SOS: Ebullición climática, ENSO, Titicaca y Greta

El Programa de seguimiento del cambio climático de la Unión Europea, Copernicus, confirmó que el mes de julio fue el más caluroso de la historia y que se habría superado el umbral de 1.5°C, asimismo se estableció que la temperatura del mes de julio fue mayor en 0.33°C que julio de 2019, año en que se estableció el anterior récord de elevación de temperatura. El hecho de que ya se haya superado en algunas partes del planeta el nivel de 1.5°C alerta sobre algo que el Panel de Expertos del Cambio Climático (IPCC) ya había señalado en el sentido de que nos estamos acercando a un punto de inflexión muy peligroso para la humanidad.

No en vano la alarma del principal representante de Naciones Unidas que uso una metáfora exacta al señalar que estaríamos viviendo no sólo el cambio climático sino una fase de ebullición climática, donde prácticamente se esta hirviendo de calor y que la inacción de los grandes países en la reducción de los gases de efecto invernadero llevará a una catástrofe global sin precedentes.

En ese contexto los centros de investigación han detectado también subidas importantes en los niveles de la temperatura de los océanos con las implicaciones que generan sobre la vida marina y peor aun sobre la denominada corriente termohalina que regula el proceso de intercambio de temperatura y salinidad en los océanos y que coadyuvan al transporte de nutrientes que alimentan a las especies acuáticas. De ralentizarse ese ciclo, que es también otro de los temas puestos en el tapete de discusión científica, impactos desconocidos podrían generarse y confirmarse lo cerca del punto de no retorno al que nos aproximamos.

A su vez el 2023 ya se ha establecido que será un año donde el Fenómeno de El Niño (conocido como ENSO por sus siglas en inglés) será de un alto grado, lo cual traería como resultados sequias e inundaciones en diferentes regiones, lo que ratifica que estamos ingresando a una “tormenta perfecta” donde las economías de los países se verán duramente afectadas, especialmente la de los países más vulnerables. Es más, muchos de estos efectos se están ya presentando en las diferentes regiones del planeta.

Lo paradójico es que la adolescente que hace cinco años inició en uno de los países más desarrollados del mundo (Suecia), una protesta de los jóvenes a la incapacidad de su gobierno de tomar acciones ante el avance del cambio climático, Greta Thunberg, y puso en evidencia la necesidad de justicia climática para las nuevas generaciones, fue presa y multada por exigir ahora, a sus veinte años, acciones concretas e inmediatas de su país para reducir gases de efecto invernadero.

En nuestro país se ha generado información en sentido de que el lago Titicaca estaría ingresando en una fase de reducción de sus niveles de agua por la influencia temprana del fenómeno El Niño y naturalmente del cambio climático, lo que también generaría impactos en el sistema TDPS (Titicaca-Desaguadero-Poopó -Salar de Coipasa) interconectado por un conjunto de cuencas y subcuencas endorreicas, lo que podría afectar los diferentes ecosistemas.

Esta muy presente en la mente especialmente de los pobladores de La Paz el pasado reciente cuando entre 2016 y 2017 se vivió un evento de sequía sin precedentes que puso en jaque a gran parte de la población, afecto los ingresos económicos de pequeños y grandes negocios especialmente hoteleros y de alimentación y gran parte de comunidades perdieron sus cosechas.

Para colmo niveles de contaminación por actividad humana (aguas residuales domésticas, descargas mineras e industriales, uso de herbicidas químicos, destrucción del hábitat vía la deforestación) está afectando diferentes cuencas hidrográficas, lo que ocasionaría un escenario de desastre irreversible si no se toman medidas inmediatas.

Ante esa realidad global y nacional urge que millones de voces se levanten como Greta Thunberg no sólo para frenar esta escalada de impactos sino para demandar la justicia climática intergeneracional, exigir de los países una verdadera transformación de su matriz energética (especialmente las grandes potencias económicas que llegaron a eso en base a su deuda climática vía las emisiones históricas de gases invernadero), que las tendencias consumistas dejen de imponerse a través de los algoritmos codificados, que la deforestación pura y simple trascienda a un manejo sostenible de los bosques y la explotación de los recursos mineros no sea a costa del ecocidio y genocidio. Caso contrario la Pachamama, nuestr@s hij@s y niet@s nos maldecirán.


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