Gabo Chavarría, sus inicios y las emociones del cine
El último corto de Gabo Chavarría, “Bosquejos de café” tuvo una gran aceptación y más éxito del esperado.
El arte, la narrativa, y los mensajes son los que motivan a Gabriel Óscar Chavarría Herrera a levantarse de su cama todos los días. Más conocido como Gabo Chavarría, empezó su camino en el cine en la adolescencia, desempeñándose como director, guionista, camarógrafo, sonidista y todos los roles que una producción audiovisual requiere, dado que sus primeros cortos los realizaba prácticamente solo y con sus compañeros de colegio como actores.
Desde Sucre, su ciudad natal, Gabo da inicio a su historia con la cinematografía. Una voz gruesa con un tono firme, junto a la certeza de sus palabras, dan cuenta del dominio y largo recorrido en su área. Pero desde allá se pronuncia un joven de 20 años, edad que no le ha impedido realizar ya varios cortometrajes y llamar la atención en reconocimientos del exterior.
Como muchos, la puerta por la que llegó al cine fue la fotografía. Gabo recuerda cómo en la infancia con un celular fotografiaba prácticamente todo lo que tenían en frente. Desde piedras hasta recuerdos de viajes pasaban por el lente de esa ahora obsoleta cámara telefónica. Lo que encontraba en las fotos era la posibilidad de trasmitir emociones y sentimientos, sin embargo, a veces los márgenes del cuadro le quedaban pequeños, y Gabo sentía que aún tenía mucho por decir.
“El cine no funciona sin emociones”.
Por ese motivo decidió cambiar las imágenes estáticas por las imágenes en movimiento, interesándose en la producción de cortos. El objetivo con ello era “poder plasmar con exactitud el mensaje”. Pero para ese fin, junto con un equipo humano, Gabo requería de las herramientas y equipo técnico. Sus padres desde entonces fueron los principales mecenas de su arte. Cuando Gabo se “puso serio” con el cine empezó una relación de intercambio en la que llegaba a casa con las mejores notas y sus padres lo recompensaban con el equipo para cumplir sus sueños, como una primera cámara, por ejemplo. Sin embargo, la excelencia académica aún es un fin en sí misma para él, pues en Comunicación Social sigue aspirando a ser el mejor.
Muchas lecciones ha aprendido Gabo en el camino. Una de ellas fue el darse cuenta de la dejades que tienen las producciones locales por parte de la población boliviana. Gabo es consciente de la dificultad de competir en recursos contra producciones extranjeras, pero también sabe que los bolivianos podrían darle una oportunidad a su cine, según afirma, muy apreciado en el exterior.