Nuevos edificios minimalistas crecen en la ciudad
Tarija y su incipiente arquitectura de diseño
La arquitectura colonial ha ido abriendo paso a nuevas formas de construcción en la capital tarijeña. Edificios en altura e infraestructuras públicas buscan dar una imagen más moderna de la ciudad



Algo está cambiando en la ciudad. Los arquitectos jóvenes y no tan jóvenes están comprometidos con dotarle a la ciudad de una nueva personalidad en sus edificios, sean públicos o privados, donde sumar a lo puramente funcional, un componente estético que sea motivo de orgullo no solo para los propietarios, sino para el conjunto de la ciudad.
En la ciudad de Tarija es fácil reconocer un puñado de edificios que forman parte del imaginario colectivo, y que en realidad son parte de la herencia colonial y del auge económico de la ciudad a finales del siglo XIX, cuando se asentó como enclave comercial fronterizo. La Casa Dorada de la familia Navajas, el Castillo Azul y otros palacetes del entorno de las calles Sucre y Trigo son la referencia junto al edificio de la Gobernación o al rehabilitado Patio del Cabildo.
Por lo general, la Tarija de sus barrios tradicionales fue creciendo pausadamente y repitiendo las lógicas de construcción de las casas bajas y con dos o tres patios propios de la época republicana, aunque a la fecha muchos de estos edificios han sido destruidos o sustituidos por otras construcciones que nada tienen que ver con el patrimonio histórico, y otros siguen cayendo ante la poca claridad de la normativa al respecto, o la inacción de quienes deben hacerla respetar. Otros edificios de servicios, como el Palacio de Justicia, se levantó en el siglo XX tratando de armonizar con su entorno, pero siendo funcional a las necesidades.
En los años 70, 80 y 90 la construcción urbana fue evolucionando y se fueron construyendo algunos edificios de varias alturas. El edificio AIP, el de Entel o después el de la Cooperativa de Servicios de Telecomunicaciones de Tarija (Cosett) son algunos de esos ejemplos, que aunque estéticamente apenas hayan aportado, si contribuyeron a cambiar el “skyline” de la ciudad.
De esa época son también edificios modernistas que en su momento fueron vanguardia, como el de Ecobol en la calle Sucre, y otro de los curiosos es el de la Cooperativa Catedral, que tiene una funcionalidad diferente a la común.
Ya en los 2000 se han empezado a construir edificios de varias plantas tanto en el centro como en las zonas de expansión, normalmente de estilo minimalista, o con detalles modernistas, pero que combinan la funcionalidad con la estética. Se encuentran edificios de este tipo en barrios como La Loma, en el entorno de la Avenida Panamericana, en Senac o las tres torres en la confluencia de La Paz y Circunvalación, por ejemplo.
También instituciones públicas y privadas han aprovechado la construcción de infraestructuras para impulsar fachadas llamativas y construcciones curiosas que puedan llamar la atención y convertirse en referencia.
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La Dicyt en la UAJMS
Tal vez el edificio menos convencional de los que se han construido en Tarija es el del Departamento de Investigación, Ciencia y Tecnología de la Universidad Juan Misael Saracho, con llamativas esferas en su fachada.
El Colegio Británico
El edificio del colegio Británico de Tarija en el barrio Germán Busch, es uno de los edificios más impactantes a nivel visual, resulta difícil pasar por la avenida sin admirar sus detalles.
Terminal de buses
Aunque a priori se trata de un edificio funcional, la terminal de buses de Tarija ha seguido los criterios estéticos minimalistas de las grandes capitales para infraestructuras similares.