“Año nuevo”: Hambruna y más de 22.000 muertos en Palestina

A casi 3 meses de intensos bombardeos, Gaza y el pueblo Palestino no han celebrado nada; mientras otros disfrutaban en medio de la algarabía, el licor y las cenas fastuosas por el “año nuevo”, más de 2.3 millones de palestinos están al borde de la hambruna, siendo esta, una de las peores crisis que se ha ocasionado a un pueblo, que aparte de ser colonizado y cercenado su territorio viene llorando el exterminio de más de 22.000 seres humanos (sin contar los miles de muertos debajo de la infraestructura destruida), la mayoría de ellos niños y mujeres, en donde hoy Gaza está reducida a escombros, frente a una “comunidad internacional” indolente; ¿Algo que celebrar en este  año nuevo?

 

El ejército israelí no ha tenido conmiseración con nada ni con nadie; mujeres embarazadas, niños menores de dos años, ancianos, enfermos renales, enfermos con cáncer, heridos y mutilados quienes, ante la destrucción y desaparición forzada de hospitales y centros de ayuda humanitaria, están muriendo en el enclave costero.

 

La resistencia palestina (Hamas, Yihad Islámica, Brigadas al Quds, Brigadas de Abu Alí Mustafá, Brigadas de al Nasir Salah al Deen, Brigada de los Mártires de al Aqsa y las Brigadas Muyahidines), no sólo se enfrenta al décimo octavo ejército más poderoso del mundo (el que cuenta con más de 200 ojivas nucleares, un secreto conocido a voces); sino también a la tecnología, los misiles y los miles de millones que envía la Casa Blanca a Benjamín Netanyahu.

 

No permitir que la ayuda humanitaria ingrese a Gaza es un atentado a la vida y a la normativa internacional, la cual se debería respetar tal como lo manifestaron los países que establecieron las Naciones Unidas mediante la Carta de San Francisco en 1945, entre ellos Estados Unidos y sus socios europeos, a tal fin, no respetar el Derecho Internacional Humanitario es un acto contrario a la Paz.

 

Israel es parte del IV Convenio de Ginebra, pero ello sólo en los papeles; pues este viene exterminando a todo un pueblo. Hay un incumplimiento descarado y temerario a esta normativa, no obstante de ello el Derecho Internacional Consuetudinario (que es la base del Derecho Convencional), es quien define, delimita y en último caso debe ser aplicado ante la actitud proterva de la potencia ocupante en Palestina, quienes de acuerdo a la normativa humanitaria están en la obligación de garantizar que la población Gazatí disponga de alimentos e insumos médicos, y que, en  caso de ser insuficiente tiene la obligación de dar su consentimiento para que se realicen acciones de socorro en favor de la población.

 

 

El 6 de diciembre pasado el Secretario General de Naciones Unidas invocó el art 99.- de la Carta de N.U., “llamando la atención” al Consejo de Seguridad, de que la situación en Gaza está al borde de una catástrofe humanitaria. Tel Aviv amparado en la capa del veto estadounidense, desoye las resoluciones de este Consejo cuando este mismo en aras del Derecho Consuetudinario tendría la obligación de intervenir la zona; ya que al no cumplirse los Convenios de Ginebra y demás leyes conexas, la intervención de sus fuerzas armadas estaría recayendo en una cuestión del Jus ad bellum, por ende, por una cuestión de protección a las víctimas y dadas las condiciones, puede recurrir al uso de la fuerza.

 

El desplazamiento forzado del sur al norte de Gaza,  es un atentado a sus habitantes, el mismo que no cuenta con las garantías correspondientes y que por enésima vez yuxtapone la normativa humanitaria; ya que los refugiados en los centros de la Agencia de la ONU para los Refugiados(UNRWA), en la zona central de Gaza, Jan Yunis y Rafah, han sido atacados y bombardeados directa e indirectamente por las fuerzas armadas israelíes, quienes no han respetado ni respetan, ambulancias, personal médico, hospitales y unidades sanitarias, las mismas protegidas desde mucho más antes que el IV Convenio de Ginebra1949; como el Convenio de Ginebra de 1864, así como los Reglamentos de la Haya de 1899 y de 1907.

 

En este “año nuevo”, la comunidad internacional debería estar a la altura de la responsabilidad y los compromisos por la paz, la humanidad y en contra del genocidio, los crímenes de guerra y la limpieza étnica en Palestina, de no ser así, los pueblos libres del mundo deberán interponer sus buenos oficios y sus fuerzas para contrarrestar la hegemonía de los “poderosos”, que sólo se ocupan de eliminar y “barrer” a los pueblos que no se someten ni se humillan a su autoritarismo despiadado.

 

 

 

*es jurista, teólogo y analista en RRII


Más del autor