Reynaldo Pacheco a toda velocidad
Entrevista exclusiva con el actor boliviano radicado en Los Ángeles, fundador de la Hollywood Academy of Performance Arts (HAPA).



Entre Bolivia, Estados Unidos y Perú, el actor Reynaldo Pacheco tiene la agenda llena. Ahora está en el país vecino, participando en una nueva producción de América TV y Del Barrio Producciones, empresas que ya lo contrataron el año pasado para interpretar al mítico Jhonny Orosco, el vocalista del grupo Néctar, en la teleserie “Tu nombre y el mío”.
El trabajo de Pacheco es tan certero, que le valió una nominación a Mejor Actor en los Premios Luces. No era para menos, ya que Pacheco estuvo en contacto con Orosco desde el inicio de la producción, pues el difunto cantante le prendía las luces de la casa y el hotel, y hasta le dejó un mensaje en el espejo empañado del baño, un garabateado “Temón”, que se convirtió en un “Te amo”, como relató Reynaldo a un medio estadounidense.
Con Pura Cepa, nos enfocamos en hablar del proyecto de formación actoral HAPA, de las sutiles diferencias que hay en el trabajo actoral de escena y pantalla, y del futuro de la industria en nuestro país y el continente entero, todo mientras el actor boliviano se dirigía a una sesión de fotos a toda velocidad.
Pura Cepa (PC). Si no hubieras hecho teatro, ¿estarías donde estás ahora?
Reynaldo Pacheco (RP). No, imposible. El teatro es el gimnasio del actor. En el teatro tienes la oportunidad de explorar los arcos narrativos completos de la historia y el personaje. En el cine, todo es fragmentado. A veces filmas una escena del episodio tres, luego otra del episodio uno. A veces filmas primero el final, porque un actor tiene que irse. Entonces, si no tienes ese conocimiento del arco narrativo completo de una historia, de una escena, que es algo que solamente te lo da el teatro, es muy difícil tener esa claridad e intención en la pantalla.
PC. Comenzaste en el teatro, pero ¿era tu objetivo ir a la pantalla, o lo descubriste en el camino?
RP. Lo descubrí en el camino. Inicialmente, estaba muy enamorado de las tablas y mi sueño era llegar a Broadway. Audicioné para entrar a Juilliard, en Nueva York, y no me aceptaron. Estaba destrozado. Pero sí me aceptaron en Los Ángeles. Y cuando llegué, todo era enfocado en cine y televisión. Estaba frustrado, pero después me enamoré también de ese nuevo formato.
PC. Teniendo experiencia en teatro, ¿cómo te enfrentaste al modo de producción del cine y la televisión?
RP. La actuación siempre es la misma, porque tanto en teatro como en televisión o cine tienes que tener los pensamientos, el subtexto, la respiración, tienes que perderte en el personaje. La proyección de la voz y los gestos, también. Si voy a tomar un vaso de agua, en el cine lo puedo agarrar aquí. Pero en el teatro tiene que haber una distancia para crear el gesto y que la última persona en la fila vea que estoy tomando un vaso. Hay un cambio de marcación para mantener la verdad, porque no puedes fingir. Al final de cuentas, el corazón es lo mismo, y la respiración y el pensamiento detrás de la escena para que la gente lo sienta. Porque, si no lo sientes, nadie lo siente. En cualquier formato.
PC. A propósito de sentir, es común que a quienes se dedican a la actuación todo el mundo les pide llorar, o cosas parecidas. ¿Cómo se desmitifica eso?
RP. Bueno, de la misma forma que tú tienes un sistema digestivo, o un sistema respiratorio, tienes un sistema de las emociones. Y todos tienen un orden, una lógica. El bolo alimenticio, por ejemplo, ponemos el alimento en la boca, segregamos saliva, se forma el bolo, pasa por el esófago, los jugos gástricos. Todo tiene un proceso. De la misma forma, tenemos un sistema de emociones que se activa con un orden, y ese orden comienza con la respiración. De ahí, pasamos a los pensamientos y luego a la acción, que sería llorar, o abrazar, o cargarse de una emoción. Entonces, para ingresar a las emociones, necesitas primero encontrar la respiración del llanto, después tienes que agarrar los pensamientos que irían, ya sean tuyos o del personaje, activar el sistema de las emociones. Es algo increíble que, cuando lo estudias y practicas, se puede convertir en una segunda naturaleza. Obviamente, es difícil jugar a llorar en cualquier lugar, donde todos se están burlando, donde no hay un trasfondo o una historia. Un elemento importante del sistema de las emociones son los pensamientos, y si estás con un montón de gente que está ensuciando tus pensamientos con chistes, se complica. Pero es posible, y justo eso enseñamos en HAPA, cómo entrar en las emociones y comprender su sistema. Y también cómo salir.
PC. ¿Cómo ha sido el camino de HAPA?
RP. Hemos creado la academia con mi hermana, Alejandra, hace doce años. Primero, el concepto era conectar a Bolivia y dar oportunidad a las nuevas generaciones a estudiar las últimas técnicas de actuación. Comenzamos con la Universidad La Salle y otras. Teníamos convenios. Luego, la escuela creció tanto que después se convirtió en una de las más importantes de Los Ángeles para actuación bilingüe. Irónicamente, es un proyecto para Bolivia, pero floreció en Los Ángeles. En la pandemia cerramos todo y nos fuimos online. De pronto estábamos en 18 países más. En Bolivia, tenemos ocho estudios, dos en La Paz y seis en otras ciudades. Tenemos convenios con la Fundación Patiño, y ahora en Tarija con Ishy Dance Studio.
PC. Han formado a personas como Camila Morrone y Karol G.
RP. Sí, en Los Ángeles, hace unos siete años y gracias a una actriz boliviana que se llama Carla Ortiz, conocí a Lucila Sola, que era novia de Al Pacino en esa época. Su hija, Camila Morrone, tomó clases durante seis años. Fue nominada a un Emmy. La trayectoria que hemos hecho con ella nos trajo a celebridades como Kendall Jenner, y el anteaño pasado trabajé con Karol G para la serie Griselda, con Sofía Vergara. Ha sido una bendición, porque nunca imaginé trabajar con ese nivel de personas, porque HAPA fue creada para Bolivia, como te decía, pero en Los Ángeles dio frutos muy grandes.
PC. ¿Cuáles han sido los frutos en Bolivia?
RP. Nuestro alumno que ha llegado más lejos se llama Renato Condori, de La Paz, que estuvo en la serie División Palermo, de Argentina, que fue nominada a los premios Platino. Eso fue grandísimo para nosotros. Y tenemos muchos alumnos, especialmente de Santa Cruz, que trabajan en producciones comerciales, tienen elencos de teatro y están en películas bolivianas. En los últimos 10 años, siempre hay alguien de HAPA en alguna producción. Y es porque la escuela te da una claridad de lo que es la actuación, de las bases, y te damos la introducción a técnicas muy importantes, como Stanislavski, Meisner, Linklater, Grotowski y otras más, que te permiten trabajar la memoria emotiva, la escucha, cómo utilizar la voz, el cuerpo. Entonces, los alumnos van experimentando toda una estructura, y paralelamente van haciendo trabajo de casting virtual, que es la forma en que se audiciona hoy.
PC. ¿Cuál es tu percepción de la industria boliviana?
RP. Bolivia está creciendo. Acabo de participar en una película con la productora Carla Ortiz, que trajo un director nominado al Óscar que se llama Carlos Bolado, y el resto del equipo era boliviano. Es fantástico ver cómo ya tenemos un nivel de producción, lo único que falta es traer inversión para contar nuestras historias. Las redes han cambiado mucho todo, porque ahora, por ejemplo, Albertina Sacaca hace videos desde su casa y tiene millones de seguidores. Esa posibilidad no existía antes, que te tenías que ir del país o no hacías nada. También puedes hacer películas con mucho menos presupuesto. Entonces Bolivia ya ha roto esa barrera que existía en mi época. Hay información, hay HAPA, hay cosas en internet. Lo que sí noto es que todavía nos faltan escritores que verdaderamente estén entrenados, que cuenten historias con estructura de guion profesional. Es lo que necesitamos para exportar nuestras historias. Y también algo interesante que está pasando es que desde el paro que hubo en Hollywood, los productores se han ido a trabajar a otros lugares. Hay series como Élite, La casa de papel, Squid Game, que son internacionales y son número uno en plataformas americanas. La industria ya cambió, Los Ángeles no es el centro de todo, y se está filmando en otros lugares. Entonces, Bolivia va a empezar a recibir coproducciones de otros lugares, como ha pasado con La Reina del Sur, una de las series más importantes de Netflix Latinoamérica. Vienen cosas muy interesantes para nosotros, pero tenemos que estar preparados como actores, escritores y productores.