Bernarda Alba en la Casa Dorada
Con un teatro casi lleno, el elenco de Andrés Grau representó la obra de Federico García Lorca el pasado 18 de octubre.



Recién llegada del Premio Nacional de Teatro Peter Travesí Canedo, que se otorga en la ciudad de Cochabamba, “La Casa de Bernarda Alba” dio su aparente última función en Tarija, y quizá por este motivo el público llenó la Casa de la Cultura. Sin duda, es un logro de producción que se aplaude de pie, sobre todo si se toma en cuenta que el público tarijeño ha sido acostumbrado a no pagar, y es quizá por esto que el teatro sufre mal nutrición en Tarija y por necedad llama “temporada” a una o dos funciones que se dan en todo el año.
Luego está la ejecución de la obra, a la que aún le faltan dos o tres puñados de ensayos para ganar verdad y ritmo, una bolsa de técnica vocal para que sobren los micrófonos ambientales, unas cucharadas de movimiento escénico para que las actrices no se tapen entre ellas, y una pizca de relación con el presente, pues un texto de teatro puede montarse de cualquier manera, pero si se quiere abordar con el tono de una telenovela, hay que tomar en cuenta la enorme competencia que nos da la televisión.
Allende esto, Andrés Grau aprovecha el perfil y la energía de una troupe de actrices que aportan lo más rico de sus edades y experiencias para dar vida a los personajes de Lorca, logrando escenas que a momentos nos dejan vislumbrar otra realidad, que es para lo que existe el teatro.