Los medicamentos falsos son más comunes de lo que piensas

A nadie le gusta estar enfermo, pero afortunadamente, a menudo hay medicamentos efectivos que pueden ayudar en la recuperación. Sin embargo, es posible que las tabletas que estés comprado no sean genuinas. Si son “falsos” pueden resultar ineficaces o, peor aún, exacerbar la condición médica.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en los países de ingresos bajos y medios, uno de cada 10 medicamentos no es lo que parece. Estos medicamentos pueden ser de calidad inferior, falsificados o no registrados. Los medicamentos de calidad inferior no cumplen con los estándares requeridos, lo que puede contener cantidades insuficientes del ingrediente activo y resultar ineficaces, lo que deja a las personas enfermas.

Sorprendentemente, los antibióticos falsificados diseñados para combatir la neumonía contribuyen a la muerte anual de entre 72.430 a 169.271 niños. Los medicamentos falsificados imitan las marcas auténticas, pero son engañosos por naturaleza. Al igual que los medicamentos de calidad inferior, pueden ser ineficaces o, lo que es peor, contener sustancias peligrosas capaces de causar daños o incluso la muerte. Por último, los medicamentos no registrados son aquellos que no han sido sometidos a pruebas y aprobación por parte de las autoridades de salud de una nación, siendo vendidos ilícitamente con falsas promesas de curar diversas dolencias. Ocasionalmente, hay informes de los llamados medicamentos milagrosos para afecciones como el cáncer, el COVID-19 y la obesidad. Sin embargo, estos medicamentos nunca se han sometido a pruebas farmacológicas, por lo que se desconoce su eficacia y los posibles efectos secundarios.

Con frecuencia, la proliferación de medicamentos falsificados se debe a la lucrativa oportunidad que presenta a los delincuentes. Esto es particularmente frecuente en los países donde no hay supervisión gubernamental del comercio farmacológico. Los consumidores, a menudo sin un seguro de salud adecuado, buscan las opciones más rentables o más baratas. En respuesta, las principales compañías farmacéuticas están combatiendo activamente este problema, reconociendo la posible erosión de la confianza del consumidor si los medicamentos de calidad inferior o dañinos se vuelven frecuentes. A pesar de sus esfuerzos, los gobiernos siguen desempeñando un papel crucial para garantizar que los consumidores no sean engañados. Una gobernanza eficaz es fundamental para salvaguardar la salud pública y prevenir la circulación de medicamentos fraudulentos.

¿Qué medidas proactivas puede tomar? En primer lugar, opte por comprar sus medicamentos en farmacias de buena reputación y reconocidas, evitando fuentes de dudosa credibilidad. Resista la tentación de los precios bajos, ya que pueden ser indicativos de productos de calidad inferior o falsificados. Tenga mucho cuidado al tratar con farmacias en línea desconocidas. Si detecta alguna variación con respecto a sus recetas anteriores, como alteraciones en la forma, el sabor o el empaque. Busque de inmediato la orientación de su médico o farmacéutico. Y, por supuesto, en caso de recuperación insuficiente o experimentar efectos secundarios inusuales, tome medidas inmediatas para salvaguardar su bienestar. La salud es lo más importante que tenemos.


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