Sergio Gómez y su melodía iracunda
El músico paceño está de paso por Tarija, llenando las calles con las voces de su acordeón.



Para algunos, es difícil estarse quieto en un solo sitio. Vivir, no es necesario. Hay que moverse hay que navegar. Así le pasa al músico paceño, Sergio Gómez, que llegó a Tarija habiendo pasado ya por Uyuni y Sucre.
Gómez está en Tarija desde hace algunos días, y la próxima semana piensa regresar a La Paz. Mientras tanto, las calles de nuestra ciudad se llenan con las voces de su acordeón, uno de los tantos instrumentos que sabe tocar.
A sus 73 años, viaja con el fuelle musical como único compañero de ruta. Su escenario es la calle, su público también camina, como él. Pero algunos se detienen, de vez en cuando, para aportar con el tintineo de unas monedas.
Le gustan Los Iracundos igual que la música cristiana. A veces le da por entrar a alguna iglesia y ponerse a tocar, acompañando las liturgias, dando también su voz. Así ha sido desde que comenzó a relacionarse con la música, temprano en la vida, cuando agarró por primera vez una guitarra.
Día tras día, convierte las notas en monedas, las suficientes para comer y, claro, también vivir y seguir su camino. Toca en todos lados, donde sea, donde le venga en gana. Su música, aunque los temas sean de otros, es original, porque sale desde la profunda caja de resonancia que es su pecho, donde está su alma y su corazón.
Si lo ves por la calle, mete las manos a tu bolsillo, a tu billetera, y haz música con él.