Del 2025 al “2073” (la ficción puede llegar a ser realidad)

Al revisar el reporte de riesgos globales 2025, presentado por el Foro Económico Mundial (enero, 2025) y correlacionar con el reciente film de cine alternativo denominado “2073” (producción británica de ciencia ficción, dirigida por Asia Kapadia, premiada en el 81 festival de Venecia 2024), no queda mas que reflexionar en la idea de iniciar contundentes medidas para salvar el planeta ya que de la manera en que se proyecta el desarrollo junto con otros factores políticos, económicos y sociales el camino sin retorno está garantizado.

El informe del Foro Económico Mundial 2025 establece que los riesgos más apremiantes en el corto y largo plazo son variados desde los conflictos armados entre países, los eventos climáticos extremos, la desinformación en base al uso de redes sociales interesadas y manipuladas por algoritmos de la IA , la polarización social y las desigualdades, así como el uso de la tecnología y biotecnología sin ningún tipo de controles.

Según el informe, el 23% de los 900 expertos consultados, establecen que los conflictos armados entre estados, en el corto y mediano plazo, son el riesgo que podría darse con mayor frecuencia, que puede derivar en una crisis global y material, con sus implicaciones económicas y sociales. 14% se inclinan por la crisis climática a través de los eventos extremos estimándose que este riesgo se transformaría en el principal y muy severo en los próximos 10 años. En términos de desigualdad y desinformación se establece que la tendencia en el corto plazo (hasta 2027) es también de alta severidad. El informe destaca que la contaminación es el mayor riesgo ambiental en el largo plazo para enfermedades y muertes prematuras particularmente en los países de ingresos bajos y medios.

Se puede apreciar que el reporte rescata lo que ya muchos científicos han remarcado que la crisis climática con eventos extremos, la pérdida de biodiversidad y los cambios en los sistemas terrestres serán los riesgos y preocupaciones clave. Esto deriva la urgencia de abordar el cambio climático y la contaminación como temas sustantivos para los países.

En ese contexto real (2025) la película “2073” nos transporta a ese año para mostrarnos un mundo distópico, completamente desolado, donde los enfrentamientos armados, y los incendios forestales terminan por acabar con grandes ciudades (la ciudad de Los Ángeles como ejemplo); la Amazonia queda destruida acabando con recursos naturales, las culturas de los pueblos indígenas y las economías de los países del tercer mundo; las inundaciones y sequías destrozan ecosistemas; la inteligencia artificial es utilizada para controlar las actividades de las personas y conculcar sus libertades y los sistemas de represión vulneran más aun los derechos humanos. A ello se suma el rol de los gobiernos totalitarios que impulsan este tipo de acciones y privilegian el bienestar de elites económicas.

“2073” muestra que el génesis de este apocalipsis empieza con las acciones de las corrientes ultra conservadoras gestadas en la primera y segunda década del siglo XXI y se muestran imágenes del presidente de los Estados Unidos Donald Trump, de su actual ministro Elion Musk, Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, Jeff Bezos, dueño de Amazon, el presidente de China, Xi Jinping; la primer ministra de Italia Giorgia Meloni, Benjamin Netanyahu (Israel), Narenda Modi (India) y Mohammed Bin Salam (Arabia Saudita); el conservador Bolsonaro (Brasil) y el “motosierrista” Milei (Argentina), entre otros. Muchos de ellos negadores del cambio climático, propulsores del uso de la fuerza, del autoritarismo, del racismo y de la antimigración. Todo esto apoyado en una fuerte represión a periodistas.

Lo paradójico del informe del Foro Económico Mundial sobre riesgos de 2025 y la película “2073”, es que ambos coinciden en que, el primero, como acción preventiva, y el segundo, como  advertencia, que podemos estar en camino hacia un gran desastre mundial por causas multifactoriales, si no se toman las medidas adecuadas, como fortalecer tratados globales (clima y proliferación de armas), fomentar la colaboración multilateral y mejorar la gobernanza del riesgo, invertir en investigación y proteger los derechos humanos y la educación para combatir la desiinformación. No esta de más señalar la urgencia de reducir emisiones de gases de efecto invernadero, cambiar la matriz energética mundial, y transitar hacia un desarrollo limpio y sustentable.

Algo que nítidamente surge de esta comparativa 2025 y “2073” es considerar las implicaciones negativas que significa elegir a lideres de las corrientes anti democráticas, nazistas y facistoides, que buscan el bienestar de unas minorías, frente a la debacle y exterminación de los pueblos más vulnerables. Ojalá no estemos construyendo el camino al fatídico “2073”.

OPR


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