaba un repunte percibible.