Así queremos que funcione nuestro Instituto de Estadísticas Municipales
¿Sabías que en algún momento de 2024 comenzará a funcionar oficialmente el Instituto de Estadísticas Municipales (IEM)? Ya tiene Ley y Reglamento, pero, ¿qué expectativa tenemos los tarijeños de su funcionamiento?
Años atrás, alrededor del Instituto de Investigaciones Económicas, Financieras y Administrativas (IIEFA) de la UAJMS, se contempló la creación de un Instituto de Estadística para Tarija para conocer mejor la sociedad, el territorio y las necesidades de la población del municipio y, quizá, del departamento entero. De aquel tiempo data la Ley departamental No.50 de Creación del Centro de Estadísticas del Departamento de Tarija.
“Nos hubiera gustado contar con la ayuda de especialistas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), pero requiere un gasto diferente que sale del límite presupuestario impuesto por la universidad”, comentó Juan Luis Coronado a Pura Cepa, quien fuera director del IIEFA en ese entonces, para quien la falta de visión e inversión hicieron que aquel proyecto no prosperara: “La información se construye sistematizando datos a lo largo de años. Cuando se llega a un estado crítico y no hay información, es cuando se valora”.
En 2023, Fernando Romero, jefe de Planificación Financiera del Municipio y presidente del Colegio de Economistas de Tarija, organizó la visita del presidente del Instituto Cruceño de Estadística (ICE), Juan Pablo Suárez, quien relató los altibajos, buenas prácticas y ejemplos de estudios realizados en los 12 años de experiencia de la primera institución autonómica subnacional de generación de estadísticas de Bolivia. Suárez refirió que el carácter desconcentrado de la entidad obstaculizó su capacidad para hacer consultorías: “Una entidad descentralizada podrá prestarse a realizar consultorías por producto, que valen, por ejemplo, 65 mil dólares por una encuesta de votación”.
La recomendación es útil tomando en cuenta que el ICE guiará el proceso de creación del IEM, respaldado por la Ley Municipal 347 de Estadísticas Municipales y su respectivo reglamento, y que, ahora que tendremos datos frescos del Censo Nacional de Población y Vivienda, habrá forma de contrastar un trabajo estadístico propio. “Estamos comenzando a trabajar de cero. Falta la asignación de recursos. Hay bastante información que analizar y procesar en el municipio. En 2023, hicimos pequeños estudios de movimiento económico en Santa Anita y San Roque, y ahora del Carnaval. Poco a poco”, mencionó Romero.
Se espera que el IEM tenga un mejor destino que aquel del Centro de Estadística Departamental que nunca fue, pero ¿qué deseamos para un proyecto como este y qué debemos evitar? Pura Cepa realizó un sondeo a un grupo interdisciplinario para responder tal pregunta.
Funcionamiento deseable
En el Reglamento de la Ley Municipal 347 de Estadísticas Municipales, instrumento que establece las facultades del IEM, se enlistan los siguientes principios: buena fe, calidad, calidez, celeridad, economía, ética, honestidad, legalidad, legitimidad, responsabilidad, resultados y transparencia. Profesionales dedicados a la investigación aportaron otros aspectos.
Gabriela Alfred, licenciada en Filosofía, indicó que el IEM debe ser capaz de comunicar los resultados de manera clara y accesible para diferentes audiencias, valiéndose de informes, gráficos, audiovisuales y otros medios. Alfred no descartó la relevancia como una característica deseable, refiriéndose tanto a los temas y datos que se recopilen, como a las alianzas con entidades y actores que multipliquen el impacto del trabajo del instituto.
Carlos Bennun, integrante del Taller de Pensamiento Crítico, opinó que la institución debe ser imparcial, independiente, objetiva, y que la información que genere sea consecuente con un proyecto de desarrollo integral. En esa línea, Anahí C. Ugalde apuntó que el instituto debe echar mano de distintos abordajes cualitativos y cuantitativos para dar cuenta de la complejidad de nuestra sociedad, con la cuál debe estar en constante diálogo.
En profundidad, la investigadora social, Mariel Paz, dijo que el IEM tendrá que responder a dos principios básicos: rigurosidad técnica, “me refiero a la calidad de los procesos, procedimientos y resultados estadísticos, para que la sociedad tenga certeza que los productos finales son confiables, creíbles y ciertos”; y autonomía, “que la institución nunca se subordine a objetivos o intereses partidarios o corporativos”.
Karina Olarte, investigadora y docente universitaria, añadió que los datos del IEM “deberían ser abiertos, es decir, el dato primario debería ser abierto para el uso de entidades públicas o privadas que puedan hacer uso ético de esa información”. También dijo que el instituto puede ofrecer datos, pero también orientar análisis e interpretaciones.
El psicólogo e investigador, Javier Cabero, señaló que es muy importante que el instituto “pueda cubrir el 40% de su presupuesto con la venta de servicios, para que no sea un elefante blanco más que se sume a los muchos que ya existen”. Añadió que es importante la capacidad de planificar escenarios futuros, “porque el nivel de incertidumbre en el mundo se ha incrementado y sigue creciendo conforme pasa el tiempo. Para eso sirven las estadísticas”.
Para la arquitecta María Eugenia Martínez Mansilla, ya que el instituto se enfocará en lo municipal, es importante que trabaje sobre los problemas de la ciudad, como la inseguridad ciudadana, la delincuencia, la corrupción y la contaminación del río Guadalquivir. “Para la época, a vísperas de una elección municipal, se hace relevante no sólo formular los planes de gobierno, sino medir cuánto y cómo se han superado esos problemas”.
Franz Arce, economista investigador, consideró fundamental que el sistema de información estadística incluya datos sociales, productivos y culturales, y que obedezca a necesidades y requerimientos locales. También abogó por la innovación y la pertinencia en la generación de información, y por la promoción de una cultura estadística. Y puso atención sobre “la forma en que se obtiene, se maneja y se comparte la información, que puede tener implicaciones éticas y sociales significativas”.
Juan Luis Coronado, también economista, cree urgente que haya contacto con la CEPAL, y le resulta fundamental la participación de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho: “Hace años, la universidad tiene una carrera de técnico superior en Estadística, que complementa la carrera de Economía. El alcalde se puede sorprender de la calidad de recursos humanos que existen. Con tres profesionales seniors que guíen su trabajo, en unos años la juventud va a representar muy bien a Tarija”.
El peor escenario y cómo evitarlo
Casi todas las respuestas dejan claro que la transparencia es la forma de evitar la manipulación política del IEM como peor escenario de su funcionamiento. Alfred mencionó que es importante la claridad en el marco normativo, en el nombramiento de personal, en los presupuestos, la evaluación y rendición de cuentas. Y para la investigadora en temas de género y migración, Elena Peña, el peor escenario puede evitarse con “una buena planificación institucional, anual y quinquenal, con un equipo de trabajo que dé continuidad a esa planificación que debería priorizar uno o dos ejes estratégicos”.
Bennun añadió que no sólo se trata de transparencia, sino de “un férreo control social”, pues la institución muy fácilmente puede ser usada para “falsear datos, para servir de búnker político y profundizar las diferencias con la administración central y todo aquello que se vea como ‘andino’, además de que termine siendo una sucursal del ICE”. En el mismo tren siguió el ingeniero de sistemas, Walter Olarte Quiroz, para quien “la politización deriva en una institución burocrática, ineficiente y servil. Un instituto estadístico tendría que ser apoyado por la gobernación y la alcaldía, y dotarle de un presupuesto propio”.
“El financiamiento debe garantizar la sostenibilidad de un trabajo permanente que genere datos continuos”, dijo Karina Olarte. “No puede aparecer un dato en diciembre de 2023, digamos, y desaparecer su estudio por cinco años”. Ella también observó que la dispersión es un escenario negativo: “¿Qué es lo más relevante, de acuerdo a los propósitos que se tienen? Plantear estudios de interés partidario que sólo van a interesar a algunos grupos no está bien”.
Evidentemente, será un tema delicado si es que el IEM resulta ser una ilusión que no cristaliza, para quedar nuevamente archivado en una “carpeta del olvido”. Por ello, Coronado advirtió que es importante “presupuestar bien y poner en marcha cuando el proyecto esté muy maduro. No podemos fracasar, porque todos terminan diciendo, ‘no, ya se intentó, para qué’. Hay que hacer un esfuerzo, contratar gente con experiencia y un buen asesoramiento. Es un trabajo que va mucho más allá de las ocho horas diarias. Hay que trabajar de formas que no son habituales para una institución pública”.
La información es poder ciudadano
En la genealogía de la teoría política, se atribuye a Thomas Hobbes la frase “la información es poder”, aunque uno de sus predecesores, Francis Bacon, haya preferido derivar de los datos no el poder, sino el conocimiento. Como sea, y a estas alturas, lo cierto es que la “exigibilidad”, esa facultad ciudadana que Elena Peña señaló como principal efecto de contar con información, resulta mucho más pertinente en el ámbito de lo municipal.
Que un IEM exista y que vaya a ser cada vez más real es un hito para celebrar, un paso consecuente hacia la era de la información que significa que todos los discursos políticos podrán construirse sobre fundamentos hechos de datos relevantes, confiables, útiles para identificar problemas, evaluar alternativas, diseñar estrategias y tomar decisiones.
Paz apuntó que, para la ciudadanía, contar con información “facilita la posibilidad de formular propuestas, elaborar peticiones, cuestionar políticas públicas ineficientes y construir visiones de futuro”. De ahí la importancia del acceso, según Karina Olarte, pues “la era digital nos ha enseñado que el poder no está solamente en los datos y espacios restringidos. Quien busca, debería encontrar. Pero, ¿cuánto de la información pública está a mano? No hay actualización de datos públicos o procedimientos para acceder a esto que debería ser un derecho de todas y todos”.
Por ejemplo, si tuviéramos idea de la cantidad de viviendas no utilizadas en cada barrio, del número de metros cuadrados sin uso, seguramente idearíamos instrumentos para generar ocupación, diversificación, nuevos tejidos sociales, nuevas plusvalías, y, de paso, frenar la expansión no planificada, mejor conocida como loteamiento.
También, con datos concretos, pensaríamos en las rutas comerciales que llegan a Tarija, y la manera en que se abastecen los mercados del norte, sur, este y oeste. ¿Por qué el Campesino concentra la producción para, desde ahí, recién distribuirla? ¿Qué efecto tiene eso en el funcionamiento de la ciudad y en la forma de vida de los ciudadanos?
Como dijo Coronado, “sin información básica no se puede planificar, sin planificación andamos sin rumbo. Y es lo que todo el mundo reclama en Tarija. Para saber dónde estamos, hay que desarrollar investigación, y la información estadística es vital”. Bien por Tarija, esperemos que otras alcaldías se sumen, y que logremos un instituto que funcione a nivel departamental.