Sarah García y su piano encantan a Bolivia
La tarijeña de seis años ganó el primer lugar de la categoría infantil en el XX Festival Nacional de Piano “Hernán Rivera Unzueta”, celebrado en Totora, Cochabamba, en octubre de este año.
La historia de Sarah comenzó en medio de la pandemia, cuando el país se encontraba en cuarentena y las actividades cotidianas se detuvieron. Su padre, Raúl García, experto en música, tocaba el piano y otros instrumentos en casa, lo que despertó su curiosidad.
La pequeña Sarah tenía sólo 4 años cuando le pidió a su padre que le enseñara a tocar piano. Desde entonces, su viaje musical ha sido impresionante. Con métodos no convencionales, juegos didácticos y una dedicación inquebrantable, Sarah comenzó a adentrarse en el mundo de la música, y antes de aprender a leer y escribir, ya descifraba partituras.
“Me siento feliz y orgullosa de tocar el piano”
Sarah práctica entre una hora y media a dos horas al día, con sesiones cortas después de la escuela. Toma clases de ballet para mejorar su expresión corporal, y luego hace una práctica de piano más larga de una hora.
Uno de los momentos más importantes en su carrera fue su primer concierto a los 5 años en la Casa de la Cultura. Sarah cautivó al público, demostrando talento y dejando claro que tendrá grandes logros en el mundo de la música.
Al ver el potencial de Sarah, sus padres la llevaron a La Paz para tomar cursos de invierno en la academia “Duchen de Córdoba”, donde aprendió a desenvolverse mejor en el escenario.
En el XX Festival de Piano de Totora, Cochabamba, Sarah conquistó al público tocando “La Viditay San Lorenzo”, canción representativa de su natal Tarija. Compitió con niños de todo el país. Aunque era la más joven en su categoría, su naturalidad la llevó a conseguir el primer lugar, dejando una impresión duradera en el jurado y poniendo en alto el nombre de Tarija.
El talento no tiene edad
Vivaldi y Beethoven son sus compositores favoritos. Sarah visualiza su vida a los 16 años, siendo una pianista que compone sus propias canciones. Su mensaje para los niños es simple, pero poderoso: “Que practiquen, que estudien y que aprendan un nuevo instrumento si lo desean”.
Tarija tiene una estrella en ascenso, cuya dedicación la llevará a un futuro brillante. Esperamos su próxima actuación en los escenarios tarijeños, bolivianos, y de todo el mundo.