Andrea Hinojosa y su arte plasmado en macetas
Andrea graba sus obras en las macetas que comercializa en Inspira



Cuando Andrea Lucero Hinojosa Rossel se vio sin trabajo ni ingresos tuvo que empezar a buscar opciones alternativas. Era 2016 y se embarcó en un viaje a Santa Cruz para ver qué chances tenía. En medio tomó un curso de pintura en trupán y con ello descubrió un mundo de productos que hasta entonces no había visto en Tarija.
Recuerda que por esos tiempos estaba de moda el corte con láser en trupán. “Había bastantes accesorios, y de todo tipo”, cuenta Andrea. Entonces pensó que sería una buena idea comprar todos esos productos en bruto, pintarlos y abrir una tienda en Tarija. Pero no pasó mucho tiempo antes de que se diese cuenta de que su plan no era sostenible.
Ya en Tarija, Andrea se preocupó por no perder la práctica de lo que había aprendido y decidió trabajar con macetas. Ella se describe como alguien muy pendiente de las redes sociales y fue precisamente ahí donde obtuvo inspiración para sus macetas. Pero aún no tenía una meta comercial con esas creaciones, pues solo eran una manera de expresarse.
Cuando terminó las primeras y subió unas fotos a sus redes, le empezaron a llover mensajes de sus amigos y seres cercanos queriendo comprarlas. Era inicios de 2017 y Andrea ya tenía encargos pendientes.
“Quiero motivar a los emprendedores y artesanos a hacer respetar su trabajo con precios justos”.
Todo fue muy rápido para Andrea, dado que, sin darse cuenta, ya se encontraba creando su página de Facebook, la cual bautizó como Inspira. Aunque por un buen tiempo fue su única actividad laboral, hoy se desempeña en un trabajo, pero dedica su tiempo libre a Inspira.
Andrea explica que su especialidad son los productos personalizados, pues ella es capaz de dotar de vida a un objeto común como una maceta. Por ello no se inmuta cuando sus clientes le encargan diseños aparentemente difíciles, como la vez que le pidieron la portada de un disco de rock u otra que fue una maceta con el motivo de cada libro leído por la persona.
Andrea ama lo que hace, pero más de una vez ha estado cerca de dejarlo. La última fue cuando vio como otras personas ofrecían productos similares. A Andrea no le molesta la competencia, pero resalta que los precios de esta son simplemente insostenibles para ella. Lamenta que algunos emprendedores no valoren su propio trabajo y opten por precios bajos; los quiere motivar a darse cuenta de que lo que hacen “sí tiene un precio justo que pueden cobrar”.
Por un corto periodo de tiempo Andrea se dio por vencida, sentía que sus productos no podrían competir en ese nuevo mercado. Sin embargo, como si de un cuento se tratara, cuando tiró la toalla le empezaron a llover nuevos pedidos que la motivaron a levantarse y seguir adelante con sus macetas y su arte.