Repaso del Segundo Congreso Boliviano de Urbanismo en Tarija
“Hay que asumir que el 83% de la urbanización es informal”, concluyeron profesionales, investigadores, académicos y activistas de diversos rubros luego de cinco días de encuentros virtuales y presenciales para tratar la dicotomía formal-informal en el ámbito de lo urbano.
El segundo Congreso Boliviano de Urbanismo, promovido por el Instituto Boliviano de Urbanismo (IBU), se realizó en la ciudad de Tarija del 6 al 10 de noviembre, con la participación de la Carrera de Arquitectura de la UAJMS, y de organizaciones y colectivos como el Colegio de Arquitectos de Tarija, Pro Hábitat, Infinitum, Plurales, Angirü y otros.
El congreso consolidó su importancia a nivel nacional como el evento más destacado para tratar la diversidad y complejidad de la temática urbana
Con más de 100 ponencias, 10 mesas temáticas, 4 talleres, exposiciones, paneles de debate y transmisión por redes sociales, con una gran asistencia de estudiantes tarijeños y de otros departamentos, así como el seguimiento de más de 300 asistentes virtuales, el congreso consolidó su importancia a nivel nacional como el evento más destacado para tratar la diversidad y complejidad de la temática urbana.
En la clausura del evento, el Arq. Juan Ramón Rivera Casanovas, presidente del IBU, rescató junto a sus pares las reflexiones y compromisos que dejó la segunda edición, como la necesidad de hablar de inclusión en las ciudades, tanto de género como de generación; el reto de hablar sobre los comunes urbanos; y la necesidad de profundizar en la dicotomía formal-informal, que debe interpelar el quehacer de la sociedad, la academia, el estado en sus distintos niveles, y de las ONG y colectivos civiles.
A continuación, ofrecemos algunas reflexiones que Pura Cepa rescató de la clausura de tan importante evento:
El urbanismo es una actividad de largo plazo
Bolivia está en un limbo respecto de la práctica urbana, y esto se ve reflejado en la manera en que las alcaldías manejan la gestión pública y los proyectos piloto, que, en sí, son procesos de pre-inversión y de transición dentro de la lógica de los planes de ordenamiento territorial y desarrollo integral. Por lo tanto, hay que considerar cuidadosamente los proyectos rápidos y las grandes obras que pueden desarticular la estructura urbana en lugar de mejorarla. En otras palabras, lo que se siembra hoy, tiene resultados en 5 años.
La construcción de la ciudad es tarea de todas las personas que la habitan
Para ello, es importante que existan mecanismos para que la ciudadanía sea capaz de plantear sus necesidades y perspectivas, y que esta tenga la voluntad de hacerlo. La ciudad puede transformarse gracias a las propuestas que aporta la mirada desde el género, la generación, los derechos y las masculinidades, entre otras.
La ciudad es un ser viviente que crece y cambia cada día
Por lo tanto, es necesario que las instituciones y organizaciones académicas y civiles estén preparadas para asumir, enfrentar y dar solución a las problemáticas que presenta este crecimiento en un contexto crítico de trasformación social, económica y medioambiental. Este segundo congreso ha demostrado también que un evento de gran magnitud y con profundas implicancias teóricas y prácticas es posible en Tarija, y que uno de sus grandes beneficios es poder ampliar el horizonte de estudiantes y profesores que necesitan asumir que el 83% de la urbanización boliviana es informal para transformar la manera en que se reproducen las disciplinas de la arquitectura y el urbanismo.
Las ciudades están pensadas de tal manera que sólo pueden reproducir la desigualdad
Existe una brecha importante entre las necesidades de hombres y mujeres. Los estudios urbanos revelan que el hombre tiene mayor capacidad para transitar y atravesar una ciudad, mientras una mujer debe quedarse en el espacio, público o privado, y realizar actividades en entornos de baja seguridad y confort. Además, el estigma que pesa sobre las propuestas feministas impide comprender que su apuesta política aboga por una transformación que beneficiaría a toda la población, no sólo a las mujeres.
El estado y la academia necesitan asumir que el 83% de la urbanización boliviana es informal para transformar la manera en que reproducen las disciplinas de la arquitectura y el urbanismo
Si queremos cambiar la ciudad, hay que empezar abrazando la informalidad
Tanto en la academia como en la gestión pública, se niega la informalidad urbana y se la trata como un fenómeno errado. Sin embargo, la realidad es que el 83% del espacio urbano está dominado por la informalidad en diferentes dimensiones. El desafío del congreso es pensar en cambiar la manera en que se mira el territorio urbano y, sobre todo, asumir que es el Estado el que crea la informalidad estableciendo límites al tiempo que se enfoca en la tarea de regularizar lo que se le sale de las manos sin terminar de atender los problemas que originan la expansión descontrolada.
El congreso boliviano de urbanismo genera compromisos
Al menos en Tarija, diversas colectividades asistentes al evento asumieron el desafío denominado Ciudad Mujer, que será impulsado por el Colegio de Arquitectos de Tarija. A su vez, en la mesa temática de urbanismo feminista, se sugirió la creación de un tejido nacional que aborde esta perspectiva. Se espera que, en el tercer congreso, que coincidirá con el bicentenario de la nación boliviana, estos compromisos de actualicen y se evalúe la manera en que sus participantes han avanzado.