Vida en familia
Slow dating: La tendencia de construir relaciones a fuego lento
Tras el auge y caída de las apps de citas, donde se imponía el ‘aquí te pillo, aquí te mato’, ahora surge el efecto rebote entre los jóvenes: relaciones sexoafectivas más pausadas, donde se prioriza la calidad sobre la cantidad



“No había escuchado el término slow dating, pero tiene mucho sentido”, dice Greta (este no es su nombre real), de 26 años y explica: “En este momento, la verdad es que prefiero conocer a alguien más lentamente. Me tomo mi tiempo. No estoy todo el día hablándole a alguien que acabo de conocer. Me parece que eso quema la magia”. En un mundo atravesado por la inmediatez, ¿son cada vez más las personas cansadas de las relaciones de usar y tirar, que se plantean huirle a la cultura del descarte y tomarse las relaciones a fuego lento?
“Me gusta mucho tomarme el tiempo para conocer a la otra persona y poder crear una conexión”, dice Sebastián, de 31 años. Normalmente, si la primera cita va bien, pueden compartir una charla interesante y siente un interés, le gusta volver a quedar ya no en un bar sino “hacer algo diferente, como ir a la playa, caminar”.
“Creo que se prioriza cada vez más la calidad sobre la cantidad en el tema de las relaciones sexoafectivas”, opina la sexóloga Sílvia Catalán e indica que: “Con la explosión de las aplicaciones de citas hace unos cuantos años, las relaciones rápidas y casuales estuvieron muy de moda. Y es verdad que fue una revolución, una oportunidad para vincularse sexualmente con muchas personas y pasar un buen rato. Pero creo que la gente se ha cansado un poco del modelo ‘¿Cómo te llamas?, ¿A qué te dedicas?’, Pues venga, vamos al lío y después cada cual a su casa”.
En noviembre del año pasado, La Vanguardia publicaba un reportaje sobre cómo, después de haber alcanzado su pico durante la pandemia, el negocio de las apps de citas se desplomaba. Los jóvenes de la generación Z aparecían como sus principales detractores.
Para Greta, tomarse las relaciones sexoafectivas con calma se traduce en dejar que las chispas surjan de forma espontánea, en el plano offline. “Como realmente no tengo apuro en conocer personas, prefiero ir conociéndolas a través de gente que tenga en común, en salidas, sitios, espacios o actividades que haga”, dice y apunta: “No uso apps de citas porque no me gusta la inmediatez. Tampoco me divierte el ligoteo por Instagram”.
Rocío, de 30 años, también es más de conocer a gente fuera de las pantallas: “Depende de la personalidad de cada uno. A mí me gusta mucho socializar y hablar con la gente. Prefiero conocer una persona cara a cara. Me gusta conocer a gente en un bar, una discoteca, un cumpleaños. En una conversación te puedes dar cuenta fácilmente si eso puede ir a más”.
Pero el tener citas “a fuego lento” también podría aplicarse a las personas que eligen conocer gente a través de apps. De acuerdo a una encuesta de la app de citas Bumble hecha en septiembre del año pasado a más de 20.000 usuarios, uno de cada tres (34%) personas en España lo practican, “priorizando la calidad frente a la cantidad”.
El slow dating llevado al mundo de las apps de citas consistiría en “elegir a tus posibles parejas de un modo más consciente. Tomarse tiempo en el perfil de cada persona que nos llame la atención y buscar entre sus gustos y fotografías esos aspectos que nos dicen que pueden ser una persona interesante para conocer”, afirman desde Bumble y apuntan que se trata de “un movimiento que lleva a 1 de cada 4 (25%) usuarios de Bumble a desafiar a aquellas personas que enfocan el dating como si fuese una búsqueda de trabajo”.
¿Tomarse las relaciones sexoafectivas con más calma es necesariamente mejor? “El tema de darse espacio y tomarse tiempo para conocer a cada persona va en función de lo que tú estés buscando”, asegura la sexóloga Sílvia Catalán y aclara: “Puedes estar en una fase más de exploración sexual, en la que interactúas sexualmente con diferentes personas, pruebas, exploras. O en un momento en el que buscas un proyecto a largo plazo o una relación estable. El mundo de las citas tiene que ir de la mano del autoconocimiento. Creo que es importante saber a qué vas y poder ser sincero”.
“Creo que esto de tomarse tiempo para conocer a otras personas depende del momento en el que está cada uno”, dice por su parte Rocío y explica: “Yo estoy soltera, mi prioridad es rendir bien en mi trabajo, descansar bien, pasar tiempo con mis amigas, disfrutar y adaptarme a la ciudad en la que vivo hace un año”.
Hoy no busca ni estar en pareja ni tener citas. “Estoy abierta a que suceda lo que tenga que suceder. Y si conozco a alguien con la que pueda proyectar y tener algo serio, genial. Pero por el momento no estoy en esa situación, por lo que no estoy practicando el slow dating. Sí que tengo encuentros con chicos, pero ninguno me interesó lo suficiente como para tener una cita, y dedicarle todo ese tiempo y energía”, aclara.
Aunque hoy el slow dating no es algo que le encaje, no lo descarta a futuro. “Creo que es algo que practicaría el día que conozca a una persona que realmente me guste, me interese, con la que quiera juntarme, hablar y tener una cita”, indica.
Para Sebastián, “a medida que pasa el tiempo, nos volvemos más exigentes y nos gusta que el tiempo sea de calidad. A mí no me gusta perder el tiempo en una cita con alguien no me interesa. Prefiero estar con mis amigos o familia”. Cuando conoce a alguien que le despierta un interés mayor, sí que prefiere que las cosas “fluyan sin prisa pero sin pausa”.
“Cuando conozco a alguien que me gusta, sí que me gusta ir más lento y tomarme mi tiempo para conocerla”, indica Greta y aclara: “Tengo distintos tipos de relaciones. Hay gente a la que veo ocasionalmente, de forma muy puntual, con la que no me planteo tener ningún tipo de relación. En esos casos, son personas a las que conozco más superficialmente y no me pongo a hablar de forma más intensa porque no me interesa tanto”.
Cuando hay un interés real, desaparecen las prisas. “En esos casos, prefiero ir más lento en todos los sentidos. Si no es algo casual, prefiero que lo sexual no sea algo de la primera noche, sino un momento más esperado, más bonito”, dice y añade: “Yo lo que entendí es que, si vas muy rápido, quemas muchas etapas. Después te encuentras con que se te fue una parte muy bonita de la relación, que es la de conocerse”.
Aunque a ella esto del slow dating le resuena mucho, no cree que sea una tendencia en general, “por lo menos en la gente de mi edad”, aclara y explica: “Con las apps de citas y redes sociales yo veo que hay muchísima inmediatez. No siento que sea algo que la mayoría de la gente haga”.
La sexóloga Sílvia Catalán apunta que el slow dating es una tendencia que observa cada vez más en su consulta. “Me gusta mucho esto de que la gente pueda tomarse el tiempo de mirar un poco más allá de la parte física y ver realmente si la otra persona es alguien con la que está alineada y con la que encaja”, indica la experta y aclara: “No para tener una vida conjunta, sino para poder estar a gusto. Y, si sólo vamos a tener sexo, que podamos conversar, preguntarnos, decirnos cómo ha ido, y pasarlo bien juntos”.
Adictos a las App de Citas
Expertos en salud mental ya advierten que el abuso de las aplicaciones de citas puede tener un efecto similar al de las tragaperras. Justifican que el consumo adictivo que generan no es casual, sino que está buscado y basado en la ciencia gracias al refuerzo intermitente y la parálisis de elección. De este modo, no es de extrañar que uno de cada tres usuarios de aplicaciones de citas se considere adicto, según un estudio que publicó la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Tanto es así que los usuarios no son capaces de desconectar de estas apps ni siquiera cuando trabajan. La estadística recoge que 9 de cada 10 admiten haber utilizado una aplicación de citas en el trabajo al menos una vez, siendo la media diaria de unos 30 a 45 minutos.
“La excitación sexual es como una droga a efectos de estimulación cerebral y también a la hora de segregar dopamina, ese neurotransmisor que se encarga de recompensar a nuestro cuerpo con placer ante ciertos estímulos que inicialmente son positivos”, explica la doctora Sandra Bravo Herrero, experta en psiquiatría. Por ello, Tinder y sus sucedáneos “pueden acabar convirtiéndose en una adicción” para el usuario más avanzado y para el que más tiempo dedica a la causa.
Esto es lo que hace la generación Z para tener citas
Todos hemos tenido una cita que se ha convertido en una anécdota más que contar a nuestro grupo de amigos. Ya sea por falta de atracción, conversaciones forzadas o por diferencias ideológicas, es bastante común que una cita a ciegas no salga bien. El experimento de quedar con un desconocido tiene sus días contados, ya que los jóvenes han comenzado a apostar de nuevo por un viejo truco: quedar con alguien del mismo entorno.
En el pasado, esta dinámica funcionaba: una encuesta del Survey Center on American Life desveló que el 46% de los estadounidenses casados no conocía a su cónyuge antes de comenzar a salir. Sin embargo, en la actualidad esto podría estar cambiando. El medio Business Insider revela que el 43% de las personas de entre 18 y 29 años encuestadas afirma haber mantenido una relación con alguien que primero era un amigo.
Ligar en 2023
En las parejas de mayor edad, esta situación cambia por completo: tan solo un 21% de las personas mayores de 65 años afirma haber sido amigos de su pareja antes de salir juntos. De esta forma, se confirma que las parejas de mayor edad tienden a salir con desconocidos, algo que la generación Z ha dejado de lado.
Según señala Business Insider, cada vez existen más estudios que confirman esta teoría. Uno llevado a cabo por la Universidad de Victoria (Canadá) reveló que el 68% de los universitarios encuestados conocían a su pareja antes de iniciar una relación, algo que sin duda alguna muestra una diferencia abismal en la forma de relacionarse de otras generaciones como la del ‘Baby boom’ o la Generación X.
Esta nueva fórmula deja en un segundo plano a las apps de citas online que tanta popularidad han ganado en las últimas décadas con el avance de Internet. Este cambio social tiene sentido, ya que salir con un amigo puede tener todo tipo de ventajas a la hora de formar un vínculo romántico. Estos son los principales motivos por los que la generación Z prefiere salir con conocidos, según el estudio de Business Insider.
En primer lugar, el flujo constante de personas en las aplicaciones de citas ha afectado a la diversión que debería suponer el proceso. En una encuesta llevada a cabo este año, casi la mitad de encuestados afirmaba haber tenido una experiencia general con las citas online negativa. Asimismo, el acceso a cientos de personas acaba resultando abrumador, haciendo que resulte más difícil decantarse por una.
Con una app es fácil, pero la conexión suele ser más informal
La falta de conocimiento sobre la persona con la que salimos puede llegar a generar estrés, ya que al tener una cita a ciegas es común dudar sobre las verdaderas intenciones que puede tener alguien. Esto se elimina por completo si se sale con un conocido, Joe Pinsker escribía en The Atlantic: "Las relaciones que surgen de la amistad parten de un lugar de cuidado y calidez, lo que implica evitar el agotador juego que puede surgir entre dos extraños cansados de las citas".
Una de las mujeres entrevistadas confesó al medio: "Es mucho más fácil conocer gente, pero encontrar a alguien que encaje contigo no es necesariamente más fácil. Así que puede ser sencillo caer en el hábito de hacer conexiones superficiales y no buscar algo más profundo".
Otro de los elementos más importantes en una relación romántica de calidad es la confianza, ya que mostrar cierta vulnerabilidad es más complicado si no conocemos a fondo a la persona con la que salimos. Al salir con un conocido, esta preocupación desaparece, hecho de gran importancia para la generación Z, que en palabras del estudio destaca por ser especialmente desconfiada.
Esta confianza se hace incluso más relevante en el terreno de las citas online. Una encuesta llevada a cabo por Pew en 2022 reveló que el 52% de los estadounidenses afirmaron haber encontrado a un posible estafador en la app de citas. Un estudiante comenta: "Es difícil saber cómo es realmente una persona a través de Internet. No ves sus reacciones. No ves cómo reacciona ante las situaciones porque empiezas a hablar por Internet y ves las fotos y piensas: 'Oh, es muy guapa'. Pero podría ser una foto filtrada"