Daniel Vacaflores es el autor de la obra
Un libro cuestiona la historia de la fiesta de San Roque
Según el autor, Daniel Vacaflores, es importante conocer los hechos previos a la segunda mitad del siglo XX, pues habrían intentado ser borrados de la memoria colectiva de Tarija.



Daniel Vacaflores presentó su nuevo libro “La Historia Perdida de San Roque”, un material cuya relevancia se concentra en presentar un “cuestionamiento de cómo se ha ido manejando la historia, por un conflicto social que tenemos y que ha comenzado hace 150 años, con una lucha de clases” en torno a lo que ahora es la celebración religiosa más importante de Tarija.
El libro es un fragmento de investigación de la tesis doctoral del autor, producto de una recolección y análisis de los periódicos entre 1865 y 1970, aunque la historia ancestral previa a ese periodo de tiempo continúa siendo una gran interrogante.
“Cubre un periodo de tiempo que estaba ausente de la memoria colectiva de Tarija. Entonces por el periodo de historia que trata corresponde a un periodo en el que en Tarija no sabíamos qué pasaba”.
Vacaflores recapituló parte de la historia conocida más reciente de las últimas décadas del siglo pasado, el debate del origen de los chunchos y las características de una fiesta mayormente popular.
“Se trata de una discusión bastante fuerte de si los chunchos son leprosos o no son leprosos, si son soldados españoles o no. Un montón de cosas sobre las que yo había llamado la atención hace mucho tiempo, son cosas que desconocemos de la fiesta de San Roque y el origen de los chunchos, cosas que son fundamentales para comprender la historia de cualquier fenómeno”.
Con la intención de ir un poco más atrás Daniel Vacaflores comenzó su investigación revisando las publicaciones de periódicos de la época ya mencionada.
Como una mezcla de “maravillas y atrocidades” describe todos los fenómenos sociales que quedaron plasmados durante esos años que aun siendo más de un siglo, en la historia se constituye en un periodo relativamente corto.
Lo que más le llamó la atención es que todos estos acontecimientos hayan desaparecido de la memoria histórica de Tarija.
Es así que inició un relato sobre los hechos más relevantes que pudo destacar, comenzando porque en la década de 1870 pasaron dos cosas, primero que el techo de la iglesia San Roque cayó y el templo quedó en un estado de ruina, por lo que no se podía celebrar misa ni mucho menos celebrar la fiesta patronal. Esto causó que el festejo casi desaparezca por completo.
Vacaflores agregó como segundo hecho relevante que “En la misma temporada comenzó un proceso de limpieza social en Tarija, por parte de los conservadores que querían que las fiestas y la sociedad de Bolivia queden limpias de sus raíces populares indígenas, todo lo diferente a ver a la iglesia como muy pura se tenía que mandar a un lado y en Tarija se ha hecho eso con mucho éxito”.
Como fenómeno social, Daniel recalcó que en realidad todos los elementos que ahora son característicos de la fiesta de San Roque provienen en realidad de otras fiestas patronales, pero que en ese “proceso de limpieza” dichos elementos fueron eliminados. “En Tarija los chunchos no han nacido en la fiesta de San Roque, sino en la fiesta de Guadalupe, que se celebraba en la iglesia matriz (Catedral)”, añade a tiempo de indicar que las alféreces originalmente fueron de la Virgen del Rosario que se celebraba en el barrio El Molino.
Así habría varias cosas que San Roque, la fiesta, recolectó de todos los rastros de religiosidad popular que fueron eliminados de otras costumbres.
Al explicar este fenómeno, Vacaflores señala que es precisamente gracias a que San Roque casi desaparece que pudo luego salvarse.
“No han tenido que limpiar nada. Se había caído el techo, no se podía celebrar la fiesta y no había señales de que cambie, pero sí ha cambiado”, declara al apuntar que en 1882 llegó un sacerdote argentino y en realidad se trató de una época donde la vida religiosa estaba bastante decaída, con varios templos demacrados, por lo que se propuso refaccionarlos todos, empezando por San Roque, con la intención de celebrar la fiesta ese año, y se logró.
“Como esa fiesta había estado libre de la limpieza civilizatoria, entonces todas las tradiciones que las botaron de todo lado se han ido a San Roque, misma que se ha convertido en el refugio de todas las tradiciones populares. Es lo que podemos observar hasta ahora, con chunchos, alféreces, camacheñeros y cañeros”.
Al ver el crecimiento de la fiesta, el movimiento para “limpiar” Tarija fijó su mirada en San Roque, sin ningún éxito, pues fueron los creyentes y sacerdotes quienes la defendieron.
“En contra de lo que intentaban la fiesta ha ido creciendo. La gente del campo, del barrio se han puesto cada vez más fuertes y eso ha tenido el efecto de expansión, ha dejado de ser una fiesta de barrio”.
Ya en 1890, la fiesta de San Roque tenía el apoyo incluso de los franciscanos, de gente acaudalada que aportaba “por debajo” y la feria que se realizaba durante los festejos movía grandes cantidades de dinero.
Sin embargo, Daniel explica cómo en el intento de eliminar esta celebración, quienes impulsaban el liberalismo ilustrado, optaron incluso por “resucitar” la fiesta de San Bernardo de Abad.
“Había los dos santos: San Roque del pueblo y San Bernardo de la gente de la plaza y la élite”, aunque poco después, con la creación de la parroquia de San Roque se le dio más autonomía y San Bernardo dejó de celebrarse.
Vacaflores concluye indicando que por eso el liberalismo ilustrado acudió a otro medio: la redacción de libros de historia de la época, en un total de 36 textos se habla detalladamente de otros templos, más no de San Roque, dejando de lado toda esta historia.
“Los siguientes años la fiesta ha empezado a ‘blanquearse’, con la llegada del padre Bartolomé Atardd y la eliminación de las chicherías (…) San Roque vuelve a entrar como una historia bonita, tratando de eliminar cualquier rasgo andino o indígena, intentando darle un origen español”, concluye. Indica que la relevancia de estos datos está en que reflejan un conflicto social que permanece y va a permanecer en cuanto al nivel económico, social e incluso de género.
San Roque, la fiesta Grande de Tarija
Patrimonio
Un Comité Interinstitucional de Postulación de la Fiesta de San Roque, que realiza gestiones desde 2016, ya presentó toda la documentación correspondiente y se espera que entre el 13 y 18 de diciembre de este año la Unesco emita una resolución sobre la declaratoria de Patrimonio Cultural y Material.
Los “bultos”
En su texto, Vacaflores habla sobre las formas que la población y los creyentes se dieron para brindar su apoyo económico en la construcción de la iglesia de San Roque. Uno de estos mecanismos sería mediante los bultos, que muchos hacían llegar y eran elaborados de plata, según el autor, con el fin de que el sacerdote pueda cambiarlos por dinero para la construcción.
Devoción
Los representantes de los chunchos promesantes recordaron que aún no existe ningún tipo de autorización para que se puedan llevar adelante las procesiones, por segundo año por la pandemia. Por lo que llamaron a expresar su devoción cuidándose, en caso de que el COED lo autorice podría haber al menos una procesión en septiembre, siempre y cuando los participantes estén vacunados.