Libertad cautiva

En la actualidad es muy común observar a niños con un celular en la mano desde muy temprana edad, antes de ir de la escuela ya identifican los logotipos de las aplicaciones para poder observar aquello que los distraiga, con el mayor desarrollo de su habilidad motriz, van manipulando más aplicaciones de una manera más eficaz, sin embargo, los va distanciando de su propio entorno. En la mayoría de los casos que se llega a ver cuando el niño esta llorando o realizando un berrinche es el padre o madre de familia que inmediatamente chantajea al pequeño, si deja de llorar o si deja el berrinche le dan el celular para que juegue o vea algunos videos, es decir que los mismos padres son quienes inducen a que sus pequeños estén con los celulares. Va quedando atrás los tiempos en que la niñez pasaba su tiempo jugando con sus juguetes o buscando amigos del barrio para poder jugar en algunos espacios en común.

Se llega a observar a niños de diversas edades prendidos de los celulares, así como se mencionaba que sirve para que dejen algún tipo de berrinche, si se les llega a quitar el dispositivo, llegan a armar otro tipo de berrinche respondiendo de mala manera a sus progenitores, en donde se aprecia que varios padres permiten dicha situación y en algún que otro caso reflexionan a los niños que no es correcto responder de mala manera a los padres. Es allí en donde se puede identificar la importancia que le dan los niños a los dispositivos móviles, antes que, a la misma familia, se los ve a los padres llamando a los niños para comer, pero ellos tienden a responder con un – ya voy – pero no acudir al llamado de sus padres, si no es con bastante tiempo posterior al indicado, del mismo modo en cualquier otro horario, por su entorno puede ocurrir una infinidad de situaciones, pero ellos hacen caso omiso ante tal situación.

Si bien es esencial que desde pequeños estén al tanto de la tecnología en una sociedad tan pendiente de los mismos, es pertinente establecer reglas para su correcta manipulación, en donde es importante que los mismo no solo estén con los celulares, sino también que puedan socializar e interactuar al jugar con sus amigos o compañeros, que jueguen con sus juguetes, que desarrollen su imaginación al plantear situaciones dentro del juego y que no descuiden sus deberes escolares, y algo mas esencial, que no descuiden, ni supriman el tiempo de pasar con sus padres, tristemente la familia no es para siempre, varios de ellos se van al cumplir su ciclo en esta vida y al estar mas al pendiente de los celulares, se pierde el tiempo de convivir en familia, aunque allí suele surgir otras situaciones, puede que los padres carezcan de tiempo o puede que en el peor de los casos sean los mismos padres que sean los primeros en estar con los dispositivos móviles y los niños solo sean el reflejo de los mismos padres, donde todos pueden estar en un mismo ambiente reunidos, pero cada quien concentrado en su celular, sin dar importancia a los que tienen en su entorno.

Nuestra niñez y juventud requiere de una orientación apropiada y oportuna de parte de los mayores, en especial de los propios padres, ya que por lo general los hijos son quienes imitan la actitud de los padres, es por ello que es importante el crear buenos hábitos, es esencial para que los niños se desarrollen de la mejor manera posible, dedicando el tiempo a la familia, al uso pertinente de los dispositivos tecnológicos y en especial en el correcto uso de los mismos, que reconozcan algunos posibles peligros que puede existir en los mismos al interactuar con personas que no conozcan, por el contrario es importante que interactúen con la sociedad y su entorno con las recomendaciones pertinentes, que no pierdan su niñez, que disfruten de salir a jugar y pasar tiempo con sus amiguitos, que desarrollen a plenitud su imaginación, que no descuiden sus quehaceres, y que crezcan con respeto para con sus mayores, que no vivan obsesionados con los celulares sino que disfruten con toda libertad de la etapa que están viviendo, que es una de las mas hermosas, porque el tiempo avanza de manera inconmensurable y no se detiene.