Leer, mucho más que un buen hábito

Los cuentos clásicos, por ejemplo, permiten a los niños dar nombre y transformar el miedo, tramitar el dolor y desarrollar herramientas internas que fortalecen su subjetividad

A partir de la pandemia de 2020 se habla en muchos lugares de un resurgimiento de los hábitos de lectura y que existe un nuevo auge de consumo lector, en los formatos digitales sobre todo.

Pero ¿qué está pasando en Bolivia? Diversas autoridades en el área de educación admiten que en Bolivia existe una “crisis de lectores”. En 2023 se estimó que el 63% de la población no había leído ni un solo libro, quizás debido al bajo ingreso económico que presentan, aunque este fenómeno también se da en personas con ingresos económicos medios o altos.

También preocupan los índices de comprensión lectora, donde queda inscrito el entendimiento de lo que leemos. Lamentablemente, la calidad de la lectura en esta parte del continente es deficiente. Un informe de la UNESCO reporta que más de la mitad de los jóvenes no alcanzan los niveles de suficiencia requerida en capacidad lectora para el momento en el que concluyen la educación secundaria. Según el estudio, 36% de los niños y adolescentes de la región no cuentan con los niveles de lectura adecuados.

Nuestras deficiencias contrastan con los beneficios de leer, precisamente donde todas son ventajas. Entre ellas el enriquecimiento de nuestro vocabulario, el favorecimiento a la ortografía, el análisis crítico. Leer también involucra múltiples regiones del cerebro y activa las zonas vinculadas a la memoria, el significado y el contenido emocional de los grafemas y fonemas. También mejora algunas funciones cognitivas como la concentración, la memoria y la atención sostenida.

Leer también parece ser un factor protector frente al envejecimiento por su relación con el concepto de reserva cognitiva de la que se abastece el cerebro. A mayor reserva cognitiva, más tardan en manifestarse los síntomas de demencia, entre otros.

Se habla menos de los efectos psicológicos y emocionales de leer que son tan importantes, entre ellos la reducción de los niveles de estrés, el favorecimiento de la introspección, la imaginación y la empatía.

Tiene beneficios emocionales muy importantes también en la niñez. Los cuentos clásicos permiten a los niños dar nombre y transformar el miedo, tramitar el dolor y desarrollar herramientas internas que fortalecen su subjetividad. El aparto psíquico infantil necesita de relatos que ayuden a procesar los miedos, entender pérdidas y encontrar salidas desde lo simbólico. En estas narraciones el peligro existe, pero también la astucia, la valentía, la solidaridad y el niño aprende así que hay puentes, salidas y posibilidades en la vida interna.

Si bien el sistema escolar trabaja transversalmente con la lectura, las investigaciones indican que es en el hogar donde se desarrolla mejor y antes el hábito. Los consejos para lograrlo empiezan con ser ejemplo, es decir que los adultos también disfrutemos de la lectura. También se recomienda visitar espacios de lectura, bibliotecas, ferias y presentaciones de libros y otros, enseñar a los hijos que hay diferentes espacios para disfrutar de la lectura y que su compra no es un gasto sino una inversión. También se aconseja hacerles ver que pueden leer de todo y aprender de cualquier cosa a través de la lectura, ampliando sus intereses y la forma de aprender sobre ellos.


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