Ciudades imaginarias

El maravilloso episodio novelístico en donde una persona recorre dos ciudades paralelas, divididas entre la ilusión y la realidad, el personaje recorre un escenario fatalista de pena y crimen, mientras observa todo lo contrario y solo transita, sumido en una placentera ilusión ideal.

En ello este escenario fantasioso seria para nosotros la ciudad imaginaria, pero qué tiene que ver esto con nuestra realidad y es que parecemos vivir o por lo menos a veces mal entender la misma y confundirla con el enramado discursivo de los agentes políticos /hegemónicos y caer en nuestra “ciudad imaginaria”

¿Qué elementos requeriremos para conformar nuestra ciudad imaginaria? Para iniciar, un hilo discursivo, que nos plantea una consecuencia de escenario adecuado a nuestros intereses y comodidades, haciéndonos pensar que “todo está bien” aislándonos de la coyuntura real. Otro de ellos la no identificación de actores, ¿Quiénes nos manejan? ¿Porque lo hacen? ¿Quiénes están a cargo de resolver la gran variedad de requerimientos y necesidades? ¿Por qué perdimos o nunca adquirimos la costumbre de equilibrar el trabajo de estas instancias con la fortaleza de nuestros requerimientos?  Y uno de los elementos más importantes es quizá el no identificar esto como un problema y el pensar que el factor de interés común es invariable y a pesar de la avizorada crisis, nosotros “dependemos de otra cosa” y es que nuestra ciudad Tarija se caracteriza por tener o por lo menos aparentar los mayores niveles de un desinterés por lo público. E indagar en las cuestiones profundas de esta interrogante es uno de los grandes retos sociales que no solamente concierte a los académicos de nuestra sociedad, sino a cada uno de nosotros.

Es de una alta necesidad el fortalecer las instituciones democráticas con una sólida relación entre los actores sociales directos y las instancias que representan el estado ante estos mismos. Considerando estos elementos mínimos no se nos hace difícil el iniciar reflexionando en por qué el departamento más rico del país en su momento se continúa viendo incapaz de mejorar en general sus estándares de crecimiento económico y reducción de tasas de desigualdad, el cumplimiento y éxito del ciclo de políticas públicas demanda estos requerimientos legislativos y de participación directa de la integralidad de actores sociales.

Quiero finalizar citando a Slavoj Zizek “así es como funciona hoy la ideología: Nadie toma en serio ni la democracia ni la justicia, todos estamos conscientes de su corrupción, pero las practicamos; demostrando nuestra creencia en ellas porque asumimos que funcionan aún cuando no creemos en ellas”.


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